Un año antes del apocalipsis.
Una muchacha muy hermosa estaba caminando por el bosque cantando una canción de su banda favorita, Oasis.
Se había escapado de su hogar mientras todos dormían, sentía que no podía respirar al estar encerrada en una habitación de cuatro paredes escuchando los ronquidos de los demás que se podía escuchar hasta China.
Se había criado ahí toda su vida, dieciséis años para ser exactos, rodeada de las mismas personas que fueron creciendo al igual que ella durante los años, moría de ansias por saltar de la ventana de su habitación y huir, muy lejos de ahí pero no podía hacerlo por dos motivos, uno: era menor de edad y no sabía donde ir, y dos: debía cuidar a cierta personita.
Por lo que en vez de escapar de su hogar y vivir otra vida, escapaba por ella para internarse en el bosque, siempre a la misma hora, la una de la mañana.
Sabía que era muy peligroso pero eso no le impedía caminar en el, admirando la luna en su punto más alto alumbrando, le daba cierta paz estar en el bosque, escuchando las hojas crujir a cada paso que daba y los sonidos de los animales que habitaban en ella.
So Sally can wait
She knows it's too late as she's walking on by
My soul slides away
But don't look back in anger
I heard you say
So Sally can wait
She knows it's too late as we're walking on by
Her soul slides away
But don't look back in anger
I heard you say
So Sally can wait
She knows it's too late as she's walking on by
My soul slides away
But don't look back in anger
Don't look back in anger
I heard you say
At least not today
-que linda vos tienes-una voz ronca y arrastrada logró sobresaltar del susto a la joven.
Detrás de ella estaba un hombre calvo y con gran panza, al parecer le costaba mantener su equilibrio y la joven supo el motivo de ello al ver que en la mano derecha del sujeto llevaba una botella de cerveza.
Un tanto asustada dio la vuelta dispuesta a regresar a su hogar pero una mano la sujetó con fuerza del brazo tirando de ella provocando el impacto en ambos cuerpos.
-sueltame-ordenó ella tratando de sonar firme pero un atisbo de temblor se notó en su voz.
-cállate-alzó la voz el borracho enterrando su nariz en la larga cabellera anaranjada de la joven-hueles bien.