Habían pasado ya diez días desde la partida de Camus, pero Milo no se decidía.
Daba vueltas a todo el cuarto en el que se encontraba, se sentaba en la cama y nuevamente daba vueltas, por lo menos ya había vuelto a comer o Shura le cortaría la garganta, pero eso no era lo que tenía preocupado a nuestro alacrán.
–Vamos, Milo –Le decía a la nada mientras daba la décimo séptima vuelta a la habitación–. Han pasado diez días y tú no te decides...
Bueno, nadie se decide en esa cantidad de tiempo, pero ¡Vamos! El único problema aquí es que el Escorpio no quiere aceptar su "amor" hacia el galo...
Pensó y pensó, hasta que después de un buen rato, se sentó en la cama con resignación.
–Ya... ya no puedo evitar esto... –Suspiró con pesadez– me he enamorado de... Camus.
¡Al fin aceptó sus sentimientos! bueno, era algo que ya se esperaba...
Sonrió para sí mismo y comenzó a comer con alegría. Decirse eso le liberó de una gran carga, sintiendo que su corazón latía con fuerza, además... El galo no era un mal chico.
–Pero... ¿Cómo se lo demuestro sin que parezca que me ha obligado?
Nuevamente la mente del griego se nubló, una nueva cuestión que resolver. Probablemente ahora sí le diría "Te amo" al francés en medio de la relación.
Terminó de comer para luego subir sus piernas a la cama y continuó pensando, ya era de madrugada, pero él no tenía sueño, quería pensar.
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El galo descansaba plácidamente sobre las piernas de Saga, el día estuvo cansado, persiguiendo espectros, capturándolos, etcétera. Pero afortunadamente casi terminaban.
En los diez días que habían estado allí, Saga se dedicó a ser educado y cariñoso con el francés, no por quedar bien, sino porque quería ganarse el amor de Camus, aunque no sé si sea lo mismo.
Descansaban en una diminuta casa de campaña, se habían quitado las armaduras y se echaron a dormir, pero el menor había quedado profundamente dormido sobre el regazo del griego, mientras este acariciaba su cabeza con ternura y delicadeza.
–Te amo... –Susurró.
No podía dormir, la lindura en la cara del francés no se lo permitía, la luz de la luna iluminaba tenuemente el rostro de Camus, haciéndolo ver aún más hermoso.
El Acuario comenzó a temblar ligeramente, algo que no pasó desapercibido por el gemelo, así que al "no encontrar" otra forma de quitarle el frío al menor, se recostó a su lado, lo abrazó y lo cobijó entre sus brazos, sonriendo felizmente.
El de cabellos aguamarina se acurrucó en el pecho del geminiano y dejó de temblar, Saga depositó un pequeño beso en la frente de Camus para luego quedarse dormido.
En la mañana, el galo fue el primero en despertar, encontrándose envuelto entre los brazos del griego, sosteniéndole fuertemente. Había un leve sonrojo en las mejillas del mayor, sin pensarlo el acuariano sonrió ante este hecho, como pudo liberó una de sus manos y acarició la mejilla de Saga, despertándolo en el acto.
–Camus...
Ambos se separaron ligeramente, sonrojándose un poco.
–Saga yo...
–No te preocupes –Sonrió–, buenos días Camus, ¿Dormiste bien?
–Si...
–Me alegra. –Se levantó.
–¿C-Como dormiste tú?
Saga miró al contrario con extrañeza, Camus nunca pregunta acerca de algo así, pero le pareció tierno.
–Muy bien, gracias a ti –Instintivamente, se acercó al galo y besó dulcemente sus labios.
El de ojos amatista correspondió al beso, intensificándolo más, sorprendiendo a Saga... y a sí mismo.
Si el Acuario era honesto, se había estado planteando la idea de aceptar el amor del Géminis mayor, pues a pesar de no ser correspondido continuaba intentando ganar el amor del galo.
Existía la posibilidad de que Saga le ayudara a olvidar a Milo, pues el escorpión no le había demostrado ninguna pizca de amor natural, sin ser obligado por Camus. Quizás sería lo mejor. Aunque tuviera que tirar su orgullo a la basura e ir a pedir disculpas al octavo guardián por haberle secuestrado.
Se separaron debido a la falta de aire, y se miraron con un sonrojo mayor al inicial.
–Buenos días, Saga. –Sonrió (extrañamente) y salió de la casa de campaña.
Tal vez dirán: ¿Entonces para qué demonios Camus secuestró a Milo si al final se va a quedar con Saga? Pues... ni yo lo sé. Pero al principio el galo consideró a su plan perfecto, algo que no fallaría; sin embargo, en el proceso se dio cuenta de que quizás no debió hacer eso, y simplemente intentar olvidar a Milo con alguien que sí lo amara, alguien como Saga.
Cada vez la balanza de inclinaba más hacia la opción de liberar a Milo y olvidarlo, de cualquier forma, había sido poco tiempo el que mantuvo cautivo al escorpión, no había logrado nada, ya no tenía caso. Eso lo entristecía, pero no podía hacer nada.
Géminis y Acuario se colocaron de nueva cuenta sus armaduras, para luego partir rumbo al último grupo de espectros.
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No pregunten cómo es que Milo despertó tirado en el suelo. Les diré por voluntad propia que después de haberse sentado allí y pensar hasta el cansancio, se quedó dormido ahí.
Se levantó adolorido para luego sentarse en su cama, esperando con ansias el desayuno, arreglando su alborotada melena azul.
Era el turno de Afrodita para llevarle el desayuno al griego, así que llegó temprano y abrió la puerta.
–¿Milo? –Se asomó adentro–, ah, estás despierto.
–Si –Sonrió.
–Y muy alegre, al parecer –Le regresó la sonrisa y se dirigió a la cama para entregar la charola que traía.
–¿Has sabido algo de Camus?
–Pues... hoy en la mañana el Patriarca mencionó que probablemente vuelva hoy o mañana.
–¿De verdad?
–Si.
Milo sonrió con notable alegría.
–Al fin lo decidí, Dita.
–¿Qué decidiste?
–Al fin sé que... estoy enamorado de Camus.
El Piscis levantó ambas cejas.
–Me alegra que hayas organizado tus pensamientos, Milo. –Lo abrazó.
–¡Si!, ¡Lo amo! Pero... –Se separó del sueco y miró con seguridad a Afrodita – necesito demostrárselo...
–¿Hm?
–Si, necesito demostrarle que lo amo... y necesitaré tu ayuda.
–¿Mi... ayuda...?
N/a
Estaba revisando y corrigiendo los capítulos, y acabo de declarar este capítulo como mi favorito. No por lo que he escrito, más bien por sus comentarios. Mientras repaso mi relato me he dedicado a leer todo lo que escriben, y realmente me alegran el día. :') ¡Muchas gracias!
||•Cam
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¡Secuestrado en la Casa de Acuario!
FanfictionCamus se ha obsesionado con Milo, por eso lleva gran tiempo buscando una manera de hacer que el Escorpio lo ame. Logra idear un plan pero... ¿Funcionará?