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❣️ A algunas personas no les apareció el capítulo 17 completo, sino que la pendeja de Wattpad cortó el capítulo, así que tuve que resubirlo, por lo que puede que os aparezca el cap 18 pt. 1 antes que el 17. Comprobad que lo leeis todo en el orden correcto 💜



Jungkook estacionó el coche en la acera frente a la casa del rubio. El sol salía lentamente detrás de ellos, pintando el cielo con colores pastel y tonos suaves. El olor persistente de humo y sudor era pesado en el coche, mientras los dos adolescentes permanecían sentados en su asiento. Jimin observó a Jungkook, quien mantenía la mirada fija en el frente. 

—¿Jungkook? —comenzó con voz suave y delicada.

—¿Hm?

—¿Quieres entrar? —preguntó, girándose hacia él. Apoyó la cabeza en el reposacabezas, pegando el hombro al respaldo de su asiento. Jungkook lo miró con curiosidad con las cejas arrugadas, y Jimin le dedicó una pequeña sonrisa. 

—¿Qué quieres decir?

—¿Vas a volver a tu casa, o vas a entrar en la casa de mi abuela conmigo?

Jungkook sintió una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios, mientras sus ojos evitaban la delicada sonrisa del rubio. Jimin no necesitaba palabras porque ya sabía la respuesta. 

—Vamos.

Cerró el coche mientras Jimin lo esperaba en el paseo que conducía a la casa, con los brazos cruzados contra su pecho. El fuerte y pesado olor a rocío matutino era notorio en el aire, mezclado con el fresco olor del lecho de flores en el patio delantero de la casa. Jimin extendió una mano hacia Jungkook, y éste inmediatamente la tomó.

Era un gesto insignificante. Tomados de la mano. Eran sólo sus manos y dedos entrelazados. Era un contacto pequeño, nada grande. No era tan importante como un beso, como sus bocas unidas, o el tacto íntimo. Pero para Jungkook, tomarse de la mano era mucho más que eso. No había que malinterpretarlo, le encantaba besar los gruesos labios de Jimin. Pero estaba tan acostumbrado a las relaciones sexuales, que algo tan simple y delicado como el tacto de sus manos hacía explotar fuegos artificiales en su estómago, tan hermosos como los que se veían en las noches de verano. Su estómago parecía burbujear y casi dolía, pero no podía evitar sonreír y reírse en silencio para sí mismo.

Jimin no tenía manos grandes. Sus dedos eran pequeños y gorditos, y los anillos que descansaban alrededor de algunos de ellos parecían casi demasiado grandes para él. Pero sus manos eran increíblemente suaves y delicadas, como si se pusiera crema todas las mañanas, como si pasara mucho tiempo cuidándolas. Se ajustaban casi perfectamente a las suyas, las cuales eran mucho más grandes y ásperas. Básicamente cubrían por completo las manos de Jimin, y eso hacía que Jungkook sonriera como un tonto.

El rubio abrió la puerta principal, las llaves tintineaban en una de sus manos mientras la otra estaba conectada a la de Jungkook. El aire de la casa era casi frío y el olor casero del interior hacía suspirar a Jimin. El aire del club había sido demasiado pesado, cargado y sofocante, y el poder respirar aquel característico aroma a limonada y el persistente detergente le hacía sonreír.

Se quitaron los zapatos en silencio, con las manos aún unidas, y subieron cuidadosamente las escaleras hacia la habitación de Jimin. El rubio frunció el ceño al ver la luz del cuarto de su abuela encendida, y sonrió a Jungkook, indicándole en voz baja que entrara en su habitación, mientras caminaba hacia la de Younghee. Empujó la puerta con cuidado, pero aún así la madera de ésta crujió, sacándole una mueca. Vio a su abuela cepillándose el cabello ya completamente vestida. 

—Abuela —la llamó, rompiendo el silencio.

La anciana saltó, con la mano sobre su corazón mientras se daba la vuelta mirando a su nieto. 

Pink Lemonades, Tattoos and I Love You's - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora