Cap 10

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Capítulo 10.

Al día siguiente, Sirius se despertó sintiéndose extrañamente confortado.
Trató de moverse, pero unos fuertes brazos se lo impedían.
Miró a su alrededor para saber donde se encontraba.
Supo al instante que se encontraba en casa de Magnus.
Alguna vez, cuando se había quedado cuidando a Harry por la noche, había dormido allí.
Pero no se explicaba por qué tenía a alguien sujetándolo con tanta posesividad.
Sabía que no se trataba de Remus, porque este cuerpo era más grande y musculoso. El licántropo a veces dormía con él cuando las pesadillas le atormentaban y los recuerdos de Azkaban le nublaban la mente.
Entonces, muy curioso, el animago se giró para ver quién dormía con él.
Su corazón se aceleró al comprender de quien se trataba.
-¿Pero qué ha pasado aquí?
Entonces, los recuerdos de la noche anterior le vinieron a la mente.
Cuando sintió que Jace se removía, se quedó quieto para que no se diera cuenta de que estaba despierto.

***HPTMI***

Jace Herondale hacía tiempo que no dormía bien.
A veces se despertaba sobresaltado debido a pesadillas, sueños en los que estaba Clarisa, y últimamente lo que le sobresaltaba eran sueños bastante vívidos y eróticos con él y Sirius Black de protagonistas.
Así que no se explicaba cómo es que ese día, había despertado con calma y sintiéndose totalmente cómodo y descansado.
Aún no quiso levantarse, porque se sentía muy calentito en aquella cama.
La almohada que abrazaba era cálida y le gustaba su aroma.
En ese momento, se dio cuenta de que las almohadas no eran cálidas, ni respiraban ni mucho menos les latía el corazón.
Iba a salir corriendo, pero los recuerdos del día anterior inundaron su mente y se relajó.
Se acurrucó aún más contra aquel cuerpo masculino y se quedó relajado disfrutando de la calma que sentía.

***HPTMI***

Varios meses habían pasado desde aquella mañana en la que Jace y Sirius se despertaron juntos y dos días más tarde, habían comenzado una tentativa relación.
El rubio se sentía un poco perdido algunas veces, porque no era lo mismo estar con un hombre que con una mujer.
Durante esos meses, el mago y el nefilim se habían limitado a besarse y a prodigarse tímidas caricias por encima de la ropa.
Canuto tenía más experiencia, pero sabía que su cazador de sombras necesitaba acostumbrarse y no quería asustarlo.

Remus después de tantos años, había logrado aceptar lo que era. le había costado mucho tiempo, pero ahora era capaz de comunicarse con su parte de lobo y las transformaciones en luna llena no eran dolorosas.
Jordan y él se habían acercado mucho durante todo ese tiempo y también estaban juntos.

Todo comenzó un mes y medio atrás.

Sirius y Maya estaban cansados de esos dos.
Remus siempre se lamentaba de que Jordan no le querría porque es hetero, de que las chicas de la manada le miraban demasiado, de que jamás sería correspondido...
Jordan decía que Remus era un chico y que no entendía cómo es que él se había enamorado de uno. También aseguraba que Lupin no era gay y que si le comentaba sobre sus sentimientos, seguro que le arrancaría la cabeza con los dientes.

Ese día, el animago y la loba decidieron actuar.
Estaban los cuatro en la casa de Sirius tomando algo.
-Jordan. Se me ha olvidado el teléfono en la cocina. ¿Podrías traérmelo?
El joven licántropo aceptó.
Cuando desapareció del salón, rápidamente Sirius le lanzó un "Desmaius" a su amigo y lo levitó hasta una habitación vacía.
Le quitó la varita y esperó.
Cuando el otro lobo apareció por el pasillo, también le desmayó y le metió en el cuarto.
Luego, cuando estuvieron ambos dentro, les reanimó y se apresuró a cerrar la puerta con hechizos.
-¡Sirius Black! ¡Abre la puerta en este instante!
-¡Maya Roberts! ¡Sé que has tenido algo que ver!
-No vais a salir hasta que habléis. -Sentenció la chica.
-¿Hablar? ¿De qué?
-De lo que sentís.
-¡Sirius!
-¡Maya!
pero nadie contestó.
Los licántropos trataron de salir por la ventana sin éxito. También trataron de abrir la puerta a la fuerza. Pero Canuto era muy bueno poniendo hechizos de refuerzo para que los lobos no pudieran escapar.
Siete horas después, Jordan se rindió.
-Remus tengo que decirte una cosa.
-¿Que quieres ir al baño? Porque yo quiero ir al baño.
-No. No tiene nada que ver con el baño.
-¿De qué se trata?
-Me gustas.
-oye Jordan. no hace falta que digas esas cosas para que el inútil al que llamo mejor amigo nos deje salir.
-Pero es que no lo estoy diciendo para que nos deje salir. De verdad me gustas. Llevo tiempo sintiendo esto. Al principio me lo negué a mí mismo, y bueno... Cuando lo acepté, no te dije nada porque no sabía si...
-¿Si serías correspondido?
-Exacto.
Lunático le acarició los dedos de la mano derecha.
-Yo también siento lo mismo. -Admitió. -No te lo dije por las mismas razones que tú.
-¿Y ahora? -Susurró Jordan.
-No lo sé.
-Quisiera... Me gustaría probar algo... Si no te importa.
Remus esperó.
Kile se acercó al otro licántropo y posó una de sus manos en la mejilla derecha del ojimiel y la otra la enredó en su nuca.
Se inclinó poco a poco y posó tímidamente sus labios en los del contrario.
Como la sensación no le desagradó, decidió profundizar el beso.
Ninguno de los lobos se dio cuenta de que la puerta estaba abierta.

Harry James BaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora