Hermione estaba que casi no podía ni andar. La prominente barriga era la premisa de que en tan solo unos días daría a luz a una bebé sana y fuerte. Si el pasar de los meses había sido agotador e incluso frustante el apoyo incondicional de Draco había logrado sacarla adelante. Se querían más que nunca.
Esa noche, Draco llevaba en la silla de ruedas a su esposa para acostarla. Estaba tan nerviosa por el nacimiento de su primera hija que los últimos días había descuidado su alimentación. Tirando comida en secreto o proclamando que no se encontraba bien. Eso la había dejado tan débil que no podía soportar el peso de su barriga al caminar. Draco estaba preocupado por ella, pero tampoco podía forzarla a comer.
- Duerme, yo limpiaré los platos. - dijo dejándola con cuidado sobre el colchón. Hermione, sonrió a modo de respuesta.
El sonido del agua chapoteando contra el fregadero inundaba la casa. Draco, concentrado, trataba de no romper ninguna de las piezas de la vajilla favorita de Hermione. Sin embargo un grito desgarrador le sacó de su ensimismamiento y provocó que lanzara un plato contra el suelo. Se giró asustado. El grito provenía de su habitación, corrió hasta Hermione pensando en las únicas dos cosas que le importaban: la bebé y la salud de su mujer.
Hermione estaba temblando. El sudor caía por su frente y las piernas se le cubrían de líquidos pegajosos.
- Ya viene... - logró decir a Draco.
El hospital estaba muy lejos. La nieve del valle retrasaría mucho el viaje por lo que pedir una ambulancia sería imposible. Además, el personal del hospital mágico del pueblo era escaso, por lo que tenían prohibido actuar fuera de las instalaciones del mismo, no podrían aparecerse en casa de los Malfoy-Granger. Draco procurando no alterarse pensó en la que sería la mejor opción disponible para sacarles del apuro. Modificaría el coche muggle para hacerlo volar, como había visto hacer a los Weasley.
En apenas diez minutos se encontraban atravesando las puertas del hospital con Hermione en brazos.
- ¡Mi mujer esta de parto! ¡Un médico por favor! - gritó Draco.
Una enfermera apareció por el pasillo y le hizo gestos para que la siguiera. Recorrieron varios pasillos hasta que se detuvieron frente a una sala amplia. Draco recibió instrucciones para dejar a Hermione sobre la camilla. Con cuidado le apartó el pelo de la cara.
- Lo harás genial, ya verás. - dijo dando un beso en la frente a Hermione y apartándose para dejar espacio al personal médico que no dejaba de llegar.
- No te vayas. - le suplicó ella.
- Estaré aquí al lado. Nunca te dejaría sola en esto.
Pasada una hora el bebé todavía no salía. Hermione estaba muy agotada, no parecía poder soportar mucho más despierta. Draco sujetaba su mano con fuerza.
- Si tarda mucho más, su cuerpo estará demasiado débil como para un parto natural y nos veremos obligados a intervenir. - dijo un médico.
- No, no. Puedo hacerlo. - respondió Hermione.
Pasada otra hora, una bebé rubia, de piel tostada y de peso formidable había nacido. Su nombre, Roxanne (Rose-Anne) Malfoy Granger.
Tres años después llegarían los gemelos Thomas y Scorpius Malfoy Granger.
Espero que os gusten los capítulos! :)
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Te necesito, Malfoy [Dramione]
FanfictionHay una nueva ley en el mundo magico, una ley proclamada por el nuevo y odiado gobernante, Shaw. Las jovenes que hayan cumplido los 18 serán vendidas en distintos puestos, ya sean escuelas, tabernas, el mismo ministerio... Cada mago podrá adquirir...