No me dejes nunca.
Sin duda el castaño no tenía idea de cómo comportarse, de que decir o si debía estar ahí. La noticia de que su otro padre llegaría, se había esparcido por todo el purgatorio. Suga caminaba de un lado a otro, nervioso hasta la médula de la situación, tal vez en horas, tal vez en días, no lo sabía, pero su padre llegaría.
JiMin seguía sin hablar.
Él seguía atado a una cadena.
Su padre HoSeok estaba molesto.
Y él, no tenía ni idea de que hacer para arreglar todo, porque el único culpable era él.—Estoy bien, sigue dibujando. —le ordenó al menor, quien sólo puchereo molesto, Suga estaba más serio que de costumbre. JiMin solo quería darle besitos o que él le diera besitos, pero desde hace días estaba así, como asustado. El pelinegro volvió a jalar de la camisa del mayor, intentando llamar su atención.— JiMin, obedece por favor. —no quería— JiMin. —reto, viendo la carita tristona del niño, que vestía con ropas holgadas y cómodas, aún metido en la cama.
—Tr... anqu... ilo. —tartamudeo, Suga comprendió las palabras.
—JiMin, no hables, te lastimaras la garganta —el nombrado negó, jalando del brazo al mayor, quien cayó encima del pequeño, JiMin enrolló sus piernas alrededor de la cintura del castaño, abrazándolo por sobre el cuello— ¿Qué haces?.
—Ji... Min, está... a... qui, Co... nti... go. —el pecho del castaño dolió, tan fuerte, incluso podía sentir sus ojos arder. Era su culpa que el menor estuviera así, pero JiMin le estaba sonriendo, tan cariñoso y comprensivo, él no lo merecía. No merecía tener un predestinado tan amable y amoroso, no alguien como él, que era arrogante y estúpido.
—Por favor no me dejes nunca. —de la nada las palabras salieron, como agujas de su boca, tenía tanto miedo de decirlas, tanto miedo, mucho miedo.— Tu no, no creo soportar un abandono más. —se quebró ahí mismo, tapando sus sollozos en el cuello de JiMin, quien sólo se dedicó a darle caricias, sin soltarlo ningún momento.— Todos me dejan... pero esta vez, yo... yo quiero ser muy egoísta y rogarte que te quedes. —porque nunca lo había hecho, todos a los que conocía se iban, o simplemente nunca se quedaban.
Sus amigos, todos se fueron.
Sus abuelos, se fueron.
Su primos, sus tíos, todos se fueron.
Su papá, se fue sin siquiera preguntarle del por qué de su comportamiento.
Su padre HoSeok, aunque no se fue del todo, nunca estuvo ahí para comprenderlo.
Y ahora, no podría, el simplemente no soportaría quedarse solo de nuevo, en un lugar tan triste como el purgatorio, ese lugar que era su hogar. Lo quería claro, pero estando solo, le parecía tortuoso habitarlo.
Porque Suga nunca tuvo el suficiente valor para decir, “Quedate, escuchame, ámame”—Te lo ordenó, nunca te vayas. —susurro casi callendo en un profundo sueño.
Si amo Suga. —penso el menor, porque el tampoco quería dejarlo. Eran una familia, una donde sólo ellos dos contaban, no los demás, ni los problemas del pasado.
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..........................(1)....No sé si me di a entender con el capítulo. Aún así aclararé algunas cositas en el siguiente. Ya que solo quedan cuatro capítulos más.
Recuerden que esto es Fluff.
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Amo Suga. © |YoonMin| #6
Fanfiction❝JiMin está muerto, su alma está en el limbo, fue de las pocas almas que no tuvieron a donde ir, ni al cielo ni al infierno. Es por eso que el Dios de la Muerte lo llevo consigo, para dárselo de regalo a su hijo, de nombre Suga. Ahora JiMin es el es...