CAPITULO 4- La sorpresa, el sorprendido

595 31 0
                                    

Llegamos a la casa en silencio, cada uno estaba repasando todos los sucesos del día. ¡Dios! En un día pasé de tener dos hermosos hijos a tener 5 diablitos, ¡No lo podía creer! Y yo que llegué a pensar que nunca podría ser mamá. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Y yo muy agradecida con ella.

Llegaron los niños del colegio y se alegraron mucho al vernos. No era usual que estuvieramos en casa a esa hora. Así que comenzaron a revolotear por toda la casa con sus: mami mira esto, papi mira aquello, mami mi profe me dijo que..., papiiiii ponme atención..., mami yo te llamé primero... Seguido por unos pequeños sollozos que le parten el alma a cualquiera.

-Bueno niños, luego de que terminen de comer, se ponen a hacer las tareas como siempre, bien juiciosos y cuando terminen haremos algo divertido, ¿ok?

Los niños contestaron en coro saltando de arriba abajo (parecían conejitos) Siiiiii, algo divertidoooooo. Y aplaudían al mismo tiempo. Por Dios como si fuera la primera vez que hacemos algo divertido con ellos.

Nos tocó con paciencia sentarnos con ellos a hacer las tareas ya que no cabían en su cuerpo de la felicidad de vernos tan temprano un día de semana y hacer tareas no estaba dentro de lo "divertido" que querían hacer con nosotros.

Una vez acabamos las tareas les ayudamos a organizar la maleta y el uniforme que Esperanza les tenía en su cuarto ya limpio y planchado, para ser usado al día siguiente. Yo estaba ayudándole a Gabriel a terminar de arreglar las cosas para el otro día, cuando escucho la voz de Samuel - ¿Por qué no me habías mostrado esto Valentina? ¿Acaso no lo tienes que llevar firmado mañana? Enseguida negué con la cabeza pensando ahora qué habrá hecho nuestra princesa. -Listo mi príncipe, ve poniéndote el pijama mientras yo voy a ver qué pasó con Valentina, ¿vale? Él asintió y corriendo se fue a sacar el pijama del cajón, mientras tanto me fui al cuarto de Valentina. - ¿Qué sucede? pregunté, mientras mi esposo miraba con severidad a Valentina y ella miraba al piso.

Samuel Pov

Estaba ayudándole a Valentina a alistar todo para mañana, cuando abro la maleta y encuentro una nota de la profesora, la saco y miro a Valentina quién me mira con cara de "me pillaste" y luego baja la mirada. Leo la nota, y volteo a verla severamente y le pregunto - ¿Por qué no me habías mostrado esto Valentina? ¿Acaso no lo tienes que llevar firmado mañana? Mientras ella seguía con la mirada al piso. En eso entra Aleja y pregunta qué paso. -Que ¿Qué paso, Aleja? Pasó que a esta jovencita le mandaron esta nota y no se tomó la molestia de mostrárnosla, quién sabe qué iba a hacer mañana cuándo se la pidieran firmada. Dije con más severidad de la que quería y Valentina se puso a llorar en silencio.

Aleja tomó la nota en sus manos y la leyó en voz alta y claro, para que Valentina la escuchara- "Buenos días, la estudiante Valentina Saenz se comportó mal en clase de Sociales, molestó a sus compañeras y no terminó con el ejercicio puesto en clase. Se recomienda hablar con ella para que mejore su comportamiento y esté más atenta en clase. Cordialmente Patricia Sastoque" Apenas termino de leer la nota, se agachó a la altura de la niña, le tomó el mentón y se lo subió delicadamente mientras le preguntó- ¿Qué pasó hoy en clase mi vida? ¿Por qué estuviste tan inquieta? Ella la miró con los ojitos aguados y luego volteó a verme, yo en ese momento ya había suavizado la mirada, por lo que ella dio un suspiro y contestó -Es que la profesora quería que me quedara sentada contestando un aburrido cuestionario de 5 preguntas (Dijo abriendo sus ojos, cómo si fueran un montón) y yo no quería hacerlo, entonces me paré a buscar a Rachel para que jugáramos... La profesora me regaño y yo me puse brava y comencé a chuzar con mi lápiz a las niñas que estaban al lado mio. Hasta que la profesora se puso brava, me cogió de la mano y me puso mirando al rincón y cuando se acabó la clase, me entregó esa nota y me dijo que la llevara firmada. Sino que a mi se me había olvidado hasta que mi papá la sacó de la maleta.

Me la quería comer a besos, la nota no venía con tanto detalle como nos lo contó ella, sin embargo, tenía que adoptar la pose de papá molesto para que esto no se volviera repetir, así que me arrodillé para quedar a su altura y le dije – Me alegra que seas sincera (alabé) sin embargo lo que hiciste en clase no se debe hacer y lo sabes. Así como también sabes que esto no se puede repetir, ¿cierto? Me miró con sus intensos ojos y me respondió- Si papi.

-Bueno para que no se te olvide vas a escribir 50 veces en ese cuaderno- Le dije señalándole un cuaderno que tenía especialmente para momentos como este, y que a decir verdad mi niña odiaba. "Debo portarme bien y poner atención en clase" Cuando dije eso, ella me miró con ojitos tristes -Nooo papi por favor, eso nooooo Voy a ser buena, te lo prometo, pero eso noooo, por favor.... Miré a mi esposa quien estaba enternecida con la escena y no decía, ni iba a decir nada. Decididamente tomé a Valentina de la mano, la llevé hasta el escritorio la senté en la silla, abrí el cuaderno y le escribí la primera línea. -Valen, te quiero aquí sentada escribiendo hasta que termines las líneas. Entre más rápido las termines, más rápido podemos hacer algo divertido. Valentina volteó a mirar a Aleja como diciendo "mami rescate" pero ella simplemente le dijo – Apúrate con las líneas y después vemos una película y salió de la habitación. Yo seguí a Aleja hacia la sala mientras oía los sollozos de mi niña.

Gabriel estaba en la sala listo para comenzar la diversión, le dije que escogiera la película y que trajera algún muñeco para que jugáramos mientras Valentina terminaba con su castigo. Al juego se nos unió Aleja, por lo que aproveché para echarle un ojito a mi "drama queen" a ver si estaba haciendo lo que le mandé. Ella me descubrió y me dijo -Papiiiiii, ya llevo 40 líneas, déjame ir a jugar con Gabri y con mamá, ¿sí? poniéndome sus 2 manitas juntas en forma de súplica. -Ya solo te faltan 10, apúrate que ya casi acabas, fue lo único que le respondí y desaparecí de su vista, pero desde dónde estaba todavía podía verla. Estaba resignada, pero escribía con mucha rabia, yo la dejé que acabara y me uní a los juguetones en la sala. Al cabo de 15 minutos llegó Valentina con el cuaderno y me jaló del pantalón al tiempo que decía- Papai, papi, papi, papi ya acabé, ya acabéééé. -Sin gritar mi vida, le dije mientras cogía el cuaderno y empezaba a contar en voz alta todas las líneas hechas. -Una, dos, tres, cuatro.... Cuarenta y siente cuarenta y ocho, cuarenta y nueve y cincuenta. Muy bien Valentina, las hiciste muy bien. Ahora dime ¿por qué te castigo papá? -Porque me puse a molestar en clase en vez de poner atención y estar juiciosa. Uhmm... - ¿y lo vas a volver a hacer? Pregunté - No papi, prometido. Me dijo subiendo su mano derecha a la altura de su pecho con la palma extendida. - ¡Bien! En ese caso ve y te pones el pijama y vienes para que miremos la película, vale.? Con una sonrisa gigante me respondió que sí y se fue a empijamar.

¡Cómo amo a mi familia y la amaré aun más cuando lleguen mis otros pequeños!

Mi Vida, Mi Fortuna, Mi TesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora