Capítulo 30. H | Casa Hogar

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Hero

En este largo tiempo que he estado en Nueva York, he tenido oportunidad para pensar —mucho más de lo que me hubiera gustado—. En un mes, las cosas lograron cambiar. Tanto, que Gael me mensajeo para contarme que Lucas y Sam habían tenido una cita hace tan sólo cinco días. Cosa, que no me importó en lo absoluto. Ella planeaba regresar con el imbécil de su ex-novio con carita agradable, y eso estaba bien.

Planee regresar después de dos semanas aquí, pero cuando Juliet me rogó por más tiempo, no pude oponerme o tan siquiera intentarlo. Jamás habíamos sido tan unidos como ahora.
   Mis padres estaban más que felices por tenerme en la casa, así que me sentía cómodo. Sin embargo, tenía en mente que tenía que regresar. No sabía cuando lo haría, pero tenía que hacerlo al menos por Jackson.

—Le dije a la señora Hamilton que hoy podías ayudarla en la Casa Hogar— mi madre dice al entrar al comedor y yo escupo el agua que estaba por pasar a mi garganta. —. ¿Qué? Le dará mucho gusto verte... será como en los viejos tiempos.

Ruedo los ojos y entonces comienzo a pensar que estar aquí, ya es una mala idea.
   Tal vez deba regresar y seguir siendo el escarabajo tonto de Travis. Cualquier cosa sería muchísimo mejor que estar más de dos horas con una señora que siempre mantiene una sonrisa cálida en su rostro.

«Como en los viejos tiempos»— repito y recibo la antención de mi madre. —. Ese es el problema, ya no tengo diez años, mamá.

—Diez... quince... ¡veinte, treinta! ¿Cuál es la diferencia?— bufo. —. Dale una oportunidad, Hero. Quizás te siga gustando y... decidas quedarte en donde perteneces.

Muerdo mi lengua para evitar decir cualquier estupidez por la cual mi madre me regañe depués, así que accedo sin armar más lío.

—Tal vez ella pueda acompañarte— mi madre dice, para después sonreír. —. Le gustas, ¿ya sabías?

Alzo la vista para encontrarme con la figura tierna de Chloe entrar a la estancia de mi casa. Ella me mira con una sonrisa ladeada y yo no evito devolverle el gesto.

—Hola señora Fiennes— ella saluda cordialmente y yo suelto una carcajada no prevista. Después, recibo un golpe en mi nuca propinado por mi madre, quien se marcha a la cocina segundos más tarde. —. Hola, Hero.

—Hola Chloe— musito. —. ¿Quieres acompañarme...?

—¡Sí!— se aclara la garganta después de interrumpirme. —. Es decir... sí, creo que puedo, ¿a dónde?

—A la Casa Hogar de la señora Hamilton— bufo y ella ríe. —. Sólo serán dos horas, ¿vienes?

Chloe asiente.
   Me despido de mi madre con un grito, tomo las llaves de su auto y en menos de cinco minutos nos encontramos yendo en dirección a la Casa Hogar.

Cuando era niño me gustaba hacer esto, ayudar a la señora Hamilton a cuidar de los niños que no tenían hogar, porque en ese entonces los hacía mis amigos y nos divertíamos con cualquier cosa. Sin embargo, ahora era totalmente diferente. Dudo muchísimo que alguno tan siquiera me voltee a ver.

—¿Cuando te vas?— Chloe pregunta de pronto.

—No lo sé— respondo sin pensar. —. ¿Por qué? ¿Ya quieres que me vaya?— bromeo.

—¿Qué? ¡No! Es sólo que, jamás te habías quedado tanto tiempo.— se encoje de hombros.

La miro de reojo y entonces puedo observar su cabellera rubia moverse por culpa del aire que entra por la ventana.
   Por un momento me pongo a pensar en Sam, y me culpo por ello. No debería, ella en estos momentos debe de estar con Lucas disfrutando de la tarde o qué sé yo.

Toque de queda | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora