Prólogo

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JungKook mantuvo los ojos pegados a él. Por un segundo dudó en lo que oía, así que se acercó unos pasos hacia él y sonrió incómodo.

    — Que te amo —respondió TaeHyung—. Lo lamento, JungKook.

    El pelinegro tuvo un golpe fuerte en el pecho, y de pronto sintió como un mundo recién construido se le vino encima. ¿Por qué todo estaba sucediendo de nuevo? ¿Por qué el dolor se venía encima suyo? Una vez más, su alma egoísta rebasó sus niveles de cordura. Con pasos pesados se acercó a él, y suspiró.

    — Es una pena —respondió el pelinegro—. Te acabas de lanzar a tu propio vacío.

Settia | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora