Hijo.
JiMin estaba maravillado, observando con admiración al tan bonito ser frente de el. Suga apretaba un poquito su manito, cosa que le hizo sentir cosquillitas en la pancita, sabía que el castaño estaba nervioso, fue por eso que lo abrazo del brazo, apretando más el agarre en sus manos. Transmitiendole toda la calma posible.— Has crecido. —fue lo que dijo el hombre de cabellos grises y sonrisa simétrica, el cual sujetaba la mano del señor Muerte.— Supongo que no recibiré ni un hola. —bromeo un poco, aunque se notaba nervioso. Suga sin embargo se mantenía sereno, sin ninguna emoción en su rostro, totalmente carente de emoción, o eso intentaba demostrar.
—No seas irrespetuoso y saluda a tu padre por favor hijo mío. —ordeno HoSeok. No quería actuar tan severo con el castaño, pero era un hueso duro que no podía quebrar, sin duda su hijo era demasiado misterioso.
—Hola padre. —se reverencio, con total educación, demostrando que no solo era un mimado.— Bienvenido a casa, espero no le moleste los cambios que tiene. —dijo con un feo nudo en la garganta.— Pasen, pediré que traigan el té verde que tanto le gusta, el patio sigue igual tranquilo, sus flores infernales florecen bien, yo mismo me encargue de que asi fuera. —ambos mayores se quedaron sin palabras, mucho más HoSeok, ya que nunca había notado esos detalles de la casa.— Mudé mi habitación a la sala, lamento eso, pero si ustedes gustan la desocupare. Ya que la sala siempre ha sido tu lugar favorito para leer, procure que siempre se viera limpia y bella, como a ti te gusta. —JiMin sonrió un poquito, ahora comprendía todo lo que Suga hacia, los cuidados de la casa, el afecto y favoritismo que le tenía a algunos objetos.— Su casa está bien. —termino a decir, cediendole el paso a sus mayores.
—¿Y mi hijo está bien? —la pregunta lo tomo por sorpresa, tanto que no pudo ver a la cara al peligris.— Han pasado cincuenta años desde la última vez que te vi.
—Estoy bien, no se preocupe por mi. —contesto amable— Tengo a mi pareja conmigo, el me comprende. —dijo con total sinceridad.
—Cuidaste de esta casa, pensando que alguna vez volvería. ¿Me odias hijo mío?. —Tae sonaba triste, se estaba conteniendo para no correr a los brazos de su bebé y abrazarlo como nunca. Era su hijo, lo amaba.
—Odiar es un sentimiento muy desagradable. Y la verdad, me da mucha flojera odiar a alguien, así que no. No te odio padre. Ahora comprendo mis errores, así como mis actitudes del pasado y sé que no fue correcto lo que dije en esa ocasión.
Sé sincero, aún estaba arrepentido por haberle hechodo de la casa a TaeTae, echándole en cara la manera en la que él y su padrino JungKook solían tratarse, en como una vez vio a su propio padre besarlo descaradamente. En ese entonces no lo entendía, creía que su padre era despreciable por haber sido infiel a su papá HoSeok, sin embargo, Suga no sabía toda la verdad sobre esa relación, no lo supo hasta tiempo después. Y se sintió un completo imbécil por haberle dicho tanta mierda a su amoroso padre en aquella ocasión, el era testigo del amor que TaeTae y HoSeok tenían, no podía juzgarlos.
—Entonces, ¿Me permites abrazarte?. —el castaño apretó más la manito de JiMin, quien chillo bajito. Suga buscaba la manera de huir y que nadie lo viera llorar.
—Claro, puede hacerlo padre. —temblaba horriblemente. TaeTae poco a poco se acercó, hasta tenerlo entre sus brazos, casi asfixiandolo por lo fuerte de su agarré.
—Mi bebé de azúcar, mi lindo y bello bebé. —sollozo en brazos del hijo— Te amo tanto mi bebé, por favor, no me pidas irme de nuevo, eres lo más importante para nosotros. No nos alejes más mi niño; no queremos verte sufrir, dinos lo que sientes y no te lo guardes, porque te amamos, somos tus padres. —dijo con lágrimas callendo de sus ojos, Suga se mantuvo callado, apretando la mano de JiMin.— Eres el mayor milagro que nos ocurrió. —confeso, y entonces Suga entendió un par de cosas.
El no decir lo que le dolía, hacia que las personas se alejaran.
Y el perdonar, te ayudaba a sanar.
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Amo Suga. © |YoonMin| #6
Fanfiction❝JiMin está muerto, su alma está en el limbo, fue de las pocas almas que no tuvieron a donde ir, ni al cielo ni al infierno. Es por eso que el Dios de la Muerte lo llevo consigo, para dárselo de regalo a su hijo, de nombre Suga. Ahora JiMin es el es...
