FIRST LOVE ; bts TERMINADA

Capítulo 34. «Ángeles»

Agarrada con mis piernas a su cintura, Yoongi cargó mi cuerpo como si de una pluma se tratara. Sujetó mi trasero con sus grandes manos para evitar que me resbalara y tumbó la banqueta del piano de un golpe al levantarse. Él no era muy fuerte, además se la pegaba todo el día haciendo música sentado o echándose una siesta en el colchón. No obstante, cuando se trataba de llevarme a la cama, al rubio le entraba una fuerza sobrehumana tan impresionante que podía conducirme a ella con solo la punta de sus dedos. Además, tenía la capacidad de hacerlo trazando besos desde mis clavículas hasta mi boca, y aquello me dejaba loca.

Una vez llegó a su destino, me dejó caer sobre el colchón e hice sonar los muelles. Estuvimos separados durante poco tiempo, pues en seguida colocó sus rodillas a ambos lados de mis piernas, encerrandome bajo su cuerpo. Se acercó poco a poco a mí, hasta quedar, literalmente, a unos escasos dos milímetros de distancia. Esperé paciente que colocara sus labios sobre los míos, pero estos jamás llegaron.

- Si quieres podemos hablar de lo que te pasa. -Pronunció en un tono de voz casi inaudible mientras bajó una mano a su pantalón para desabrocharse lentamente el cinturón. Al ser tan grave ese susurro, pude sentir como sus palabras hicieron retumbar mi corazón.

- Creo que prefiero más este plan... -Imité el volumen de su voz pero no conseguí sonar ni la mitad de sensual que él.

Yoongi se encontraba sobre mí pero sin tocarme lo más mínimo. Me tenía atrapada con su cuerpo, dejándome sin escapatoria alguna.

Tampoco era como si quisiera escapar.

Cansada ya de esa absurda espera, tomé las riendas de aquella situación y volví a rodear su cuello con mis brazos, atrayéndolo hacia mí. Lo último que vi antes de cerrar mis ojos fue una sonrisa ladina dibujada en su rostro. Sabía perfectamente que disfrutaríamos de aquel encuentro.

En situaciones normales, en menos de cinco segundos toda nuestra ropa estaría desperdigada por el suelo de aquel estudio; muchas veces llegábamos a la cama ya desvestidos. No obstante, aquella vez estaba siendo sutilmente diferente.

La mayor de aquellas pequeñas diferencias fue que en esos momentos, Yoongi habría dejado de ser Yoongi. Yo no estaría besando al rubio pianista, si no al moreno deportista. Jungkook me estaría acariciando mientras yo mantuviera mis ojos cerrados. Sería él quien me besara con lascivia. Yo también dejaría de ser yo para el contrario. ¿Por qué entonces seguía sintiendo que el que estaba en la cama conmigo no era otro sino Yoongi?

Poco a poco fui abriendo los ojos mientras sentía sus frías manos subir por mi abdomen, mientras me quitaba la camiseta.

Para mi sorpresa, Yoongi también los tenía abiertos.

- ¿Ocurre algo? -Inclinó su cabeza al hacer su pregunta, parecía un pequeño gatito.

- Tienes los ojos abiertos. -Lo miré fijamente mientras me deshacía de la prenda yo misma.

Él calló, durante unos largos cinco segundos, en búsqueda de alguna respuesta. O más bien, excusa.

- Tú también los has abierto. -Se separó algo más de mí, sentándose sobre sus piernas en posición oratoria. Yo le seguí y copié su pose, para quedarme a su misma altura.

- Es que... N-No logro... -Tragué saliva. ¿A qué venían estos nervios? No era la primera vez ni mucho menos que Yoongi y yo hacíamos esto. Pero desde luego, si era la primera en la que me costaba tanto desconectar de la realidad y sumergirme en mi propio sueño.- No logro imaginar a...

Ahora inclinó la cabeza para el otro lado, esbozando una tierna pero pícara sonrisa. Bajó a su vez su vista a mi pecho. No era una mirada lasciva, pues parecía querer respirar a la misma velocidad que yo.