Capítulo 29. «Ayúdame»

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Todo eran rayos y truenos en mi cabeza.

Al salir escopeteada de la casa de Taehyung, no me cercioré de llevar conmigo todas mis cosas. Solo agarré el bolso en el que traía un pequeño abrigo y la cartera. Imaginé que sobre la mesa de su cocina estarían los apuntes y libros, mi estuche y lo más importante, mi teléfono móvil. Aquello me dejó jodida, haciendo que mi rabia se acrecentara. Sin embargo, terca de mí, no regresé para recuperarlo.

No quería verle. No quería volver a verle nunca. No después de recordar aquello.

"Eres un hijo de puta, Kim Taehyung. —Escupí antes de abandonar la habitación.— ¿Y tú? —Dije refiriéndome a la chica desnuda.— Más te vale romper con mi hermano después de esto. No se merece estar con una desgraciada como tú."

A cada recuerdo, mis pasos rápidos se convertían en zancadas. Mi camino no tenía un destino definido, tan solo quería salir de allí, como hice ese maldito día.

Ahora podía vivirlo todo de nuevo: el horripilante sonido agudo del derrape de los neumáticos, la luna del coche partiéndose en mil pedacitos por el impacto de mi cabeza, la cual se sentía como la migraña más fuerte del mundo, tal y como si me estuvieran taladrando el cerebro. Pero nada de eso dolía tanto como los cristales que no cayeron, clavándose en mi espalda, dejándome marcadas esas cicatrices tan feas que vestía desde hacía dos años. Tras el accidente, no solo tenía roto el corazón, sino que mi pierna derecha también se había fracturado, mis cejas y mi piel. Mi vida entera se había hecho añicos por culpa de aquel chico.

Quería gritar de dolor, volver para demostrarle todo el daño que me había causado durante todo este tiempo. Quería que me pagara las consultas del Sr. Park y mis medicamentos, que me devolviera aquellos dos años, que hiciera lo posible para que pudiera cambiarme de carrera. Que me devolviera a Seúl.

Quería abandonar Daegu. Como aquella vez.

O que me pidiera disculpas...

Jamás le perdonaría a nadie una infidelidad, pues no tuvo motivos para hacerme eso. Sin embargo, y lo que más me dolía... era no recordarle una vez desperté.

¿Por qué mierda no estuvo mi supuesto novio el día que desperté del coma? ¿Por qué nunca vino a visitarme? Eso es lo que realmente me estaba haciendo daño, la causa de mis lágrimas.

"Hola, mi nombre es Taehyung, soy el nuevo."

Durante todo este tiempo había fingido que no me conocía, ¿por qué motivo?

"Pues, simplemente empecé la universidad más tarde de la cuenta. Tuve un año sabático y otro año estuve viviendo en Estados Unidos."

¿Sería que no pudo visitarme porque se encontraba en Estados Unidos? No... Además, estando hospitalizada en Daegu podría haberse cogido un tren o un autobús para venir a verme. Que era complicado decía... Ese cobarde prefería dejarme ahí en coma a tener que verle la cara a mi hermano.

Namjoon... ¿Y por qué él nunca me dijo nada? Visitaba la casa de Taehyung muy a menudo. Se conocían, se toleraban. ¿Por qué mi maldito hermano también tenía que mentirme?

— ¡AGH!

Grité a pleno pulmón en medio de la calle durante unos diez segundos, llevándome las manos a la cabeza y dando una gran patada a una lata de refresco que se encontraba en la cera. Seguí con mi mirada una vez dejé de gritar hacia donde se dirigía botando, parándose justo al lado de una alcantarilla. Ahí levanté la vista y descubrí que no tenía ni idea de dónde me encontraba. La rabia me hacía cegado literalmente.

— ¿Dónde estoy? —Mascullé en voz baja, observando cada detalle que pudiera indicarme en qué lugar de Daegu me encontraba. Acera sucia, paredes muy grafiteadas, un par de farolas, el campo a mi izquierda...

FIRST LOVE ; bts TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora