Capítulo 13.
Era navidad.
En casa de Alec y Magnus estaban tratando de meter un enorme pino por la puerta.
Sirius miraba a Jace y Alec sentado desde un sofá orejero y cómodo.
Su vientre era tan grande que a menudo se quejaba de que no podía ni ver sus propios pies.
Magnus podría haber metido el pino en casa por su cuenta, pero Alexander había insistido en que quería que Max y Harry obtuvieran la experiencia navideña completa.
Cortar el árbol, llevarlo a casa y decorarlo. Todo sin magia.
Entonces, al brujo se le había ocurrido decir que Harry ya había pasado algunas navidades con ellos y que Max solo era un bebé, cosa que le había costado dormir en el sofá durante dos semanas.
Se arrepentía de abrir la boca. ¿Por qué lo había hecho? Su garbancito era contundente cuando quería.
Black disfrutaba de un chocolate caliente mientras les miraba sonriendo con falsa comprensión.
-podríamos utilizar algo de magia o al menos alguna runa... -Comenzó a decir Jace.
Hacía frío en Nueva York, pero estaba sudando a chorros.
El árbol era el más grande que habían podido encontrar.
Al principio le había parecido una buena idea, pero en ese momento prefería estar luchando contra demonios en vez de tratar de meter esa enormidad en la casa. Y aún faltaba por decorar el instituto.
-De eso nada, Jace. Hay que vivir la experiencia completa. No me seas quejica.
-Los niños no van a disfrutar viendo como metemos esto en casa. seguro que están deseando decorarlo. -Trató de convencerlo.
-Te ofreciste a hacer esto así que ahora no gimotees. ¿Me ves quejarme?
-Porque eres Alexander Lightwood. Tan serio y...
-Cuidado con lo que dices. Magnus tuvo que dormir en el sofá dos semanas. Tal vez le convenza de hacerle unos... Ligeros cambios a tu apariencia.
Ceñudo, Jace dejó de refunfuñar y media hora después lograron meter el enorme pino.
Cuando lo tuvieron enderezado y colocado, Presidente Miau saltó y lo escaló.
-Gato malo. -Harry frunció el ceño. No rompas la navidad.
El felino saltó al suelo y se tumbó en el sofá con aspecto triste.
-¿Podemos decorar ahora? Quiero poner las bolas brillantes que compré con tía Izzi.
-¿por qué ha tenido que sacar su gusto por el brillo? -Herondale cuestionó.
-Vamos a buscar las decoraciones. Dejemos a tus tíos a solas un rato. -Alec tomó al menor entre sus brazos y salieron de la sala de estar.
Jace se acercó a su pareja.
-¿Cómo estás? ¿Sientes molestias? ¿Dolor? -Acarició en pequeños círculos el vientre del moreno.
-Sigue con eso. -Suspiró a gusto.
El cazador de sombras obedeció.
Al cabo de un rato se arrodilló en el suelo y continuó con las caricias desde allí.
Sirius apoyó las piernas en las de su compañero gimiendo de satisfacción.
-¿Vamos a decorar tío Jace? ¿O vas a quedarte mirando a mi padrino como tío Remus a tío Jordan y al chocolate?
El rubio se inclinó, besó los labios de su novio y se incorporó.
-Decoramos. -Contestó.
Max quería atrapar las bolas brillantes y los muñecos de colores.
Varias veces Alec le había atrapado tratando de llevarse uno a la boca.Colocaron todos los adornos y cuando el árbol estuvo listo, el cazador de sombras de pelo oscuro les hizo una foto a los niños junto a él antes de que Presidente Miau olvidara el enfado de harry y escalara el árbol tirando los adornos en el proceso.
Ni siquiera su rascador extragrande, cortesía de Magnus, serviría esta vez de distracción.Un quejido los sobresaltó a todos incluido Max.
Sirius se masajeaba el vientre.
Algo cálido y húmedo le había empapado las piernas. Cuando cayó en cuenta de lo que era, estuvo a punto de entrar en pánico.
Remus había llegado a tiempo para ayudar con las decoraciones y enseguida se acercó a su amigo.
-¿Canuto, qué ocurre?
-Ya viene mi cachorro. -Murmuró tratando de no gritar para no alterar a los ya inquietos niños.
-¿Te duele? -Jace estuvo a su lado al instante.
-Esa pregunta es estúpida. Claro que duele. -Gruñó conteniéndose por muy poco de sacar su varita y echizarlo.
Murmuró algo sobre cazadores de sombras y sus atrofiados cerebros.
-Remus. Mándale un patronus a Magnus. Él avisará a Catarina.
El licántropo se apresuró a obedecer.
Después transformó el sillón orejero en una cama y esperaron.
-Yo que tú le quitaría la varita. Cuando James dio a luz nos maldijo tanto que acabamos con varios huesos rotos. -Remus le advirtió a Jace.
El rubio le miró dudoso pero finalmente optó por ser precavido y se guardó la varita de su pareja en uno de sus múltiples bolsillos.
El animago le miró disgustado.
-Aún puedo gritarte.
-Mejor eso que recibir una de tus maldiciones.
-No me tientes, Herondale. O dormirás en el sofá durante un mes y no lo transformaré en una cama para que estés cómodo.
El de ojos dorados guardó silencio sabiamente.
La espera pareció hacerse eterna hasta que Magnus, Catarina y Jordan llegaron seguidos de Izzi, Simon, Marisa y Robert.
-Subidlo a alguna habitación. -La bruja ordenó. -Aquí hay demasiada gente y no me quiero desconcentrar.
Remus fue quien lo subió levitando la cama.
Lo metió en una habitación que Magnus acababa de crear.
Si los magos sangrepuras se creían superiores, pensó, si conocieran a un brujo... Su magia podía hacer cosas más que increíbles.
Solo Jace, Magnus y Remus podían estar con Sirius y Catarina.
El primero por ser el padre, el segundo por ser un mago y por si necesitaban ese tipo de magia, y el tercero por si acaso Loss necesitaba su apoyo en algún momento.
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Harry James Bane
FanfictionHarry Potter resulta ser hijo viológico de Magnus Bane. ¿Cómo reaccionará todo el mundo? ¿Cómo será criado el pequeño mago?