Capítulo Tres

25.5K 3.9K 2.1K
                                    

El sistema de TaeHyung estaba agotado después de una semana abrumadora. En su vida, jamás había sentido tantos golpes de corazón en tan poco tiempo. JungKook estaba jugando chueco, era una trampa y la estaba permitiendo a diestra y siniestra, inducido por sus emociones complejas y esas malditas ideas estúpidas que lo inmovilizaban. Jimin llegaba todos los días a su casa para encerrarse en el cuarto con su hermano. JungKook aprovechaba que sus padres no estuvieran y que su hermano mayor fuese lo suficientemente idiota como para no decir nada.

    El azabache estaba consciente de algo: mientras TaeHyung estuviera cerca suyo, nada malo le pasaría. Incluso si sus "padres" estuviesen en casa, TaeHyung haría lo posible por ayudarlo. No dejaría que lo castiguen, y muchísimo menos que arremetieran contra él físicamente. Cosa que no pasó jamás desde que aquellos dos humanos decidieron unir sus vidas en matrimonio.

      TaeHyung iba detrás en el auto, pues su hermanito se dignó una vez más a llevarlo. Desde hacía dos semanas que no caminaba y comenzaba a sentirse un perezoso; admitía que era cómodo aunque seguía sintiéndose tan mal como la primera vez. Callado, encerrado en el dolor de su corazón y ocasionalmente viendo al rubio que iba de copiloto, TaeHyung siente nostalgia por la lluvia que cae suavemente por el cristal. El camino luce distinto al de siempre, así que cuando el auto se detiene, mira a JungKook.

     — Adiós, cariño —escucha la tersa voz del pequeño Jimin. Se estremece por completo pero no emite mueca o sonido alguno. Jimin se voltea hacia TaeHyung y sonríe—. Adiós, TaeTae. Nos vemos luego, ¿bien?

      — Bien —responde a medias el castaño. Jimin cierra la puerta del auto, alejándose hacia su casa rápidamente—. Pero espero que no.

    JungKook dirige su mirada dura y poco amistosa hacia él. El azabache mira fijamente a su hermano mayor, y Tae también lo mira a él con una expresión aburrida.. Pero más que nada, recelosa.

       — TaeHyung.

       — ¿Qué quieres? —la pregunta es baja en cuestión. TaeHyung está enojado, y que JungKook lo reprenda con solo su nombre le resulta tan estúpido.

       — ¿Quieres dejar de odiarlo tanto? El chico es bueno contigo.

       — Seguro —menciona vago—. Qué interesa.

     El auto se pone en marcha con el castaño hecho un lío de enojo. JungKook no puede evitar sentir algo de culpa invadir su corazón, pero no es como si quisiera detenerse. Lo último que quería era que las cosas se repitieran interminablemente en un ciclo tonto, como dos niños corriendo detrás del otro o una avalancha en una montaña de pendiente interminable. Todo había mejorado, o al menos desde que adoptó una actitud distinta a la situación desde el último año y medio.

    TaeHyung debía entenderlo.

     — Sabes que me molesta mucho que hagas ese tipo de cosas.

     — Lo lamento —suelta TaeHyung—. Pero no eres papá o mamá para decirme eso.

     Jeon JungKook siente ese característico amargo sabor recorrer sus papilas gustativas. Está un tanto enojado e incómodo porque TaeHyung no entendía nada de lo que ambos se enfrentaban.

     — Pues él es mi novio, y te guste o no, debes de tratarlo bien porque va a estar un tiempo conmigo —el enojado azabache suelta en un agarre de valentía y confusión por el momento.

     — ¿Disculpa? Mi única obligación es no matarlo, y tampoco quiero hacerlo. Después de eso, ¿te parece si le dices que no me hable?

     TaeHyung jamás se había escuchado como semejante persona, ni le habló nunca con tanta seguridad en su garganta. Estaba enojado y dolido. Era la primera vez en semanas que JungKook no se detenía a hacer alguna estupidez y mantenían una conversación algo decente, dentro de lo que cabía y consideradas las circunstancias. Todo era nuevo para su mente y el sistema lo quería rechazar porque se negaba a entender que lo único que siempre había querido le fue arrebatad por la persona que menos deseaba. Aunque si era sincero, no deseaba a nadie.

    — No sé por qué lo odias tanto.

     — Que no sabes, JungKook —Suelta con sarcasmo el mayor—. Claro que lo sabes. ¿Olvidaste todo lo de la secundaria?

     Los dos se quedan callados con esas palabras. La secundaria era algo inolvidable para los dos, e incluso cuando JungKook era menor que él, resultaba igual de memorable. Fueron tiempos difíciles en la escuela y en su casa, peor de lo que estaban en ese instante. Los dos hermanos jamás pudieron arreglar ese problema y tuvieron que mudarse después de envolver a sus padres en mentiras. Nadie sabe, incluso, cómo fue que la vida les regresó a Park Jimin.

     — Debes dejarlo ir —suelta bajo JungKook.

     — Debería. ¿Crees que no quiero?

     El auto se detiene con suavidad. La lluvia se ha vuelto densa, clima es una mierda combinado con la respiración agitada de los dos. No ayuda estar en un espacio tan pequeño. Odiaban ese tipo de situaciones, donde se asfixiaban en sus memorias.

    — ¿Crees que me gusta sufrir por ti y estar aguantando tus mierdas de parejas y ver una tras otra, tras otra? —TaeHyung de mantiene inerte en la parte de atrás. JungKook sostiene fuerte el volante—. Eres un idiota. Y yo lo soy aún más por no poder odiarte... El que seas un idiota debería garantizar que me fuera; no es así. Sigues hiriéndome sin dejar nada claro.

     — Sabes cómo son las cosas.

     Nunca respondía más que eso. El azabache se abstenía a decir más de lo que debería. JungKook no decía todo lo que su mente intentaba mandar a sus cuerdas vocales. Solo estaba ahí, escuchando los lamentos de su hermano mayor.

     TaeHyung detestaba eso.

     — Lo sé —recalca TaeHyung—. Tú me tratas mal enfrente de todos, pero estamos solos un momento ¿y eres el mejor hermano del mundo?

     JungKook se voltea enojado. Las cosas no eran así. Él sabía que no trataba mal a TaeHyung.

      — No —habla el azabache—. Estás mal.

      — ¿En qué? ¿Me vas a negar que me dejas caminar hasta casa, o que cuando me acerco a ti en la escuela me empujas a un lado? ¿Qué te parece cuando te burlaste de mí porque un tipo me empujó? ¿No crees que es bastante odioso?

     JungKook se sentía como el peor chico del planeta, en parte lo era pero quería convencerse a sí mismo que las cosas no estaban tan mal. Fuera de sus problemas con TaeHyung, era una persona completamente diferente. Sabía que era un mecanismo de defensa banal e inútil, que sus sentimientos no cambiaban en ningún sentido, en su actitud se veía reflejado el miedo interno. Los dos estaban aterrados.

     — ¿Qué crees que dirán mamá y papá si algún día se enteran de lo mal que me tratas, JungKook?

    Entonces, el azabache tuvo un golpe de realidad. Se inclinó un poco más hacia su hermano y lo miró fijamente.

     — ¿Qué crees que dirán si se enteran de que sus dos hijos han estado juntos? —suelta JungKook enojado.

     TaeHyung siente sus ojos aguarse por las lágrimas que amenazan con salir de sus orbes cafés. JungKook respira con dificultad, sus pulmones están llenos de ira y culpa.

    No dejaría descansar a TaeHyung.

    — ¿Y si le digo que fueron novios? ¿O si les digo que cuando se iban de viaje pasaban la tarde juntos abrazados? ¿Si les digo que toda la escuela lo supo? ¿Qué crees que dirán, TaeHyung?

     — Ellos nos aman.

    JungKook está en un lugar donde la ira se extiende rápidamente por su cuerpo. No quiere admitirlo, pero toda la idea se le hace estúpida. Él no quería de la misma manera a TaeHyung. Se sienta de nuevo en su lugar, escuchando la suave lluvia caer. Enciende el auto, y una vez más, ignora el llanto de su hermano detrás. No piensa seguir jugando al ratón y al queso, a esa carrera entre ellos, en la cual la meta parecía cada vez más lejana. Todo se había terminado y fue producto de un error en el sistema de ambos, en sus cabezas.

    Lo que hicieron estaba mal. Eso no lo cambiaría nada.

     — Olvídalo de una buena vez —susurra JungKook con rabia—. Si es necesario que te odie para que lo entiendas... Entonces eso haré.


Settia | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora