Lluvia.

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No, no era todo como lo había soñado.

Jamás soñé estar encerrada en una celda mirando por la pequeña ventana como las gotas de lluvia caían de sobre manera.
Inclusive entraban y casi inundaban la celda en la qué me encontraba.

Tenia ya 5 años por un asesinato. Uno qué no cometí.
Un año más, y salgo de este basurero.

*Había sido muy horrible para la chica de cabellos blancos, a pesar de que ya había perdido la fe en que su esposo cunero por ella y la rescatará.
Aquel sujeto de cabello blanco no podía haber prácticamente nada ya qué no tenia derecho a, salir con pago.

Sin embargo el esposo hizo lo posible para encontrar al culpable, sabia bien qué su esposa no haría aquello.

Busco y busco, las pistas qué había conseguido lo llevaban a un chico de 17 o 18 años, estudiante de buen aspecto.
Su cabello era de un café bastante claro, y de aspecto impecable.

¿En verdad podía a ver sido el?.

Bueno el más que nada creía rotundamente en la famosa palabra de...

Las apariencias engañan.

Así que, si todas las pistas y huellas llevaban a el, entonces no estaba equivocado y aquello palabra era la descripción perfecta para esto.

La chica se encontraba dormida en la celda compartida con una mujer más grande, y más robusta qué ella. Casi siempre tenían problemas, pero al ser Shiro tranquila no hacia nada y solo la ignoraba.
Esto hacia qué la mujer robusta se enojara.

En la cama de la celda Shiro se encontraba descansando cuando sintió qué agua fría había caído en ella.
La señora de aspecto aterrador y que era compañera de celda, había entrado con un balde de agua y se la echo, empapando a la joven de aspecto delicado.

La robusta saco a Shiro de los pelos hacia donde estaba el patio.
Shiro gritaba para que la soltara pero sin embargo, esta no hacia caso.

Una círculo se había formado para presenciar lo que ahora sería, una pelea.

Soltó a la chica peliblanca en el frío suelo.

- Vamos muñeca, levántate. - Habla la robusta mientras se ponía en posición de ataque.

La chica debido al golpe se levantó con dificultad. No tenia mucho miedo, pues entreno capoeira (La verdad no se como se escribe) con su esposo Lawliet.
Pero que tremendo peso la hacía estremecer, sabia que de un golpe aquella chica de aspecto descuidado podía hacerla dormir en unos instantes.

Shiro era la típica chica de aspecto débil, y bien cuidado, pero era en realidad muy fuerte.

La chica de nuevo tomo Shiro de los cabellos jalando la hacía ella. Iba a tirarle un golpe a Shiro, pero ella rápidamente lo esquivo soltandose de su agarre.
Shiro se dio la vuelta y le dio una patada en toda cara, tanto fue el golpe por parte de Shiro qué la de aspecto robusto quedo inconsciente en el suelo.

Shiro se quedo aun en posición de pelea y la empezó a golpear en el estomago, la ira ya la había consumido por completo.
Dos agentes de policía se acercaron y con sus palos de electro choques calmaron a las chicas, sobre todo a la de cabello blancos qué tenia prácticamente un frenesí de ira.

Pasaron los días Shiro había sido encerrada en otra celda aparte y sola. Ninguna de las reos hablaban con ella. Comía sola pero para ella era lo mejor que le podía pasar.

Una semana paso, Shiro estaba en su celda leyendo un libro de terror cuando dos policías se le acercaron.

- Pues salir. - Hablaron de mala manera aquello mientras le habrían la celda. - Toma tus cosas y vete.

ONE SHOTS (L Y TU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora