FIRST LOVE ; bts TERMINADA

Capítulo 26. «Sorpresa»

— No sé que me está pasando...

Hacía frío aquel día, demasiado para la poca ropa que llevaba. Ni si quiera la rápida fricción de mis manos consiguió disminuir los tembleques que se presentaban en mi cuerpo. Si no hubiera sido porque Jimin tenía que terminar de fumar, ya habría entrado de nuevo a la clase.

— ¿A qué te refieres? —Dijo él con un cigarro entre los labios. Sus manos estaban guardadas en los bolsillos de su cazadora. Tenía maestría para soltar el humo e inhalar seguido sin despegárselo de la boca, a pesar que en contadas situaciones lo había visto fumar.

Aquella mañana salí temprano, no me apetecía encontrarme por el camino con Jungkook... Quedé por mensaje de texto con Jimin para hablar con él justo antes de clase, pues desde hacía días estaba siendo un gran confidente para mí. Necesitaba contarle sobre lo de la tarde anterior y el porqué de que me pasara toda la noche despierta debido a los recuerdos que inundaban mis pensamientos: mi cuerpo sobre el de Jungkook, labios con labios, sus manos en mi cintura... toda aquella lujuria que me había prendido.

Sin embargo, no era ese calor sino el miedo de no sentir mi corazón palpitar lo que me había arrebatado el sueño.

— Últimamente... siento que no me conozco. O que todo el mundo me conoce mejor que yo. —Resoplé, fijándome más tarde en el vapor que mi boca había soltado.

— ¿Es algo de la amnesia? —Jimin seguía intentando ver el sol colarse entre las ramas de los árboles. Aquella mañana estaba siendo muy nublada.

No supe qué responder... porque tampoco fui capaz de confesarle que el día anterior había conseguido besar a Kookie. No por vergüenza, si no por respeto... Él aún sentía cosas por mí y, a pesar de que él sabía lo enamorada que creía estar de Jungkook, hacía el esfuerzo para consolarme. Me encantaba haber conocido al verdadero Jimin.

— No lo creo... Simplemente es cosa mía y de mis sentimien...

El poco sol reflejado en la piel de Jimin radiaba pureza y una armonía que se vía apagada con el humo que desprendía el cigarro.

— Oye... —Me corté a mí misma aquella frase, pues la gran curiosidad que sentía por saber desde cuando fumaba me incitó a cambiar drásticamente de tema.— No sabía que...

— Siempre me fumo un cigarro por las mañanas. —Volvió a dar una calada, mucho más profunda que las otras.— Ahora he sumado uno a antes de acostarme. —Al expulsar el humo, sus cabellos grisáceos que caían sobre la frente se revolotearon un poco. Acto que aproveché para alargar mi mano y sacudir las puntas de estos.

Jimin se quedó paralizado cuando me vio levemente sobre él. Entre ambos había una distancia considerablemente espaciosa, aunque, puede que no lo suficiente para su corazón. Aún así no me apartó y esperó paciente a que yo terminara de tocar su pelo.

— Vamos, Jimin-ssi. ¿No te ha enseñado tu padre que fumar es adictivo? Lo estás sintiendo en tus propias carnes. —Dije con un tono mezcla de risa y preocupación. Me parecía muy atractivo verle fumar pero sabía perfectamente los riesgos que esto conllevaba.

— ¿P-Por qué me llamas así? —Dijo un poco avergonzado, intentando tapar de manera inútil el rubor de sus mejillas.— Fumar me mantiene relajado, es un mal hábito que cogí en las clases de ballet. A-Además, mi padre no es el más indicado... Fuma paquete y medio al día.

Quedé en estado de shock por aquello último. Pudo ser eso la razón de porqué la consulta del Sr. Park olía siempre a ambientador de limón. Reí como una tonta dándome un pequeño golpe en la frente.

— Bueno pero... ¡igualmente deberías dejarlo! Seguro que hay más soluciones para relajarte, como tomarte una tila. —Argumenté mi posición pero todo sonaba a una sarta de mentiras cuando me quedaba embobada viendo como el contrario se colocaba sobre sus labios carnosos aquel palo de cáncer y se los relamía cuando dejaba salir el humo.— ¡Y-Y del tabaco a la droga tan solo hay un paso!