Observé como las estrellas iluminaban con alegría el cielo. Siempre había creído que cada estrella contaba una historia y que cada estrella que pudiese mirar era algún momento importante en mi vida.
Observé la estrella más grande y quise creer que esa era mi madre, porque a pesar de que ella olvidó que tenía una hija, yo no logré olvidar que en algún momento tuve una madre.
Miles de veces miré las estrellas queriendo encontrar alguna respuesta, porque mi abuelo de niña me decía que en las estrellas siempre iba a encontrar una respuesta, aunque nunca fue así. Miles de veces le pregunté a las estrellas sobre lo que era el amor, sin saber que ellas no tenían ni idea de lo que era ello. Ahora la respuesta la tenía frente a mi cada vez que Luke me permitía deleitarme en el color azul de sus ojos.
Luke y mis hijos son la respuesta que por mucho tiempo estuve buscando, esa respuesta que las estrellas me enviaron. Luke era el amor de mi vida y Nara era mi alma gemela.
El amor es ese sentimiento que no necesita ser mencionado para que todos sepamos que existe. Uno nunca elije el amor, el amor te elije a ti porque él sabe que de alguna manera tu buscaras la manera de llegar hacia el más fácil, pero es que quien diga que el amor es fácil se equivoca. El amor es el sentimiento más complicado, durante el camino siempre habrán caídas y muchas dolerán, pero son las que te harán fuerte.
Miles de veces caí tomada de la mano de Luke, muchas veces nos arrastramos hasta conseguir ponernos de pie. Desde un inicio el universo y los dioses sabían que Luke iba a ser el amor de mi vida, pero por siempre mi amor más puro sería Nara, una niña de ojos celestes que logró conquistarme en cuanto nació. Nara sería la diosa que el mundo amaría,
Nara había enseñado a cada uno de nosotros lo que el amor como lo decía la leyenda que mi madre me contaba de pequeña, Nara era la siguiente diosa del amor, la que con su sonrisa flecharía miles. Nara debía aprender a amarse así misma para ser esa diosa perfecta y de eso nos estábamos encargando Luke y yo.
De un amor imparable como el océano, nacerá la perfecta diosa del amor. Una perfecta y hermosa criatura que enseñara a amar al mundo entero, su alegría encantara.
De un amor tan fuerte como el viento, nacerá la perfecta diosa del amor. La eterna heredera será y de ella el rumbo de la vida dependerá.
Tan perfecta danzará entre mares y montañas, entre cielo y tierra. La diosa del amor demostrará que el amor todo lo cambiará.
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Pequeña Diosa |Terminada|
Ficção AdolescentePequeña diosa, descendiente de Poseidón que traerá poder y destrucción al Olimpo, esa era Isis, para todos; una simple mortal, para su madre; que ya veía como los dieciocho años de vida de su hija llegaba a ella, no era una simplemente mortal. Como...