Capítulo 47. S | Miedo

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Sam

El aire fresco de la noche me hace estremeser cuando entra por la ventana de mi habitación y mueve algunos papeles que se encuentran sobre mi mesa de noche. Dudo si cerrarla o no, disfruto lo fresca que está mi habitación y el ruido de las ramas de los árboles. Sin embargo, después de unos minutos, una segunda ráfaga de viento entra sin descuido y esta vez consigue tirar todos los papeles al suelo. Chillo con flojera y Hero suelta una carcajada debido a eso.

Con pesadez me libero de su agarre y cuando me levanto, la parte en donde antes me encontraba en mi cama regresa a su forma original. Cierro la ventana y entonces me dedico a levantar el desorden que se ha ocasionado.

Las últimas dos semanas han sido completamente tranquilas y eso me preocupa. Alena salió del hospital, todos terminamos los exámenes y ahora estamos en vacaciones. Jeff sigue sin dirigirme la palabra y eso provoca un vacío en mi pecho. Pero nada es más preocupante que el saber que Travis no ha dado rastros de vida.

Sé que se encuentra ahí, pendiente de Hero o de mí, y eso no ha dejado de perturbarme.

Una vez que los papeles vuelven a su lugar, me dejo caer boca abajo a un lado de Hero, quien me dedica una sonrisa divertida. Ha pasado los últimos días en mi casa, ganándose la confianza de mis padres y contándome su vida. Resulta que aparte de Dean, tiene otra hermana que vive en Nueva York con sus padres y a medida de que avanza con cada palabra, su vida frente a mí deja de ser un misterio.

—¿Le has llamado a Alena?— pregunta de pronto.

—Gael se ha encargado de mantenerme informada sobre ella— ruedo los ojos, pero no puedo evitar sonreír. —. Está muy enamorado de ella.

—¿Gael enamorado? ¿Cómo es eso posible?— el tono de su voz contiene una pizca de sarcasmo, a lo cual sonríe.

—Es muy tierno. Aún recuerdo cuando vomitó encima de mis zapatos y prometió comprarme unos.

—¿Y lo hizo?— los recuerdos de la fiesta en casa de John me invaden de pronto. Niego en respuesta y una carcajada suave se escapa de su boca. —. A Gael le gustaba Marie, ¿sabes?

La impresión me deja sin habla y mis cejas se alzan con incredulidad. Realmente no puedo imaginar a Gael atraído por Marie, son todo lo contrario.

—Fue de intruso a la fiesta de John aquél día solo a armarse de valor para hablarle— Hero prosigue cuando me mantengo en silencio. —. Se puso ebrio y no lo consiguió. Me marcó para que fuera por él y entonces te volví a ver.

No ha pasado tanto tiempo desde entonces, pero es increíble lo mucho que cambiaron las cosas. Hace unos meses peleaba por alejarme del mismo chico que ahora se encuentra recostado en mi cama con la vista al techo.

Lo observo tan tranquilo y sereno con la expresión neutral, cuando carga un peso horrible en los hombros. Y entonces, sin siquiera pensar, hablo.

—¿Cómo se conocieron Dean y Emily?

Su expresión cambia de serena a nostálgica más rápido de lo que puedo asegurar. Gira su cabeza en mi dirección y de pronto sus ojos se han oscurecido. Sé que no está molesto, solamente aturdido por mi repentina interés en la historia de su hermano. 

—¿Sabes? Olvídalo...— sacudo la cabeza tratando de aparentar que jamás pregunté tal cosa.

—En un bar— dice con simpleza, aun que puedo distinguir cierta gracia en su voz. —. No es tan romántico como parece.

—Está bien, no tienes qué contarlo si no te apetece.

—En realidad no— me sonríe y entonces hace una seña para que me recueste a su lado. Lo hago, y él me empuja contra su cuerpo sin apartar la vista del techo. —. Basta de hablar sobre mí, habla tú. Quiero escucharte.

Toque de queda | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora