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De nuevo me encontraba en la habitación acostada sobre mi cama escuchando como Azeneth me insistía para que asistiría a una nueva fiesta y en mis planes no estaba realizarlo, en mis planes estaba el buscar la manera de solucionar el problema de mi...

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De nuevo me encontraba en la habitación acostada sobre mi cama escuchando como Azeneth me insistía para que asistiría a una nueva fiesta y en mis planes no estaba realizarlo, en mis planes estaba el buscar la manera de solucionar el problema de mis cuadernos mojados más el repasar las notas que había tomado en clase durante el día.

—Por favor —puso sus manos en forma de plegaria—. Le vas a pasar increíble —hizo puchero—. Ya conoces a los chicos, Isis, prometo que nada malo ocurrirá

—Azeneth, ya no le insistas —escuché a Luke hablar—. Ella no quiere venir —me miró—. Por lo visto la niña de papi prefiere quedarse encerrada en su cuarto leyendo cosas que nunca le ocurrirán —habló en tono burlesco

—Si iré —mencioné poniéndome de pie y sonriéndole a Azeneth.

—Lo sabía —celebró mientras aplaudía como una niña chiquita—. Cámbiate que nos iremos pronto

Luke me miró severamente mientras un resoplo se escapó de su boca para luego tumbarse en la cama de Azeneth junto con Arian, me estaba cansando de que Luke siempre estuviera metiéndose en mis decisiones y que por culpa de él siempre terminara cambiando el rumbo de mis planes.

—No pienso cambiarme frente a ellos —los señalé.

—Tranquila —habló Arian poniéndose en pie—. Yo las esperaré en el auto

—Gracias, Arian —sonreí.

—Yo me quedaré aquí —mencionó Luke sonriendo con algo de burla.

—Sal —le exigí.

—¿Tu y quien más me lo exige? —me retó.

—Mueve ese culo, Schwartz —habló Arian antes de que yo lo hiciera.

—Eres un aguafiestas, Fave —mencionó poniéndose en pie.

Ambos salieron de la habitación, dejándome junto Azeneth quien había comenzado a inspeccionar su ropa para ver qué nuevo conjunto usaría esta noche. Por mi parte, comencé a realizar lo mismo. Esta noche no deseaba utilizar ningún vestido, así que no tenía ni la menor idea de que vestiría y sabía que si le decía a Azeneth me haría utilizar uno de sus reveladores vestidos y no gracias. Comencé a revisar el mueble en el que había colocado mi ropa y encontré unos pantalones negros que había comprado hacía unos meses atrás y que aún no había utilizado. Había hecho aquella compra porque en los últimos meses había deseado cambiar mi manera de vestir, pero aún no me atrevía porque eso implicaba tener que salir de mi zona de confort y no me encontraba lista para ello, además, que el haber estado viviendo con mi madre tampoco me dejaba progresar mucho en mi pequeña decisión.

—Azeneth —murmuré algo insegura.

—¿Sí? —respondió mientras se colocaba su vestido.

Pequeña Diosa |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora