Al día siguiente
-transmisión a canal de emergencia, me dirijo a Atlanta por la autopista 85...si alguien me escucha conteste...¿alguien me escucha?-después de ser informado por Morgan, el hombre de piel oscura, sobre los "caminantes", fueron al día siguiente a la casa del sheriff donde él tenía la esperanza de que su esposa e hijo lograron escapar de esa catástrofe al comprobar que faltaban ropa, comida y los álbumes familiares.
Rick, junto a Morgan y su hijo, Duane, fueron en busca de armas y autos en la estación de policía donde Rick trabajaba.
Ambos hombre tomaron caminos diferentes pero Rick le había entregado un comunicador donde le prometía informarle cada avance que llegara a hacer en su búsqueda.
Por otro lado, una joven muy hermosa, de cabellera rubia y ojos claros, se acercó corriendo a la radio al escuchar la voz de un hombre a través de ella.
-si, hola-cayó de rodillas al suelo desesperada de que esa persona del otro lado la escuchara.
-pueden escucharme.
-si, te escucho-contestó la joven mientras las personas a su alrededor se acercaban atentos a la conversación-no muy bien, cambio-un señor de ya avanzada edad se acercó más a la joven.
-si alguien me escucha, por favor conteste...transmisión a canal de emergencia me dirijo a Atlanta por la autopista 85...si alguien me escucha por favor conteste-volvió a repartir Rick mientras conducía.
-estamos a las afueras de la cuidad-informó la rubia y seguido de ello se escuchó la interferencia-¿Hola? ¿Hola? No, no pudo escucharme-le informó al señor que estaba detrás de ella.
-inténtalo de nuevo-señaló el señor-ven hijo, tu sabes como funciona esa cosa.
Un hacha se estampó a un costado de donde se encontraba la radio.
Un hombre, de piel tostada, cabello azabache con rulos se acercó a la radio y le quitó a la joven el comunicador.
-Hola, hola, la persona que llamó ¿está todavía ahí?-preguntó acercando el comunicador a su oído pero sólo se escuchaba la interferencia-habla el agente Shane Walsh, a la persona no identificada, por favor conteste-nada-no está-informó.
-hay otros-una mujer de cabello castaño oscuro, de contextura delgada estaba detrás de la joven junto un niño de castaño claro y ojos azules-no estamos solos.
-ya lo sabíamos, por eso dejamos la banda encendida-dijo Shane señalando con la cabeza la radio mientras miraba a la mujer frente a él.
-no sirvió de mucho.
-bien.
-hace tiempo que digo que pongamos carteles en la autopista para alejar a la gente de la cuidad.
-no saben en que se están metiendo-dijo la joven rubia mirando al hombre que soltó un suspiro.
-no tenemos tiempo-contestó levantándose del suelo.
-debemos hacernos el tiempo-siguió hablando la mujer.
-¿y a quien diablos propones que enviemos?-preguntó el señor.
-yo iré, denme un vehículo-se ofreció de inmediato la mujer.
-nadie anda sólo, ya sabes eso-dijo Shane mirandola.
-si, señor-dijo ella agachando un poco la cabeza y se aleja siendo seguida del niño.
-oye, oye, oye-dijo Shane deteniendo al niño-ve a sentarte amigo, está bien, vamos.
Shane entró a la carpa siguiendo a la mujer quien estaba de espaldas a él.
-no te pondré en peligro, ¿okey?-dijo Shane pasándose una mano por su cuero cabelludo-yo nunca haría eso. Si te molesta y tienes muchas ganas de darme un golpe, te diré algo, si sientes eso adelante, aquí estoy. Vamos.
La mujer se dio la vuelta mirándolo.
-no puedes irte así, tan enojada-siguió hablando Shane mientras ella miraba a cualquier lado menos a él-si no lo quieres hacer por mi, ni por ti, está bien, pero-la mujer lo miró-hazlo por él. Ya ha pasado por mucho, y no perderá también a su madre-trató de converserla. Ella asintió muchas veces con la cabeza-¿bien?
-soy buena madre.
-dime que lo vas a hacer-pidió Shane.
La mujer asintió con la cabeza y él sonríe complacido.
-hey-Shane miró detrás de él para asegurarse que no hania nadie y se acercó cada vez más a ella, ambos compartieron miradas y se fueron acercando hasta que sus labios se estrellaran.
-mamá-el niño de hermosos ojos azules se encaminaba a la tienda haciendo que ambos adultos se separaran.
Shane se alejó de ella y salió de la tienda.
-tranquilo, está ahí.
-hey, no te preocupes-la mujer se agachó para quedar más o menos a la altura de su hijo-no pienso ir a ninguna parte, ¿si?-le sonrió a su hijo quien también le sonríe-¿si? Ve a jugar.
-bien.