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— Creo que podríamos... intentar hacer bebés más seguido, ¿No crees?— Ríe el alfa acariciando ahora el cabello de JiHoon, esperando que se desinflame el nudo.

— Sí estoy de buen humor... Puede que sí...— Ronronea un poco soltando de ese aroma que tenía loco a SeungCheol.

Para cuando el nudo estuvo ya disuelto ambos se separaron y se dieron una ducha rápida, JiHoon recordó que debía terminar el estúpido informe, y que había perdido dos horas de su valioso tiempo, pero... tampoco es que lo haya desperdiciado, simplemente fue un leve relajo.

— Iré a preparar la cena, cuando esté lista te aviso... — Acto seguido el mayor se perdió en el pasillo. 

SeungCheol llegó a la cocina, se miró en el reflejo de la olla con la que iba a cocinar, notando que el menor le dejó una marca en el cuello, no era muy grande, ni muy notoria, o quizá era de esa manera porque estaba usando una olla en vez de un espejo para mirarla. Mañana iba a lucirla como nadie nunca lució una marca, iba a decirle a MinGyu que ya no se masturbaba con revistas. La cena estuvo lista en cosa de nada, había estado bailando y cantando mientras la hacía, la felicidad se desbordaba.

El lado oscuro de la situación lo tenía JiHoon, quien también lucía bellas marcas y mordidas hechas por su mayor pero por el contrario de él, el no tenía cabeza para pensar en ellas, sólo existían números y letras mezcladas con números.

— JiHoon, ven a comer, está listo... — Ya era la tercera vez que lo llamaban, se cubrió los oídos, tenía que concentrarse. — No seas grosero. — Le oyó a sus espaldas, cosa que lo espantó. — ¿Qué haces, por qué no me miras? — Y fue cuando lo vió, de tanta frustración que tenía encima, el menor estaba sollozando.

— Tengo que terminar esto para mañana, pero no entiendo nada... — Dijo con su quebrada voz, no solía llorar a menudo, menos por cosas por las que ahora lo estaba haciendo, se sentía extraño, sensible e inútil.

— A ver... no llores, yo te ayudo.

—Tú qué vas a saber... — Le dió un empujón suave, no obstante, para el pelinegro fue como si el mundo se le cayera encima, Jihoon ya no lo quería. Sí, Choi puede ser muy dramático a veces.

— Manejo una empresa, tengo que hacer esto casi todos los días

Así fue como el corazón de JiHoon fue robado, nunca se había tomado el tiempo de ver lo guapo que es el alfa, su mandíbula lucía sumamente marcada, haciendo que su perfil fuera aún más duro, mantenía su rostro serio debido a la concentración que imponía en el monitor, sus largas pestañas generaban una bonita sombra que se proyectaba en sus pómulos, le recordó a cuando le salvó de ser atropellado pues el ángulo era muy parecido. Sin embargo, las circunstancias ahora no eran las mismas.

— Listo — Su grave voz lo saca de sus pensamientos, tuvo que remover la cabeza. JiHoon miró el monitor que tenía todo ya resuelto y, sin poder evitarlo, besó los labios del alfa. — ¿Y eso? —  Dijo cuando se separaron.

— Fue por agradecimiento... — Ronronea, el aroma del Choi lo estaba volviendo cada vez más loco, las hormonas lo tenían aturdido, un poco desorientado también.

— Mgh, entonces te voy a ayudar más a menudo.— 

Ambos rieron para finalmente irse a comer.

[°°°°]

Dos semanas después JiHoon sentía su cuerpo más pesado, algunos alimentos le caían mal y terminaba vomitando por noches enteras, SeungCheol se había tenido que mudar de habitación pues la mayor parte de sus pertenencias ahora estaban bajo posesión del pequeño, también se pasaba las noches en vela intentando calmar los malestares del mismo, no quería darle medicamentos así que incluso cambió los ingredientes de muchas de sus comidas porque empezaba a creer que se debía a la alimentación que él le estaba dando al omega.

Éste por su lado iba mucho más seguido con su abuela, aunque no podía salir de casa sin llevar una prenda del alfa de lo contrario se sentiría solo y abandonado. Ya para cuando volvía no se despegaba del pelinegro, quién a fuerza (la verdad no tanta) tenía que impregnar su aroma en el pequeño. JiHoon llevaba insistiendo en ya no asistir a clases desde entonces, pedía sexo mucho más a menudo, y si no se lo daba o tenía indicios de negación, simplemente o rompía en llanto o le lanzaba lo que estuviera más próximo, logrando obviamente su objetivo.

Ahora mismo acababan de tener sexo, SeungCheol estaba agotado, lo habían hecho ya tres veces, y en todas JiHoon pidió ser marcado.

— No me quieres... tu no me quieres... ¿para qué me tienes aquí? ¿soy tu puta acaso? — Y por quinta vez ese día el omega estaba llorando desconsoladamente.

— No es eso... pero haz estado muy, muy raro... — El alfa no se lo podía creer, ¿no era eso lo que estaba esperando? Que JiHoon bajara la guardia y se fijara en él... ¿por qué ahora estaba inseguro? Habían pasado ya más de seis meses juntos, se caía bien, llevaban la vida de una pareja normal, con el GRAN detalle de que no lo eran. 

— Sigues poniendo excusas... mira, no voy a obligarte... — Se levantó de la cama tomando un revoltijo de mantas y se metió en el cuarto de los utensilios de aseo, Choi no intentó detenerlo.

Era un lugar pequeño, pero bastante cálido, el sitio más aseado de toda la casa, a pesar de que en muchas casas era el más sucio. Allí, hecho bolita la angustia comenzó a crecer... llevaba dos semanas intentando conquistar a SeungCheol sin exitos. 

Quizá eran los malos consejos que le había dado JeongHan, sabía que no todos los alfas funcionan como Jisoo, iba a volver a ser él mismo, iba a dejar de intentar enamorarlo, porque los sentimientos sólo provenían de un lado ésta vez, y no era desde el del pelinegro.


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필요성- Necessity- JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora