Habían pasados las los días volviéndose meses, en ese transcurso había entablado un poco más de cercanía con cierto pelinegro de ojeras.
Me tenia confíaza a tanto para presentarme a su Mayordomo, y decirme que no tenia padres y todo eso, también diciendo que a Watari, su mayordomo, lo veía como padre y madre. Sinceramente cuando me dijo eso no pude evitar que mis ojos se humedecieran, era tan triste su historia, en ese momento solo lo abracé, fue lo único que mi valor como maestra a alumno, me pidió hacerlo.
Todos los días lo llevaba a su casa ya qué Watari no podía por ciertos compromisos. Lo veía sonreir más, esa hermosa sonrisa que iluminaba mis días, ya no eran tan rutinarios como siempre, hablamos en horas libres y valla que su capacidad deductiva era impresionante así como su inmensa inteligencia. Podríamos hablar horas, por fin tenia alguien con quien hablar temas de interés.
Era magnífico estar con el, aunque el solo me viera como su profesora.
- Bueno la clase a terminado. - comente. - Pero antes de que se vallan, doy tutorias los viernes al final de las clases. - Suspire. - Sin más, pueden retirarse.
Algunos rechitaron y otros me sonrieron y me preguntaron que nada más esos días, lo malo fue que a los que les "Interesó" solo eran chicos.
La hora de la comida había llego, lamentable hoy no iba a poder comer con Lawliet por que tenia mucho trabajo.
- Oye Lawliet. - le sonríe y el se detuvo. - Hoy no podré comer contigo, tengo bastante trabajo.
-oh... Ya veo. - Miro hacia el suelo. - Esta bien, después la veo.
Salio del salón mientras se dirigía a la pequeña banca qué compartíamos.
Me sentía mal por el...
Fui a dirección por todos los papeles qué tenia que rellenar, y me devuelvo a mi salón, podía ver a Lawliet aun sentado. Hasta que una chica un poco gordita y de cabello corto se le acerco y se sentó a su lado. Estaban hablando mientras ella sonreía y se sonrojaba, a los pocos minutos se paro y le entrego lo que parece ser un pedazo de hoja para después retirarse.
Mi corazón latía a mil, tenia celos, estaba enojada. No podía verlo con otra. Sin querer el lápiz qué sostenía lo rompí. Me tranquilice un poco y seguí con lo mio, aunque apenas y podía estar, quieta... Quería golpear a alguien.
Cuando era la hora de clases los alumnos poco a poco fueron entrando al salón mientras yo aún seguía con mis papeles. Ni siquiera vi cuando Lawliet entro.
- Bien chicos. - Me pare una ves que todos se sentaron. - Tengo mucho trabajo así que hagan lo que quieran. - Todos gritaron. - Pero sin hacer ruido o les bajo puntos, y no andan también como para que hagan ruido. - comente mientras me sentaba todos se callaron y me dejaron trabajar.
Así se fueron todas las clases hasta que termine el dichoso papeleo.
-Bueno chicos, esperen me aquí. - Decía mientras tomaba todos los papeles y me retiraba.
Iba llegando a dirección cuando Lawliet me hablo.
-Permitame ayudarlo. - Mis ojos se iluminaron. Y acepte su ayuda.
-Gracias Lawliet. - El me miro y sonrió.
Llegamos a dirección y me ayudo a dejar los papeles y tomamos rumbo al salón. Sobre la chica que se le acerco, hablaré con el, en el coche.
Los clases pasaron de lo más rápido. Lawliet me siguió hasta mi coche mientras tomaba mis cosas y me ayudaba.
Ya en el auto me quite mi suéter y lo deje en los asientos de atrás y nos pusimos en marcha.
