CAPITULO 6- Visita ¡al fin!

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Por fin se llegó el día de la esperada visita, estábamos ansiosos. La señorita Albarracín nos advirtió que los niños debían estar presentes ya que cabía la posibilidad de que también les hicieran preguntas. Por lo que en la mañana les dijimos que cuando llegaran en la tarde iba a estar una señora que les haría algunas preguntas, que las contestaran sin miedo y con la verdad, que no los íbamos a regañar por lo que le contestaran a la señora.

Estábamos sentados en el sofá Samuel y yo tomándonos un café esperando cuando sonó el timbre. Esperanza fue a abrir la puerta -Buenas tardes, siga por favor lo señores la esperan. -Buenas tardes muchas gracias contestó el saludo y entró hacía la sala en donde estábamos esperando

-Buenas tardes señores, mi nombre es Mariana Vélez, soy trabajadora social, vengo a hacer inspección de la casa y a hacerles unas preguntas.

- Buenas tardes doctora Mariana, soy Alejandra Martínez y él (señalando a mi esposo) es Samuel Sáenz. ¡Bienvenida! Ahí estaba que me moría de los nervios. Respiré profundo e iba a decir algo cuando Samuel se adelantó. Cuéntenos doctora Mariana por dónde comenzamos.

-Muy bien señores, primero que todo relájense que este procedimiento es muy sencillo. Les hago algunas preguntas de rigor, debo hablar con sus hijos también, les haré unas preguntas muy sencillas y pasaré revista a la casa, para saber en qué ambiente van a venir a vivir los niños. No se preocupen, es un procedimiento de rutina. – dijo de forma relajada Mariana.

Mariana Pov

Entendía completamente a los señores Sáenz Martínez, es difícil que una extraña venga a ver cómo viven para así dar un reporte a la oficina de Bienestar. Aunque es muy necesario, porque dependiendo de la dinámica familiar nos damos cuenta del ambiente en el que vivirán los niños y de cómo van a ser criados.

De esto lo más difícil es el proceso de adaptación, una vez superado éste, la convivencia será más llevadera. Yo sabía de entrada que está familia estaba en condiciones para criar a estos niños, pero debía cumplir con los requisitos. -Comencemos - dije

M- Señor Samuel ¿está usted seguro de querer a los niños en su casa?

S-Con todo mi corazón doctora, apenas me enteré de su existencia supe primero que tenía que conocerlos y luego que tenía que traerlos a vivir conmigo

M- Señor Samuel, ¿por qué querer traer a su familia a Julieta que no es su hija biológica?

S- ¡Qué pregunta doctora!, porque hace parte de la familia de mi antigua compañera y hace parte de la familia de mis hijos y no tengo ninguna razón para separarla, los quiero a los 3 por igual, así como quiero a mis otros 2 hijos que están por llegar

Noté como don Samuel se ponía tenso y apretaba la mandíbula antes de contestar, lo que me indicaba que ese hombre estaría dispuesto a dar la vida por sus hijos, todos ellos. Este sería un buen padre de esos niños.

M- Doña Alejandra ¿por qué querer adoptar a unos niños que fueron de la anterior pareja de su esposo, y más aún cuando tiene sus propios hijos?

A- Qué clase de pregunta es esa señora, ¡discúlpeme! pero eso que acaba de decir usted, es una falta de respeto absoluto, primero porque, aunque los niños biológicamente no son nada mio, desde que supe de su existencia los he querido como propios. Y segundo, acaso no sabe usted que ¿madre no es la que les da la vida a sus hijos, sino la que les da amor y cariño? Desde ese punto de vista, yo soy la madre de esos niños.

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