Capítulo 35. «El comienzo»

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Sin intentar pensar en mi complicada situación actual, caminé a la parada de autobús en la que hacía unas pocas horas me había bajado. El ambiente era muy frío, así que Yoongi me prestó la única bufanda que tenía. Su lana picaba un poco, además dejaba pelusa en mi jersey. No obstante, todo eso importaba una mierda cada vez que guardaba mi cara en ella para poder oler mejor el aroma del estudio de Yoongi. Posiblemente, aquella pieza de ropa era la única de todo su armario que no apestaba a tabaco.

Sí, intenté no pensar en nada. ¿Pero acaso aquello era posible? Cuando la batería de mi teléfono murió, llevándose consigo la único manera de entretenerme en aquella larga espera, la voz de Taehyung se me metía en los oídos en forma de un intermitente y molesto pitido.

"- Pero yo te a-amo..."

También sus ojos llorosos mirándome, recuerdo que me dejó paralizada.

En aquellos momentos me sentía una pésima persona, pues las lágrimas de Jungkook también me mojaron.

"- ¿Y a mí me amas?"

Pero, sobretodo, aquella respuesta abierta de Yoongi, era lo que más me estaba afectando. Mucho más que el frío.

Ya hacía tiempo que dejó de pronunciar su nombre... y yo, ilusa y poco confiada, pensaba que jamás conseguiría superarlo. No es porque tuviera poca fé en mi confidente, ni mucho menos. Tan solo, me gustaba sentirme acompañada en ese sentimiento de dependencia insana que tenía por otra persona.

Me alegraba mucho por Yoongi, pero una pequeña parte de mí lo maldecía a viva voz por hacerme sentir tan confundida en aquellos momentos tan complicados. Esas palabras... ¿había insinuado que sentía algo por mí? ¡Estaba rompiendo la primera regla de nuestra relación!

"- No podemos enamorarnos el uno del otro, eso es lo más importante.

- Ja... ¿Te crees que con los idiotizados que estamos vamos a caer por otra persona?

- Solo te lo advierto, pequeña. Tengo un "encanto" muy irresistible."

Genial, ahora además estaba roja.

Palmeé tres veces sin demasiada fuerza mis mejillas para así ordenarme a mí misma bajar aquella calentura y solté un profundo suspiro. Estaba muy cansada de todo. Y además tenía frío. Demasiado. Lo que más me frustraba de todo es que el maldito autobús se estaba retrasando. ¿A caso esto era así siempre?

Por suerte, un caballero hizo su aparición para salvar a esta doncella en apuros.

El impecable BMW de mi hermano estacionó justo frente a la parada, como debió haber hecho el autobús hacía veinte minutos.

- ¿Qué haces aquí?

- Vamos, sube. -Me ordenó, pasando olímpicamente de mi pregunta. Oí como desactivó el pestillo de las puertas.- Debes estar congelada.

Tenía toda la razón, me estaba convirtiendo en un cubito de hielo ahí sentada. Por suerte, el aire caliente estaba encendido dentro del vehículo, así que entré en calor rápidamente. Sin embargo, eso no fue motivo para deshacerse de la bufanda, aún seguía escondiendo mi boca en ella.

Namjoon conducía sereno, y yo me dejaba conducir tranquila. Aquella era la primera vez en mucho tiempo que no tenía que hacerme con la manilla de la puerta para sentir más seguridad. Podría acostumbrarme rápido a esto, dejar de tener miedo y eso me hacía feliz.

- De modo que has cogido el autobús, ¿eh?

Asentí, aprovechando que mi hermano se volteó para mirarme mientras el semáforo estaba en rojo.

FIRST LOVE ; bts TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora