Pequeña diosa, descendiente de Poseidón que traerá poder y destrucción al Olimpo, esa era Isis, para todos; una simple mortal, para su madre; que ya veía como los dieciocho años de vida de su hija llegaba a ella, no era una simplemente mortal. Como...
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El sonido del celular de Luke hizo eco dentro de la habitación provocando que despertara, me moví un poco haciendo que Luke se removiera algo incómodo por estar interrumpiendo su siesta.
—Luke —lo moví un poco.
—Mmm —dice tomándome de la cintura para acércame más a él.
—Luke, te están llamando
—Deja que sigan llamado —menciona adormilado.
—Yo contestaré —le digo resignada.
—Está bien —murmura.
Estiré mi brazo para contestar la llamada, la pantalla del celular me informaba que la llamada entrante era por parte de Azeneth.
—Dime —mencione al contestar la llamada.
—¿Isis? —dice mi nombre confundida.
—Luke está dormido —respondo y escucho como Blaz deja escapar una gran carcajada—. Dile a Blaz que no ha ocurrido nada de lo que pasa por su mente
—Deben venir a la facultad lo más rápido que puedan
—¿Qué ha ocurrido? —pregunté poniéndome en pie apartando a Luke.
—Todos se encuentran bien, pero todo está bastante destrozado —me responde.
—Dile que enseguida vamos —me dice Luke poniéndose en pie.
—Ya lo has escuchado —le digo a la chica.
—De acuerdo
Mi amiga corta la llamada, tomo mi abrigo y me coloco mis zapatos. Observo a Luke y su mirada está cargada de enojo y bastante preocupación.
—Todo está bien —le menciono dejando un beso sobre sus labios.
—Yo también espero que todo esté bien
Ambos salimos de la habitación y salimos rápidamente del edificio para dirigirnos hacia el auto de Luke. El camino que recorrimos hacia la residencia había sido bastante silencioso y era entendible ambos estábamos demasiado preocupados como para iniciar una conversación.
Luke tomó mi mano y la entrelazó con la suya y a pesar de que me sentía bastante preocupada, Luke buscaba la manera de hacerme sentir en paz.
—Luke —menciono su nombre—. ¿Qué pasaría si esto se llega a salir de nuestras manos?
—Ahora no quiero pensar en eso —me dice—. Sé que todo esto te preocupa y créeme que a mí tambien
