TaeHyung suspiró comenzando a caminar. Sus pesados pasos reflejaban el estado incómodo de su corazón. Tenía ganas de llorar, pero mordía su labio inconscientemente pues, si comenzaba a hacerlo, no podría detenerse una vez que pudiera. Sus ojos se cerraron al sentir una pequeña gotita de lluvia tocar su piel. Miró al cielo que comenzaba a llenarse de nubes grises, entonces supo que de nuevo se empaparía al llegar a casa. TaeHyung giró sobre sí mismo, buscando un lugar para resguardarse de la lluvia.
— Oye, idiota.
La voz gruesa de JungKook se le cuela por los oídos. TaeHyung mira a su alrededor confundido porque no veía a nadie de la escuela cerca de él. Observa un momento a JungKook y se percata que bajan la ventanilla del automóvil. Tres chicos le observan desde dentro: Jackson, Baek y Jimin.
— ¿Qué? —cuestiona de vuelta TaeHyung antes de poder mirarlo con dolor.
JungKook chasquea la lengua y lo mira con una sonrisa burlona.
— Pensaba dejarte caminar a casa pero ellos insistieron en llevarte —habla el azabache.
TaeHyung y JungKook no solían llevarse tan bien cuando otras personas estaban cerca suyo. Realmente, la mayoría del tiempo se llevaban mal. En la casa o escuela, también cuando iban con sus tíos y a veces cuando estaban los dos juntos solos. Se podría pensar lo contrario, no obstante esa era la verdad: juntos o separados, conectados o no, aquella convivencia deteriorada era la marca personal de su relación.
El de cabellos castaños mira atento a los de atrás. TaeHyung odiaba ir con otras personas cuando su hermano estaba cerca, y la situación empeoraba si era Jimin.
— Creo que voy a caminar mejor.
— Como quie-
— ¡No! —exclama Jimin con rapidez. JungKook lo mira por el retrovisor esperando una respuesta. El rubio sonríe y sacando la cabeza por la ventana, sigue hablando—. Está por llover. Además, falta demasiado para llegar a tu casa.
TaeHyung de verdad odiaba a Jimin. Lo odiaba de una manera incomprensible porque no le deseaba el mal; lo odiaba por ser tan amable y siempre defenderlo, porque desde que eran pequeños, lo llevaba y traía en el salón y le compartía de sus uvas. Jimin era tan bueno y malo a la vez, no solo por su capacidad de convencimiento, también por esos ojos amargos que te envolvían de una. El castaño miró un segundo a Jimin que llevaba esa característica sonrisa de siempre, un momento después sus ojos cayeron en JungKook.
El pelinegro estaba inexpresivo mirándole. Alzó una ceja y suspiró.
— ¿Y bien? —suelta JungKook—. ¿Vas a subirte o tendré que bajarme para que lo hagas?
Los ojos fuertes y oscuros del azabache intimidan con seguridad al pobre TaeHyung, que se limita a bajar la cabeza y asentir. Los de atrás se remueven un poco para hacerle espacio a TaeHyung. Sabían que él odiaba que alguien más se sentara enfrente y compartir el espacio del copiloto, ya que solía comentar que casi nadie guardaba silencio en situaciones así, donde sus vidas peligraban y las distracciones fuesen causa de una fatalidad.
TaeHyung de acercó a la puerta y antes de abrirla, JungKook le habló.
— No —pide el pelinegro con un tono neutral—. Siéntate adelante, conmigo.
Una lluvia psicológica de sentimientos encontrados se desata en su mente, mientras JungKook lo observa sin darle, aparentemente, importancia a sus palabras. Todos se quedan callados, e incluso TaeHyung no sabe cómo reaccionar. Se mueve lentamente hasta tomar la manija y abrir la puerta, sentándose en el automóvil de su hermano y suspirando.
ESTÁS LEYENDO
Settia | kookv
FanfictionPorque estoy de acuerdo contigo. Sé que puedes herirme las veces en las que tu nefasto corazón necesite sentirse grande. También sé que al llamar mi nombre, estaré ahí con los brazos abiertos para recibirte. Estoy totalmente de acuerdo contigo, yo s...