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Mantengo mi mirada sobre él tratando de no sentirme intimidad por su mirada, pero poco a poco el chico consigue que comience a verme débil frente a él y aquello era lo que menos quería. Algo en mi subconsciente me decía que frente a él no podía verme, debía demostrar que era fuerte, aunque ni yo misma me lo creyese.

—Chicos —escucho la voz de Azeneth.

—Gracias al cielo apareces, Azeneth —digo algo relajada.

—Veo que ya hablaste con Luke —contesta sonriendo.

Al fin logro conocer el nombre del rubio. Sonrió al ver a Azeneth y a pesar de que a mi madre la chica no le agrada en lo más mínimo, por mi parte estaba tratando de entablar una relación de amistad con la chica, pero lastimosamente luego observaba a Luke y me daba cuenta que era bastante complicado. La chica y yo éramos como el agua y el aceite, éramos totalmente opuestos.

—Déjame decirte que tu maldito novio es un maldito grosero —dije bastante molesta.

La mirada de Azeneth se dirige hacia el rubio y ambos comienzan a reír como si les hubiera contado el mejor chiste de la historia. Sé que mi rostro se encuentra con una expresión de confusión al ver la reacción de ambos.

—Luke Schwartz no es mi novio —responde ella aun riendo—. ¿Qué le has dicho, Luke?

El rubio solamente se encoge de hombros y comienza a caminar en la dirección contraria a nosotras, haciéndome pensar que de verdad se iba a retirar del lugar y ya no fastidiaría más mi paciencia. Su manera de actuar con Azeneth me daba a entender que en verdad era una persona bastante repugnante y desagradable con todo el mundo, incluso con sus amigos.

—Mira, Isis —menciona Azeneth mi nombre mientras la sonrisa no desaparece de su rostro—. Esta noche habrá una fiesta en la casa de un amigo —la miro prestando atención—. Quizás quieras venir con nosotros

Comienzo a reír como si la chica me hubiese contado un gran chiste como yo lo había hecho anteriormente, mi risa llama la atención de Luke quien se encontraba a unos cuantos metros de nosotros al parecer esperando por Azeneth.

—No, gracias —sonreí—. No soy una persona que me guste ir a fiestas, además, luego de clase debo ir a realizar unas compras

Observo como en el rostro del rubio aparece una media sonrisa y su mirada se desvía hacia su celular, mientras comienza a ignorarnos nuevamente. Agradezco a los dioses que el chico haya decidido irse por su propia cuenta, aunque se encontrara a unos cuantos metros de nosotras.

—Vamos, Isis, por favor —mencionó la chica—. Ya estás en la Universidad, mira ya has perdido tu primera clase —traté de interrumpirla, pero ella no me lo permitió—. Venir a una fiesta de vez en cuando no te hará daño, además ¿Cómo piensas ir al centro? Pensé que no tenías coche

Pequeña Diosa |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora