Samuel Pov
Salimos del hogar en completo silencio, pero miraba de refilón a mi esposa y no lo podía creer, cualquier otra persona pone el grito en el cielo al saber que hay hijos fuera del matrimonio, pero ella tenía en su mirada amor, ¿será posible?
-Vida, tengo temor de hacerte esta pregunta, pero ¿Qué piensas de todo esto? Ella me miró, me tomó de las manos y me dijo – Vamos a ir por tus hijos, por los 3, por los que Enrique cuidó como si fueran de él y por la chiquitina que vamos a cuidar como si fuera nuestra. Amor yo sin conocerlos, quiero a tus hijos como si fueran míos. Ahí se me quitó todo el peso del mundo que llevaba a cuestas. Tenía a la esposa más comprensiva y amorosa del mundo. -Gracias Aleja, no sé que hubiera hecho sin tu apoyo. Ella con su sonrisa única me respondió -Por ahí leí que un hijo es una bendición, luego 3 más van a ser la panacea.
Del hogar salimos directo a la dirección que nos dio la enfermera, queríamos desde ya empezar a hacer todos los papeles para la adopción de nuestros hijos. Qué bien se siente decir "nuestros hijos", y qué alivio para el corazón.
Llegamos al centro de acogida donde estaban los niños y nos dirigimos a la dirección. -Buenas tardes, somos Samuel Saenz y Alejandra Martínez y venimos a realizar los papeles para poder adoptar a los niños Suarez Serrano, dos de ellos son mis hijos biológicos- dije con seguridad. La directora empezó a buscar en el computador y me dijo- Ah señor Saenz, mucho gusto, la señora Sandra me dijo que usted de un momento a otro vendría por los niños, me alegro de que haya sido tan rápido. Ya un momento los llamo para que los vean, se conozcan y empecemos con los trámites.
Nos miramos con Aleja y nos dimos ánimos el uno al otro, pues no todos los días se conocen a sus hijos. Mientras tanto en el fondo oímos por alto parlarle – Los niños Nicolás, Samantha y Julieta Suárez Serrano son requeridos en la dirección.
No pasaron más de 5 minutos cuando escuchamos unos sutiles golpecitos en la puerta de la dirección. En ese momento mi corazón latía a mil por hora. -Sigan dijo la directora.
Entraron los niños muy tímidos, pero Nicolás tomó la vocería y dijo- Nos necesitaba señorita Albarracín. Alejandra y yo los miramos de arriba debajo de izquierda a derecha, queríamos que su imagen se nos quedara grabadas en nuestra retina. -Niños ellos son el señor Samuel Saenz y la señora Alejandra Martínez- dijo la señorita Albarracín al tiempo que nosotros estrechábamos sus pequeñas manos.
Al escuchar mi nombre los niños abrieron los ojos como platos - ¡Este era el señor del que nos hablaba mami! -dijo Julieta con asombro. -Shhhhh cállate, Julieta- Le dijo Samantha mientras le daba un coscorrón en la cabeza. Iba a decirle algo a Samantha por su arrebato, pero no tuve oportunidad porque Aleja se me adelantó -No le pegues a tu hermanita cariño, ella solo hizo un comentario, que por cierto me parece muy pertinente. Y volviéndose a Julieta le hizo una pregunta.
Alejandra Pov
Al ver como le pegaba Samantha a Julieta se me salió el lado "mamá gallina" que no puede ver que entre sus hijos se hagan daño y así se lo hice saber a Samantha. Pero Julieta dijo algo que me llamó mucho la atención, ¿Melissa les habló de Samuel? ¿Qué les diría? Así que me acerqué a Julieta, la tomé de ambas manos (como hago con mis hijos para que me presten atención) y le pregunté suavemente - ¿Qué les dijo su mamá de Samuel? Julieta al escuchar mi pregunta volteó a ver a sus hermanos, quienes con una mueca de inconformidad le indicaron que contestara mi pregunta. -Mami nos decía que nosotros éramos los niños más afortunados del mundo, porque éramos los únicos en tener 2 papás que nos querían igual. Uno era nuestro papi Enrique, que se fue al cielo, y otro era el doctor Samuel... - Se quedó callada de repente y buscó a mi esposo y le preguntó -Tú eres doctor cierto? Samuel se rio tiernamente y asintió, por lo que la niña dio un leve respiro de tranquilidad y siguió hablando – que nuestro otro papá era el dr. Samuel Saenz, un señor muy amoroso al que íbamos a conocer cuando ella no estuviera. Ahí se quedó callada y se le aguaron los ojos, por lo que yo de forma protectora le di un cálido abrazo y le dije- Todo va a estar bien mi niña, todo va a estar bien, ya lo verás. Nos separamos, le sequé las pocas lágrimas que recorrían su carita y me fijé en los otros niños y también se veían con los ojos aguados, me acerqué para darles un abrazo, pero me rechazaron, entonces me senté de nuevo ya que no quería forzar las cosas.
![](https://img.wattpad.com/cover/88942126-288-k591010.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mi Vida, Mi Fortuna, Mi Tesoro
Non-FictionAlejandra quien siempre quiso ser madre estaba casi resignada a no ver su sueño hecho realidad, pero un día la vida le sonrió y pasó de ser una mujer soltera y solitaria a ser esposa y madre de 5 diablitos que le alegrarán la vida .