Capítulo 14.
Sirius deseaba tener su varita. La quería desesperadamente. Pero su "en ese momento maldito novio," la tenía bien guardada en alguno de todos esos bolsillos.
Tal vez podía hacerse con uno de esos cuchillos Serafín o con una simple daga. Lo que fuera para atacarlo por hacerle un hijo.
Dolía tantísimo que era injusto que solo él estuviera sintiendo esas horribles punzadas.
Si le preguntaban, la sensación podía compararse con la maldición Cruciatus. Y sí, la había recibido varias veces por la mano de su "amorosa" madre.
-¡Te voy a matar! ¡Voy a arrancarte el miembro y se lo daré a Lunático en luna llena!
-A mí no me metas. -El mencionado advirtió.
-¡Cállate o haré que el chocolate te sepa a pis de gato!
Remus retrocedió.
-Eso es. Saca todo lo que llevas dentro. -Magnus se carcajeó. -Haría un hechizo para que el rubio teñido sintiera lo mismo que tu, pero Alexander tendría que sentirlo también por la unión parabatai así que lo siento.
-¡Cierra el pico, Bane! ¡Duele y quiero matar a alguien!Jace no iba a desmayarse. No, no lo haría. Había visto cosas más horribles que una persona pariendo.
No sería para tanto. ¿Verdad? Solo tenía que aguantar un montón de horas más y su bebé saldría por... ¿Por dónde iba a salir? ¿Abrirían a su prometido como a un cerdo? La sola idea le hizo tomar aire profundamente varias veces para no marearse.
Prefirió centrarse en el día en el que se prometieron en matrimonio.*********************
Era un día nublado y gris. Jace lo había planeado todo a la perfección y el pronóstico del tiempo era bueno. Pero nada iba como quería.
En primer lugar, el día presagiaba lluvia. Después, la tarta que había mandado hacer no estaba lista porque según dijeron en la pastelería, el horno se había roto. Y por último, Sirius tenía uno de esos días tristes que a veces lo asaltaban.
Así que no tenía nada de nada. Solo un anillo y una caja roja y dorada porque Remus había dicho que le encantaba esa combinación por Gryffindor.
El cazador de sombras estaba recostado al lado de su pareja frotándole el estómago.
Llevaba dos meses de embarazo así que apenas se notaba todavía.
No le preguntó que si quería hablar ni nada parecido. Sabía que cuando el de ojos grises estuviera listo hablaría.
-Echo de menos a mi hermano. -Murmura Black con la voz tomada por haber estado llorando. -No debí haberlo dejado solo. Él era demasiado pequeño y...
Está hablando de Regulus. Jace sabe que se trata de un tema delicado. Su novio arrastra demasiadas culpas consigo y no las deja ir.
En esas ocasiones el rubio solo escuchaba en silencio porque nada de lo que dijera daba resultado y Sirius se terminaba enfadando.
Cada vez esos días tristes se iban espaciando, pero debido al embarazo eran peores a causa de las hormonas.Durante varias horas le estuvo contando anécdotas de infancia. Había algunas que ya sabía de otras veces y algunas que no conocía.
-Yo tenía 8 años y Reggie 6. A veces nos escapábamos al parque muggle que había cerca de casa para jugar. Había un señor que tenía un perro blanco y marrón. A mi hermanito le daba miedo porque era grande y tenía colmillos pero le convencí de acariciarlo y le gustó tanto que para Yule pidió un perro. Mi madre se negó en rotundo, pero mi tío Alpard apareció con un cachorro muy parecido al perro del señor del parque y mi hermano quedó encantado. El perro murió de viejo. Mi padre no permitió que Walburga se deshiciera de él. Me pregunto si a Reggie le gustaría mi forma animaga. A lo mejor...
Black se dio la vuelta y abrazó a su novio.
Se pegó a él y sintió algo duro contra su cadera.
-¿Te estoy hablando de mi hermano muerto y tu estás teniendo una erección?
-¿Qué? ¡No! -El de ojos dorados dijo. -¿Por qué crees eso?
-¿Si no es una erección, entonces que es? -El mago trató de rebuscar bajo la sábana que los cubría pero su pareja le agarró la mano.
-No es nada, Sirius.
-No es nada. -Repitió.
Sirius le agarró la mano y sacó la caja del bolsillo de los pantalones de Herondale.
-¿Qué es esto?
-A estas alturas, la pregunta es un poco estúpida, ¿no te parece?
-Pero... Yo creí que me darías el anillo Herondale como hacen los cazadores de sombras y lo llevas puesto.
-Te lo daré. Pero quise buscar otro...
-¿Por qué? ¿Y cuándo piensas pedirme matrimonio?
-Iba a ser hoy, pero... -Señaló por la ventana. -Y no hay tarta.
Sirius sonrió por primera vez en horas.
-Pídemelo. -Le dio la caja.
-¿Ahora? Pero...
-Sí. Ahora.
-¿Aquí?
Black parecía un niño emocionado.
-Aquí. -Contestó.
Jace pareció desconcertado pero tras unos segundos se recompuso.
Bajó de la cama, se arrodilló y dijo:
-No es así como planeaba esto, pero... Sirius Black. ¿Me harías el honor de convertirte en mi esposo?
-¡Sí! -Respondió tirando de su rubio para que volviera a la cama. -¡Sí y millones de veces sí!
Mientras se besaban, Jace le colocó el anillo.
-¿Ves cómo no hacía falta un picnic romántico?
Jace refunfuñó pero al final estuvo de acuerdo.
-Y ahora, Herondale, ¿por qué no lo celebramos?
-¿Qué propones, Black?
Sirius sonrió pícaro y le besó con profundidad.
-Creo que ya entiendo por donde vas. -El rubio mordisqueó el lóbulo de la oreja derecha del de ojos grises.
-¿Ah, sí? -Black lamió su cuello.
Entre besos y caricias se quitaron la ropa mutuamente e hicieron el amor para celebrar su compromiso.*********************
Jace salió de sus cavilaciones cuando Sirius le llamó.
-¿Qué ocurre?
Durante el resto del parto, Herondale sufrió por su mano la cual estaba siendo apretada con fuerza. Pero no se quejó.
-El último empujón, Sirius. Solo uno más. -Remus le animó.
El animago empujó. Estaba agotado.
Un llanto de bebé se escuchó a los pocos segundos.
-Ahora sí que es el último para eliminar la placenta.
-No puedo más, Lunático.
-Solo uno más, amor. Y podrás coger a nuestro bebé.
Lágrimas corrían por la cara de Sirius.
-Solo uno más. -Jace besó su frente con ternura.
Black empujó y cuando Catarina le dijo que ya era suficiente, se desmayó debido al agotamiento.
-Bien hecho, mi amor.
Cuando Jace pudo coger a su hijo en brazos, sintió una felicidad indescriptible.
-Hola James Regulus. Bienvenido al mundo.
Los demás fingieron no darse cuenta de que estaba llorando. Se trataba de un momento íntimo.
Sirius se despertó al cabo de varias horas deseando conocer a su cachorro.
-¿Jace? -Lo llamó con voz ronca.
-Hola cariño. ¿Cómo te encuentras?
-Cansado. Pero quiero ver al cachorro. ¿Puedo?
El rubio sonrió.
-Claro que sí.
Se dio la vuelta y cuando se giró, tenía un bulto envuelto en una mantita roja.
Cuando Sirius lo tuvo en sus brazos, lo abrazó y suspiró de contento.
-Nuestro cachorro.
Jace se recostó a su lado.
-Sí, nuestro cachorro.
-Catarina ha dicho que es un bebé muy sano y está bien de peso. -Dijo tras un rato en silencio.
-¿Lo han visto ya?
-Sí. Sus padrinos han dicho que van a malcriarlo.
Sirius rió.
-Voy a dormir. -Murmuró.
-Te amo.
-También te amo Jace.
El cazador de sombras colocó a James Regulus en su cuna y se tumbó al lado de su prometido para dormir él también un poco. Estaba agotado.
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Harry James Bane
FanfictionHarry Potter resulta ser hijo viológico de Magnus Bane. ¿Cómo reaccionará todo el mundo? ¿Cómo será criado el pequeño mago?