14. Tensión en la sala

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Fuck.

La primera palabra que me viene a la mente es esa, fuck.

We're so screwed.

Cuando era chica y aprendía inglés, lo que más me urgía aprender eran las malas palabras, lo que no se debe decir y que uno las dice para sentirse como los adultos cuando maldicen todo el tiempo, por todo. El sentimiento que transmite decir maldiciones es una historia completamente distinta, así que esto se siente ser adulto.

Estamos tan jodidos.

Pero la nueva generación de jóvenes usaban otras formas para expresar lo que les pasa. En este caso, se me ocurren varios.

Memes.

-Acompáñame afuera, por favor. -dijo Yasmín con el rostro sereno.

En ese momento, Cell sintió el verdadero terror.

Viendo todo desde donde estaba, era un poco extraño ver su cara tan tranquila, parecía una psicópata. No sonreía, no se veía enojada, nada. No había nada en su rostro que denote algún tipo de emoción. Yo estaría enfurecida, gritaría, arruinaría toda esa fiesta pedorra si veo a la persona que más quiero haciéndole algo así a mi prima, mi hermana, mi amiga. Cualquiera que tenga algún contacto y confianza conmigo, no me importaría las demás personas observando confundidas.

Nick se incorporó y siguió a su novia fuera de la habitación. Adam se giró a verlos y arrugó el entrecejo.

-¿Por qué se van Yas y Nick?

-¿No viste nada de lo que pasó?

-No, nada ¿Qué pasó?

Negué con la cabeza ¿Cómo es que Yasmín vio todo y él no? Miré la puerta por dónde ambos desaparecieron y el instinto de seguirlos me llenó, sé de antemano que no podría hacerlo sin levantar sospechas entre los demás, pero los impulsos eran tan fuertes...

-Voy al baño-anuncié a Adam-ahora vengo.

Salí por la puerta donde ellos desaparecieron, la sala de estar estaba a oscuras, excepto por la luz de la chimenea encendida, los busqué alrededor, pero se ve que no estaban allí. Agudicé el oído y escuché una conversación en el patio. Más que hablar, eran murmullos. Me acerqué a la ventana y los vi ahí. Nick con la cabeza gacha y Yasmín cruzada de brazos en silencio.

-¿Vas a contestarme o vas a dejar que nos congelemos aquí afuera?

-Yas, yo...

-No, no digas mi nombre, sólo responde ¿Qué hacías manoseando a mí prima?

Ese compa ya está muerto, nomás no le han avisado.

-¡No la estaba manoseando!

-Tenias TU mano es SU pierna. ¿Te crees que soy idiota? ¿Que no me doy cuenta? ¡Hay que ser ciega para no verlos!

-¡No fue así! Por favor, entiendo cómo se vio eso, pero estaba bromeando, Yas... Es la verdad. Apoyé la mano donde no debía por la costumbre que tengo contigo.

-Por la cara de mi prima no parecía que estabas haciendo una broma. -suspiró- Mira, haz lo que quieras, si no me dices lo que pasa, me enteraré de todas formas. Y lo lamento por tu familia, pero no puedo hacer esto. -su voz se quebró.

Miré alrededor buscando un lugar donde poder escucharlos mejor y que no me descubran espiándolos. Por suerte, habían unas cortinas grandes de terciopelo rojo que me cubría de pies a cabeza. Me posicioné lo más cerca de donde estaban ellos y oí lo que pude.

Persiguiendo Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora