Pequeña diosa, descendiente de Poseidón que traerá poder y destrucción al Olimpo, esa era Isis, para todos; una simple mortal, para su madre; que ya veía como los dieciocho años de vida de su hija llegaba a ella, no era una simplemente mortal. Como...
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Entré a la habitación llorando, quizá la fiesta anterior había sido terrible desde mi punto de vista, pero en esta ocasión Luke se había comportado más insoportable que de costumbre. Había tocado un tema sensible para mí; mencionó a mi padre y aunque deseaba poder odiarle, aún existía esa sensación de querer saber más acerca de él. Respecto a ese tema en mi mente aun había muchas dudas, dudas que con el tiempo había aprendido a ignorar para no cuestionarle a mi madre haciéndola sentir incomoda.
Observé la herida que Luke había dejado en mi brazo. Luke me había lastimado de alguna manera y no tenía ni la menor idea de cómo logró realizar tal quemadura, estaba asustada porque estaba completamente segura que nada había sido parte de mi imaginación; el rubio me quemó con la palma de su mano. Busqué la crema que utilizaba para poder pasarla sobre la herida y tratar de hacer que esta doliera menos, lo único que necesitaba era que la herida dejar de escocer por un momento.
Observé la herida una vez más y de nuevo pude escuchar como Luke mencionaba a mi padre ¿Cómo era que él le conocía? Lo que más me molestaba era que el ojiazul conociera a mi padre y que tomara eso en ventaja para él y cuando tenía la oportunidad me fastidiaba con eso provocando que la herida causada por el abandono de mi padre aumentara aún más. Tomé el vaso con agua que reposaba sobre mi mesa de noche y decidí que echarme algo de agua sobre la herida, quizá eso ayudaría a disminuir el dolor. En cuanto lo eché el agua sobre la herida esta comenzó a sanar poco a poco mientras el líquido se escurría alrededor de ella.
—¿Qué carajos? —exclamé al ver lo que estaba sucediendo.
—Tranquila —escuché como alguien habló y mi cuero se paralizó—. Te acostumbrarás con el pasar de los días
Con temor alcé mi mirada hacia el espejo y observé que alguien se hallaba detrás de mí. Un tipo más alto que mí e incluso podía decir que era más alto que Luke, su cabello era rubio y sus ojos eran de un verde profundo. El tipo se encontraba sentado sobre mi cama, vestía unos vaqueros azules y una camisa blanca de vestir junto a zapatillas negras ¿Quién era este hombre y como había ingresado a mi habitación? Para este momento yo ya me encontraba histérica.
—Luke ya te ha hablado acerca de mi —mencionó poniéndose en pie.
—Por favor —mencioné menos histérica al ver que todo era una broma de Schwartz—. Sé que todo esto es una estúpida broma de Luke
—Él no te está mintiendo, Isis —trató de convencerme.
—Ya vienes a decirme que eres el padre de Luke, Hades —dramaticé—. No puedo creer algo tan estúpido, así que ve y dile a Schwartz que no me encuentro del todo bien para que venga a hacerme bromas inútiles —lo miré—. Ya sabes donde es la salida, así que puedes retirarte
