19. Versace en el suelo

33 1 1
                                    

«Así que cariño, apaga las luces,
y cierra la puerta.
Oh, me encanta ese vestido,
pero ya no lo necesitarás más,
no, ya no lo necesitarás más.
Besémonos hasta quedar desnudos, cariño...»

Yasmin

-Nicholas... -dije con calma ignorando el hecho de que usó la palabra "novia". Aún no sabía qué hacer respecto a ese título.

-No, Yas. Dime Jake ¿Qué buscas aquí? -increpó ignorándome.

-Un trago -contestó Jake levantando el vaso como prueba. -Y encontré compañía en el camino.

-Lo lamento, pero Yasmín es mi acompañante, no la tuya.

-¿Tu compañía? Estaba sola. A una dama no se la deja sola.

-¿Que te parece si la dejas en paz antes de que te saque a patadas de nuestra fiesta? -prosiguió. Ya me estaba molestando.

-Nunca he notado la cantidad de pronombres posesivos que usas en cada oración. Deberías hablarlo con tu terapeuta. -dijo burlón.

-Soy una persona posesiva, no es noticia para mi terapeuta.

-Con Yas estábamos charlando lo más bien hasta que llegaste a interrumpir. ¿Que te parece a ti, si nos dejas un momento a solas para conocernos mejor?

Una vena se asomó por la sien de Nick. Me miró, ambos lo hicieron.

-¿Tu qué quieres Yas? ¿La compañía de él o la mía?

Contuve una carcajada lo más que pude. Esta imagen, dos hombres discutiendo sobre querer pasar el rato conmigo, era graciosísima.

-Yo creo que necesito salir un poco de aquí. -dije alejándome. Jake se adelantó.

-¡Genial! Tengo un lugar, ven conmigo, te llevo.

-No. Muchas gracias por el rato, pero ya se acabó la fiesta para mí.

Mi habitación era el único refugio de esos dos muchachos en guerra. Una vez cerrada la puerta detrás de mi, opté por alejar la fiesta del ambiente. Persianas, ventanas, encendí la tele y puse música latina. No estuve ni dos horas en la fiesta que ya me agoté. No necesitaba eso, claramente. Lo poco que pude relajarme fue en ese momento que bailamos con Lucy, pero ni ella se encontraba cerca.

Me quité los zapatos, el vestido y me metí en la ducha. Agua caliente para mí cabeza y cuerpo antes de acostarme. Ese Jake era lindo, no podía dejar de pensar en su sonrisa y esa picardía que desprende. Aunque muy en el fondo de mi ser, me fascinó ver a Nick tan celoso, tan posesivo. Por un momento, pensé que la situación se saldría de control y sin embargo fue tan diligente con todo.

Salí, rodeé mi cuerpo mojado con un toallón y con una toalla me sequé el pelo. Al salir del baño a buscar qué ponerme, me sobresalté.

-¿Qué haces aquí?

Antes de contestar, Nicholas me miró de pies a cabeza. Con una media sonrisa en sus labios contestó.

-Eres mi compañía de esta noche, no iba a dejarte sola.

-Creí expresar claramente que necesitaba estar a solas. -el pudor que sentía me habrá hecho ponerme roja como un tomate. Es que él siempre fue tan respetuoso que nunca invadió mi privacidad de esta manera, pero aún así contuve la vergüenza.

Persiguiendo Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora