Capítulo 09. S | «No vales la pena»

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Sam

Veo a Hero alejarse junto a Travis a otro extremo lejos de mi campo de visión. He planteado en mi mente salir del auto, agradecerle al chico grosero por traerme hasta mi destino y entrar a trabajar. Seguro Jane está esperándome impaciente. Puedo confirmarlo cuando mi móvil comienza a vibrar sobre mi regazo y en la pantalla diviso el nombre de Chase.
   «Necesito entrar al establecimiento»

Cuando estoy a punto de poner la mano sobre el seguro de la puerta, las palabras de Hero me detienen por un segundo «Quédate en el auto». Supongo que debería de hacerle caso. No me gustaría tener que lidiar por un momento con aquél chico de la otra vez. En mi mente mantengo miles de preguntas para hacerle a Hero, ¿cómo es que se conocen? Al menos le agradezco que se esté deshaciendo él.

Gael comienza a hablar a mis espaldas, pero no le presto la atención debida. Me cuenta sobre Travis; un chico que anda en malos pasos y que siempre provoca a Hero. Me cuesta creerlo, si hace tan sólo unos minutos los veía saludarse como si fueran amigos de toda la vida.

Pasados unos minutos más, escuchando a Gael hablar sobre el baile de fin de cursos nuevamente, Hero se vuelve a aparecer en mi campo de visión con la mirada perdida y actitud extraña. Gael lo llama cuando éste se mete al auto, arranca el motor y empieza a andar.

—Mi trabajo...

—Él vendrá a buscarte más tarde, no puedes estar aquí— habla sin apartar la vista de la carretera. —. Al parecer tienes nuevos problemas.

«¿Qué...?»

—¿Venía a buscarme?— balbuceo y por el retrovisor, veo a Gael quien presta atención a la conversación.

—Supongo que se refería a ti, cuando mencionó que esperaba a una chica de cabello castaño, ojos claros y actitud prepotente.

Cuando estoy a punto de reclamar, Hero se detiene a las afueras de un depósito y entonces le pedí a Gael que le compre una caja de cigarrillos. 

—¿Fumas?— pregunto cuando Gael se baja y se adentra al local.

—Necesitaba que se fuera— rodea los ojos al cielo. La situación está sucediendo más rápido de lo que puedo procesar. —. Travis es uno de los chicos que iba conmigo la noche en que te conocí. Más bien es el líder.— explica.

Trato de procesar toda la información, pero al final de cuentas nada logra saciar mi sed de preguntas.

—¿Por qué no me lo dijiste en frente de Gael?

Él traga saliva y desvía la mirada hacia otro punto lejano.

—¿Él no sabe lo que tú...?

—No.— gruñe antes de dejarme terminar mi pregunta.

Las cosas parecen acelerarse a cada paso que dan. Hero ha mencionado que tengo problemas y la verdad no estaba consciente de ello. Él exagera, estoy segura de ello.

—¿Qué le dijiste para que se marchara?

—Lo convencí de que no valías la pena— dice como si nada. —. Pero supongo que irá a buscarte pronto. Por el momento te he quitado un peso de encima... no necesitas darme las gracias.

La forma en como dice lo anterior, no hace más que causarme un dolor extraño en el pecho. Es entonces cuando me burlo de mí internamente por llegar a creer que podía tener una relación amistosa con alguien que perturba vidas cada noche.

—¿Quieres hacerme un favor?— pregunta mirándome, esperando a que yo lo mire también, pero no deseo hacerlo. —. Si Travis te pregunta algo... ni siquiera menciones mi nombre. No necesito más problemas.

Tras esto, abro la puerta del auto y salgo de éste azotando la misma. Hero parece impresionarse, por lo que copia mi paso y sale del auto gritando mi nombre. No le hago caso, no necesito un dolor de cabeza en estos momentos.

Comienzo a caminar lejos del depósito, alejandome rápidamente del campo de visión de Hero. Mi casa está a tan solos seis cuadras, así que caminar no es un problema tan grave. Supongo que es mejor caminar bajo el sol, que aguantar la actitud grosera y estúpida de Hero.


Cuando llego a casa, respondo todos los mensajes que he recibido de Jane y Chase. No iré a trabajar hoy, una estúpida corazonada me lo ordena. Sin embargo, una parte de mi me convence que estoy siguiendo las estúpidas ordenes de Hero, aunque sé que no es así. No del todo.
   Por un momento, me pongo a pensar en sus duras palabras «Lo convencí de que no valías la pena» demonios, ¿por qué lograba afectarme? Son las palabras de un imbécil que, prácticamente no conozco y que de repente ha aparecido en mi vida de una forma constante. Tengo que ignorar lo que ha dicho, al final de cuentas, no es alguien importante.

Mi madre se sorprende y una cálida sonrisa se dibuja en su rostro cuando le digo que pasaré el resto del día en casa. Me meto con ella en la cocina y empezamos a hacer la cena desde temprano.

Más tarde, cuando se acerca la noche, llamo a Jeff y lo invito a cenar a petición de mi hermanos. Ambos se llevan increíble con él, sin importar que Ryan sea mayor. A mi me dejan a un lado con sus temas de deportes. Mi padre, por otro lado, se integra a ellos. Mi madre comienza a tratar de persuadirme para que llame a Alena y Marie para invitarlas a comer justo cuando servimos la cena, sin embargo, sólo llamo a Alena. Marie está ocupada con su madre, me lo ha dicho por la tarde.

«Llego en quince» leo la respuesta de Alena.

—¿Debería de ponerme nervioso porque venga Alena?— Jeff pregunta. —. La invité a salir conmigo y se negó.

«Ouch»
   No esperaba que Jeff, el chico más seguro de si mismo, se pusiera nervioso por la presencia de una chica. Las cosas están cambiando últimamente y todo esto me emociona.

—No lo sabía.— bajo la voz cuando mi madre deja la comida en la mesa. Si ella llega a escuchar la conversación, estoy segura que se metería para dar un consejo de desamor.

—En realidad nadie lo sabía— frunce el ceño. —. Se lo he preguntado hace un par de días. Si aceptaba, se los contaría... a todos...— asegura con la voz cortada. —, pero...

—Pero como te ha rechazado, lo has ocultado.— termino por él.

Jeff mira al suelo antes de sentarse junto a mí en el comedor. Mi madre acerca los últimos utensilios y se sienta en el lugar principal de la mesa.

La cena huele delicioso y mis hermanos son los primeros en servirse, seguidos por mí. Mi padre comienza la plática preguntándole a Jeff sobre la universidad y éste —sumamente emocionado— le cuenta sobre su progreso con el equipo de americano. «Otro tema de deportes, para variar»

Ryan habla sobre los experimentos que ha realizado en el campus de ciencias químicas y todos nos quedamos impresionados. Mi hermano antes prefería saltarse las clases o simplemente no asistir. Ahora, tomar un curso ligero como Artes, le es emocionante.

—¿A dónde irás de vacaciones, Jeff?— pregunta mi madre, llevando a su boca un pedazo de pollo.

—No saldré, en realidad. Planeo tomar prácticas vacacionales en alguna empresa prestigiosa. Claro, si me aceptan.

Mis padres se ríen ligeramente y antes de que pudieran proseguir, el timbre suena.
   Me pongo de pié y camino hacia la puerta para burlarme de Alena por llegar antes de lo dicho. Sin embargo, cuando abro ésta, del otro lado se encuentra Hero.

—¿Podemos hablar?— pregunta.

«Maldición»

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N/A: ¡Muuuuchas gracias por el apoyo que le dan a la historia! Espero y les esté gustando, xx.

Toque de queda | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora