Me inundaba aquel sentimiento.
Me sentía tan feliz.
Verlo en el salón calificación exámenes. Aquel perfil tan majestuoso. Era como una obra de arte.
Siempre pensé que jamás llegaría a esta etapa de mi vida. Siempre veía a las personas enamoradas con asco, pensado varias cosas de engaño en ellas... No eran felicites para mi y no quería que me pasara.
Y valla que tenia razón mi madre...
Nunca digas nunca...
Termine enamorado me pérdida mente de mi profesor.
Pero ¿Como no hacerlo?.Lawliet están atento, aunque no lo parezca, siempre se preocupa por los demás.
Calificaba los exámenes con una seriedad, parece ser que no había buenas calificaciones.
Hasta que se detuvo en uno, sonrió y me miro.Era el mio.
- Bien chicos. - Hablo, su voz me tranquilizaba, tan cálida... Tan hermosa. - Estoy calificando sus exámenes. Nadie salió bien. - Me miro y me sonrió, no pude evitar sonrojarme. - Solo Melle tuvo buena calificación.
Sentía las miradas en mi nuca, baje mi mirada tratando de calmarme.
- Deberían de aprender de ella. Daré asesorías hoy, terminando las horas pueden buscarme en mi oficina. - Suspiro con cansancio y un poco de enojo. - Si no lo hacen, mejor no esperen nada de mi en su calificación.
La seriedad de sus palabras habían echo qué me entrará un escalofrío. Quien diría que Lawliet también podía causar miedo.
Salí al receso por mi comida.
Light Yagami me seguía.
Por un momento pensé que solo iba a donde mismo, por su comida. Pero después sentí un jalón en mi tomándome de la muñeca.- ¿Qué pasa? - Hable algo enojada.
- Ayúdame. - Suspiro y lo mire confusa. - No soy bueno en esta materia.
- Si, pero por eso el profesor dará asesorías. - Comenté hablando como si fuera los más obvio del mundo.
- No me gusta como enseña. - Bien... Mi paciencia había acabado.
- Pues no es mi problema. - Ya estaba enojada por lo que mis palabras salían con veneno. - Tengo tantas cosas en mente... Por favor no puedo.
Aquel me miro con seriedad y una sonrisa ladina aprecio en su rostro. Yo ya comenzaba a andar por el pasillo, solo quería irme por que estaba muy cansada.
- Por eso no tienes amigos. - Pare en seco, aquello me había lastimado. - Bien adiós.
Tenia toda la razón del mundo, no tenia amigos, siempre me terminaban abandonando.
- Escuche todo lo que el estúpido dijo. - Escuche la voz de Lawliet detrás mía. - No te preocupes, me tienes a mi.
Lo último lo dijo en un susurro.
Pero aun así las palabras de Lught había logrado llegar a mi corazón, rompiendo lo e hiriendo lo.
Lawliet me tomo de la mano y me llevo a su oficina. Ni siquiera me había dado cuenta que estaba llorando, hasta que una ves dentro de su oficina me limpio las lágrimas con su manga.Hizo qué me sentara en el escritorio y este me miro.
- Qué no te importe en absoluto lo que aquel idiota te diga. - Hablo mientras ponía sus manos en mis piernas y de alguna manera se recargaba sin lastimarme.
Me sentía extraña, sus manos en mis piernas habían echo qué un escalofrío recorriera mis espalda, pero se sentía bien, su tacto era cálido. Las acariciaba con sus dedos haciéndome sonrojar.