6.

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—Joder, no —masculló Jimin.

Un largo silencio se prolongó en la sala de estar. Jungkook jadeaba silenciosamente, mirando a Jimin con esos redondos y grandes ojos. Jimin agitó la cabeza en señal de negación, la atmósfera se volvió incómoda.

—No lo voy a hacer —dijo Jimin, levantándose finalmente del suelo.

Sunghyun puso los ojos en blanco, y Jungkook parecía perdido.

—No seas marica, Jimin. Jungkook, coge otro papel.

Jungkook tragó saliva y alargó la mano, tomando otro trozo de papel. Jimin rodó los ojos mientras Jungkook desplegaba el papel.

—Cuello —dijo él.

—¡Sí! Hagámoslo! ¡Ven aquí, Jimin! —gritó Seoyeon. Jimin abrió la boca, listo para contestar, pero sus ojos se encontraron con el desesperado Jungkook. El rubio sintió que se le atascaba el aliento en la garganta, los grandes y expresivos ojos del castaño delante de él le enviaban mensajes silenciosos. Jimin mordió su labio inferior, notando como una extraña sensación lo inundaba. ¿Era compasión? ¿Lástima? No tenía ni idea.

Todo lo que sabía era que Jungkook no debería juntarse con ese tipo de personas.

Suspiró, antes de asentir. Todos vitorearon a su alrededor, y Jimin se sentó frente a Jungkook, con las piernas cruzadas. Respiró hondo, sintiendo la ansiedad que le hacía cosquillas en el estómago, pero se aguantó. Sus ojos se encontraron durante unos segundos, antes de que Jungkook fuera a buscar la sal, y vertió una pequeña cantidad en el hueco de la clavícula de Jimin.

El rubio inclinó su cabeza hacia un lado, sintiéndose pequeño y desnudo bajo la mirada ardiente del castaño. Era como si esa mirada estuviera haciendo que su piel se estremeciera, desmoronándose lentamente. Se mordió el labio, la ansiedad se hizo más grande en la boca del estómago, y prefirió enfocar su mirada en la pared.

Jungkook tomó una pequeña inspiración, buscando los ojos de Jimin, pero eran inalcanzables. Tomó el limón y la puso delante de la boca de Jimin. El chico rubio abrió la boca, mordiendo con suavidad. El familiar y agrio sabor del limón se extendió por su boca.

Jungkook se inclinó lentamente, descansando sobre sus rodillas, con las palmas de sus sudadas manos contra la tela de sus jeans. Podía escuchar a los demás animando a su alrededor, pero era solo un ruido lejano detrás del zumbido de sus tímpanos. Se quedó sin aliento en la garganta cuando estuvo a tan solo unos centímetros de la piel de Jimin. Podía sentir el calor que emanaba de la piel bronceada del rubio cuando su nariz rozó la prominente vena de su cuello.

Jimin reprimió el escalofrío que corría por su espalda mientras la lengua de Jungkook lamía tímidamente la sal de su piel.

Los granos de sal rodaron contra la lengua de Jungkook, aquel músculo dejó un rastro caliente y húmedo tras de sí. Jungkook clavó las uñas en sus jeans, antes de retroceder y ver a Sunghyun sosteniendo su shot. Lo tomó rápidamente, antes de mirar a Jimin. El rubio estaba justo delante de él, con los ojos nublados, mirándolo fijamente. Sus labios estaban envueltos alrededor del limón, se veían deliciosos y brillantes, haciendo que Jungkook tragara pesadamente.

Se veía...

Caliente.

Jungkook sintió que era la primera vez que veía a Jimin.

No era que el chico rubio no fuese guapo. En realidad era bastante atractivo, pero por lo general solía verse tierno. La sonrisitas que formaba con sus ojos al reír, sus dedos gordos, su altura, sus mejillas sonrosadas. Jimin estaba más en el lado lindo que en el lado caliente. Pero después de verlo semidesnudo en la playa, con sus gloriosos abdominales, sus muslos gruesos que estiraban sus delgados jeans y esos labios gordos que tan pecaminosos parecían, Jungkook sintió que su mundo se había puesto patas arriba.

Y no le gustó. Ni un poquito.

—¡Vamos, Jeon! ¿Tienes miedo? —alentó Sunghyun, el ruido a su alrededor repentinamente se volvió más fuerte que el zumbido. Sintió una descarga de adrenalina quemando sus venas, consumiendo la parte de su cerebro que se encontraba asustada, llenando su cabeza con la euforia de la gente que le rodeaba, dándole confianza.

Jimin vio cambiar la mirada de sus ojos. Vio que la duda y el miedo se iban para ser reemplazados por la determinación.

Pink Lemonades, Tattoos and I Love You's - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora