Capítulo 32. S | Verdad

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Sam

Cuando guardo mi uniforme en uno de los casilleros, miro la hora en mi móvil; quince minutos para la media noche.
   Tomo mis últimas pertenencias y comienzo a cerrar el lugar de manera rápida para poder llegar a casa lo más rápido posible.

Apago la luz del establecimiento y entonces salgo, encontrándome con la luz de la luna que ilumina todo el lugar y con un horrible viento fresco. Cuando cierro las puertas de la farmacia, comienzo a caminar relajadamente cuando observo un par de carros circular por la autopista. Sin embargo, comienzo a acelerar el paso. Quiero llegar a casa y dormir, hoy no fue un buen día.

Siento como unas manos se aferran a mi brazo y me obligan a frenar mis pasos. El miedo se apodera de mí al pensar que sea Travis —o uno de sus amigos— quien se encuentra detrás de mí. No obstante, cuando giro, me encuentro con el rostro pálido y serio de Hero. Suelto el aire que había acumulado por el miedo, sin embargo, ese sentimiento se había convertido en coraje y dolor.

—Te llevo a casa— dice y yo niego seguidamente, pero él no aparta su mano de mi brazo en ningún momento. —. Sam, por favor...

—Puedo irme sola.

—Te llevo— insiste. —. Travis anda por ahí, no quiero que te haga algo.

—Estoy bien— miento. Ni siquiera sé como me siento en estos momentos. —. ¿Quieres soltarme? Estoy cansada y quiero dormir.

Hero me mira sin siquiera moverse o decir algo. Intento apartarme para seguir con mi camino antes de que se haga más tarde, pero lo único que consigo es que se apegue más a mí.

—No voy a dejarte sola.— pronucia y yo suspiro ante sus palabras.

No sé que está provocando en mí.

—Hero...

—Sólo... sube— pide. —. Por favor.

Mi fuerza de voluntad no es suficiente como para negarme otra vez. Asiento y Hero me suelta de una vez por todas para poder caminar hacia su auto.

Cuando arranca, me coloco el cinturón de seguridad y diviso aquella medalla que vi la primera vez que Hero me llevó a mi casa después de la fiesta en casa de John.
    Ahora el rostro de la chica en aquél dije tiene nombre: Emily. Ella se encuentra sonriendo hacia la cámara y se le ve muy feliz.

No debí aceptar.

Después de unos minutos, veo que Hero se desvía un poco de mi casa hasta detenerse en un parque sin faroles que iluminen y en donde no se encuentra ni un alma deambulando.

—Hmm, esta no es mi casa.— hablo.

Hero sale del auto y entonces comienza a caminar por el parque oscuro que no recibe nada de luz de luna. El lugar da miedo, pero no tanto como Travis.

Bajo del auto y entonces camino hacia Hero. Sé que eso es lo que él quiere, que lo siga. Pero yo no estoy de humor para sus juegos.

—Quiero ir a casa.— digo lo suficientemente alto para que me escuche.

Sin embargo, ni se inmuta. Sigue caminando como si disfrutara de un paisaje hermoso, lleno de cosas qué apreciar. Lo que es totalmente absurdo, ya que lo único que se puede divisar con la oscuridad, son las hojas de los árboles.

—Llévame a casa.— repito.

—Esta plática ya la habíamos tenido, ¿recuerdas?— sonríe. —. El día de la carrera.

Lo recuerdo perfectamente. En ese entonces tenía el control total para alejarme de él, pero no lo hice.
   Vaya estupidez.

—Sí, pero la situación era diferente— respondo. —. No quiero estar aquí contigo.

—Y en ese entonces tampoco querías estar conmigo— ríe. —. No veo la diferencia.

Hero gira sobre sus talones y comienza a caminar hacia mí a paso lento hasta frenar un poco. Me regala una sonrisa ladeada mientras yo tan sólo deseo estar en casa.

—Jackson no es mi hijo...— dice de pronto y yo frunzo el ceño. —, y Emily no es mi novia.

«¿Qué?»

—No quiero hablar de esto...

Hero camina hacia el tronco de un árbol y se recarga en él para después hablar.

—Nací en Londres al igual que mis dos hermanos; Juliet y Dean. A los seis años mis padres tuvieron que viajar a Nueva York, lugar donde viví hasta los dieciocho, después terminé aquí— dice. —. Cuando Dean cumplió diecinueve, decidió venirse a vivir a Detroit para independizarse. Sin embargo, las cosas no resultaron del todo bien— hace una mueca. —. Conoció a Travis, quien era dos años mayor que él en ese entonces. Travis estaba metido en cosas horribles, pero mi hermano y él se habían vuelto mejores amigos, tanto, que Dean se volvió su mano derecha en todos sus negocios— Hero suspira para después continuar: —. Un año después, Dean conoció a una chica de la cual se enamoró; Emily. Dean estaba dispuesto a terminar con toda la mierda de Travis cuando se enteró que Emily estaba embarazada. Cosa que, Travis no permitió— un nudo se forma en su garganta y entonces me comienzo a incomodar. —. Travis mandó a uno sus hombres a violar a Emily para engañar a Dean y hacerle creer que ese bebé no era suyo. Sin embargo, Dean se enteró y cuando trató de matar al sujeto, el otro fue más rápido— «Mierda...». —. Por culpa de Travis mataron a mi hermano— jadea. —. Cuando yo cumplí dieciocho, Travis me buscó para contarme todo y obligarme a ocupar el lugar de Dean. Si me negaba... iba a matar a Jackson. Por eso terminé aquí.

Siento un vacío dentro de mí que no puedo explicar. La historia de Hero me ha causado miles de emociones que no puedo manejar a la perfección. Estoy llena de coraje y lástima por el chico que se encuentra frente a mí.

—¿Por qué me has contado todo esto?— interrogo.

—Lo hice... porque quiero que te alejes de mí. No quiero que termines como Emily; porque me estoy enamorando de ti y ya no puedo luchar contra eso.

Hero se acerca a mí y sus manos comienzan a acariciar mi mejilla con suavidad. No es como la primera vez que me besó, es diferente. Su toque es cálido y reconfortante al mismo tiempo. Tengo unas ganas inmensas de llorar, y con él me siento segura de hacerlo.

—Aléjate de mí.— pide.

—No puedo hacerlo— musito cuando sus labios rozan con los míos. —. Y tampoco quiero.

Hero toma mi nuca y me acerca a él, provocando que nuestros labios se conectaran rápidamente. Sentir sus labios suaves y carnosos sobre los míos, es algo que no quiero dejar de sentir jamás, aunque me rehuse a aceptarlo. Sus besos encienden algo dentro de mí que no me permite saciar la sed de él.

—Tienes que hacerlo— vuelve a decir cuando nos separamos. —. Porque luego no podré dejarte ir.

—Tomaré el riesgo.

. . . . . . . . . . . . . . .

N/A: LAS DUDAS EN ESTE APARTADO SERÁN RESUELTAS JOJO.
   Espero que les haya gustado, nos leemos en el siguiente;) xx.

Toque de queda | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora