Pequeña diosa, descendiente de Poseidón que traerá poder y destrucción al Olimpo, esa era Isis, para todos; una simple mortal, para su madre; que ya veía como los dieciocho años de vida de su hija llegaba a ella, no era una simplemente mortal. Como...
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Luke se separa de mí y sin más que decir se retira, enseguida miro la hora y me doy cuenta que voy casi diez minutos tarde a mi clase con Evan, mi teléfono timbra y observo que una llamada por parte de Evan está entrando y me preparo mentalmente para una reprimenda.
—Hola —saludo al contestar.
—Hola, Isis —escucho la ronca voz de Evan—. Lamento decirte que no podré asistir a la clase hoy, resulta que debo entregar un trabajo mañana y ni siquiera lo he iniciado —se excusa mientras una risa escapa de boca.
—No hay problema —le digo algo aliviada—. Será en otra ocasión
—Hasta luego
—Chao —me despido para cortar la llamada.
Mi cabeza estaba dando vuelta por la confusión con la que me había dejado Luke, ¿Qué era lo que él chico pretendía hacer conmigo?, un suspiro se escapa de mi boca mostrando el cansancio con el que cargaba y para ser sincera todo esto que sucedía con Luke me estaba volviendo loca porque ambos sabíamos lo malo y jodido que era toda esta situación, pero aun teniendo en cuenta eso seguíamos haciendo, fingiendo como si nada malo fuese a ocurrir y había algo que realmente me preocupaba ¿Qué iba a ocurrir se lo dioses se daban cuenta de lo que ocurría entre Luke y yo? ¿Qué podía suceder con nosotros?
Comienzo a caminar hacia el edificio donde se encuentra mi departamento para la roca voz que habla detrás de mí hace que detenga mi paso y me quede estática por unos cuantos segundos.
—Hola, Isis
—¿Qué haces acá? —respondo tajante.
—Es claro que hago acá
—No hace falta que tengas que fingir que me amas —lo miro severamente.
—Isis, de verdad necesito hacer esto —dice en manera de reproche y yo dejo escapara una leve carcajada sarcástica.
—¿Para tu bien? —lo miro—. No, gracias, prefiero morir primero a ceder ante ti
—No comiences como tus amiguitos —dice molesto.
—Lo hago por la simple razón de que sé que es lo que está bien y lo que no está bien —digo agotada—. Y tampoco pienso dar mi brazo a torcer de ninguna manera
—¿Qué tanto te ha metido Luke en la cabeza? —me cuestiona.
—¿Luke? —lo miro confundida—. Él no me ha dicho nada que yo ya no sepa
—Ellos mienten —sonríe con molestia—. Ellos apoyan a Zeus
—A como ellos pueden estar mintiéndome, tú también puedes estar haciéndolo —me acerco un poco a él—. No me pidas confianza, porque es lo me nos que daré —lo miro molesta—. Te largaste toda mi vida y ahora pretendes volver solo porque necesitas de mí, porque de alguna u otra manera necesitas remendar tus errores
