❝O 2 3❞

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PADRINO.

No había palabras para explicar lo que Jung Suga estaba sintiendo, respiró hondo, tomo fuerte el bastón de huesos que tenía y vio con demasiado odio a su padrino.— Vaya carácter estúpido que heredaste de saber quién. —dijo el pelirrojo con burla, tomando gratamente el té de la tarde, mientras veía despectivo al castaño.

—¿Cuál es el motivo de tu visita?. —escupio la pregunta con reproche, JiMin, quien estaba sentado a su lado, siguió dibujando para no tener que ver como esos dos se asesinaban con tan solo mirarse.

Tenían miradas casi idénticas.

—Solo vine de paso, voy al inframundo a hablar con Lucifer, ¿solo quería saber cómo estábas?.

—Ese cuento viejo a alguien más, escupe lo que quieras decirme. Estás aquí porque mi padre te ha mandado, O será, ¿Qué vienes a ver al hijo que siempre quisiste que fuera tuyo?. —dos golpes muy bajos, fue lo que pensaba Min JungKook. Pero no sé dejo vencer, porque sabía jugar muy bien ese juego.

Prefería guardar silencio, no era necesario que ese chico castaño supiera la verdad de como había sido concebido. Mejor dicho, no debía saber que el era su verdadero padre biológico. No, no le gustaba el drama.

—No —dijo primero—, vine a ver al mocoso de mierda que hizo sufrír al ser más importante de mi existencia, pero veo que estás bien, y que no has muerto. —respondio el pelirrojo, jugando con su reloj de mano.— También ha decirte, que tu padre me ha hecho hacerte saber de algo de suma importancia. —menciono, levantándose del sillón, tomo sus cosas y con un porte de un doctor maquiavélico le sonrió al pobre castaño, quien tembló de terror, conociendo ya el carácter del hijo primogénito del amigo de su padre HoSeok.— Felicidades, tu lindo papi ha decidido que es hora de que te cases. —el pelirrojo rió tan feliz dirijiendose a la salida. Se escucho como un lápiz cayó al suelo, al igual que una taza de té, JungKook se mostró serio, indiferente con esa apariencia de adulto veintiañero (edad que tendría por el resto de su vida), se detuvo en la puerta y dijo antes de irse:— Tranquilo ahijado, que tú prometido está al lado tuyo, siempre estuvo al lado tuyo, desde ya hace un año. —y así, Min JungKook, salió por la puerta principal en el reino del Limbo, con una sonrisa de victoria por al fin haberle devuelto la jugada al insoportable de su hijo no tan suyo.— Esto de ser padrino es genial.

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¿Leyeron Death and living puppet?.
Por qué si no, no van a entender a lo que JungKook se refería con ''hijo".

Amo Suga. © |YoonMin| #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora