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Lo primero que Jungkook notó cuando despertó, fue el dolor de cabeza y el sabor ácido del vómito en su lengua. Gruñó, rodando sobre la suave pero incómoda cosa sobre la que estaba acostado, intentando tragar por su dolorida garganta.

-Oh, estás despierto, chico -dijo una voz áspera pero tranquila y suave, sorprendiéndole.

El castaño abrió un ojo y los fuertes rayos del sol parecieron hacer que su dolor de cabeza fuera diez veces peor. Su lengua se sentía pesada y su boca sabía fatal. Sus resacas eran las peores. Se obligó a abrir los ojos luchando contra el dolor de cabeza. La sensación de dar vueltas, los mareos y la confusión se mezclaron mientras intentaba distinguir la silueta de quien se hallaba sentado frente a él.

-Toma esto, ayudará con el dolor de cabeza.

Si su resaca no fuera tan fuerte y no estuviera tan jodido en esos momentos, probablemente hubiera empezado a preguntarse dónde coño estaba, quién era esa persona frente a él y seguramente hubiera rechazado cualquier cosa que esa persona no identificada le estuviera dando.

-No te preocupes, es sólo ibuprofeno.

Jungkook gimió, porque parecía ser el único sonido que podía salir de su boca, y tomó la pequeña pastilla, tragándola sin agua. Sentía que sus cinco sentidos estaban bloqueados. Su vista era borrosa, su tacto distante, su olor inexistente y su oído apagado. El tipo -supuso que era un tipo debido a su voz áspera- se sentó frente a él. No parecía peligroso ni atemorizante, y probablemente Jungkook podría pelear con él si fuera necesario. Aunque, bueno, necesitaría estar sobrio para hacerlo.

-Deberías comer algo, anoche vomitaste tus tripas por todo mi maldito suelo -masculló el chico, y Jungkook gruñó, dejando que su cuerpo cayese como peso muerto contra lo que él identificó como un sofá.

No era cómodo, y se sentía como una mierda. Apenas podía recordar algo de la fiesta de la noche anterior, y mucho menos saber como había terminado allí.

-¿Jungkook? -preguntó la voz, y el castaño frunció el ceño, porque ¿quién demonios era?

-¿Sí? -logró decir entre dientes, y un largo suspiro escapó de los labios del extraño.

-Necesitas ducharte, tal vez te ayude a despertar o algo así -dijo más para sí mismo-. ¿Crees que serías capaz de ducharte solo, o tengo que lavarte también? -preguntó, levantándose y envolviendo sus manos alrededor de los bíceps de Jungkook.

-Puedo hacerlo solo, joder -murmuró Jungkook. La habitación parecía girar a su alrededor, obligándole a cerrar los ojos mientras se sentaba.

-¿Vas a vomitar?

Jungkook se quedó callado durante unos segundos, antes de darle luz verde.

-No, estoy bien.

-Bien.

Finalmente lograron caminar hasta el baño en pocos minutos, mientras que una persona sobria habría tardado unos segundos, pero el chico estaba teniendo cuidado con Jungkook, quien todavía se veía fuera de sí. El castaño lo siguió, poniendo un pie delante del otro, tratando de caminar y forzando su cerebro a recordar cómo hacer una de las cosas más fáciles que había.

Se sentó en el borde de la bañera, entrecerrando los ojos y gimiendo ante la luz de neón que chisporroteaba sobre él, empeorando su dolor de cabeza.

-No tengo ropa que te quede bien, pero creo que Namjoon dejó algo por aquí. Métete en la ducha mientras busco algo.

Jungkook abrió los ojos por última vez, y finalmente vio a la persona que lo había cuidado. Una figura bastante delgada, pelo gris y hombros caídos. Probablemente era Yoongi.

Pink Lemonades, Tattoos and I Love You's - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora