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SeungCheol se quedó pasmado tras las declaraciones de su madre, recargó su espalda en el respaldo de la silla y dió un suspiro más que cansado, eso nunca había sucedido, por lo cuál no sabía cómo afrontarlo. Si bien es cierto, no podía negarle cosas a su madre, también lo es el hecho de que aquella mujer no le generaba absolutamente nada. 

Durante el poco tiempo que convivió con JiHoon pudo notar que las mujeres no son su preferencia, aún si en el pasado tuvo relaciones con varias. Ese fue el momento en que los arrepentimientos llegaban, porque deseó haber marcado al pequeño omega cuando él se lo pidió. Su cabeza se llenó de ese sombrío sentimiento de aflicción que lo perseguía hace años, estaba incómodo, incluso olvidó la presencia de su madre y esa chica. Olía como a flores, cuánto odiaba SeungCheol las flores.

Con decisión se levantó de su asiento, miró a los ojos a su madre a la vez que la acercaba para posicionar sus manos en los maternales hombros que de vez en cuando lo acogían al llorar. 

— No necesito que me consigas a alguien para que tengas a tu nieto, puedo hacerlo por mis propios medios, mamá — Dice, lo más educado posible, no quería romper el frágil corazón de su enferma madre.

— Hijo, intenta... por favor... una vez y ya... — Ruega con esos ojos a los cuales su hijo no podía resistirse.

— Una vez... nada más, yo voy a encontrar por mí mismo a quién yo desee. 

La mujer mayor salta de felicidad, abrazando a su hijo. El alfa miró a la chica, sabiendo de inmediato que cuando su madre se fuera tendría que pagarle, él ya tenía un omega esperándolo en casa, y aunque no se lo haya dicho a su madre, no lo hace menos importante. 

Y así fue, el alfa no tenía ninguna intención de tener relaciones con ella de ningún tipo, se lo hizo saber en cuanto su figura materna cruzó la puerta de su oficina, no obstante, la chica parecía persistente, probablemente porque su "clienta" le había advertido que algo como eso iba a pasar. 

— No puedo aceptar eso, tu madre dijo que si intentabas pagarme ella iba a duplicar la suma para que yo fuera persistente contigo, necesito el dinero lo antes posible. — Choi sacaba humos por la cabeza, su amada progenitora no podía estarle haciendo algo como eso.

— Ya te dije, tengo un omega, está encintado. 

— Pero nunca mencionaste que estaba marcado, lo que indica que es mentira. — El chico la miró, lo tenía mareado y no en el buen sentido, allí se dió cuenta de cuánto necesitaba a JiHoon a su lado, probablemente lo hubiera besado para espantarla, y luego hubiera dicho que no eran celos inventando excusas como el hambre o el sueño.

— Él... no quiere ser marcado, lo que necesito no es una pareja, sino un hijo. — Se estaba mintiendo a sí mismo, diciendo repulsivas mentiras que no se creía ni él, fingiendo que su cuerpo no llamaba el de Jihoon con desespero cada vez que cruzaba la puerta del departamento cada vez que tenía que salir, cuando por casualidad sus manos se topaban con el mango de la cafetera, o cuando le rogaba que lo hiciera suyo sin tener que usar las palabras. Su aroma era embriagante, le hacía sentir que estaba suspendido en el aire, a kilómetros de pies de altura pero sin profesar miedo a ellas, ¿era eso el amor?

— Entonces yo soy tu opción, puedo hacer tareas del hogar, cocinar para tí, ni siquiera notarás que estoy ahí.

—Deja ya de insistir, no voy a estar contigo, yo necesito a alguien con personalidad, que reclame lo suyo, no me interesa si no sabe hacer nada. — Sí, ese era JiHoon, SeungCheol ya estaba pensando en postres para llevarle, porque, embarazado o no, Lee JiHoon merecía ser tratado con amor, y cumplir todas sus exigencias.

Sin previo aviso tomó las llaves de su auto y salió corriendo, iba a conquistar a su omega.


[°°°°]

— Deja ya de quejarte, JiHoon, no encuentro nada malo en tu embarazo. — Boo sostenía la prueba en una de sus manos, mientras que con la otra acariciaba la espalda de su entristecido amigo. — ¿No es lo que querías? un bebé va a hacer feliz a ese alfa cabeza de musculo que tienes.—

— Ya no quiero dárselo... no quiero... — Algo dentro del omega se había movido, él no quería dejar a un bebé que llevase su sangre con otra persona y ya no tener contacto con él, no podía ser como sus padres, no iba a abandonar a un hijo suyo. Así también comprendía que quizá el alfa se sentía de  la misma manera, aunque el propósito del mayor no era el mismo que el suyo, al fin y al cabo tenía que terminar atendiendo una vida, Y no le caía la menor duda de que él si era una persona capaz de hacer feliz a un niño, SeungCheol era un ser lleno de amor y bondad.

— ¿Tienes miedo? — Y allí estaba, intentando ocultar lo deplorable que se sentía en ese momento, empezando a tomar aire con irregularidad gracias al vertiginoso llanto que le invadió, él no era así, Lee JiHoon no era como es ahora. Había asentido ante una pregunta a la que en otras ocasiones hubiera dicho que no rotundamente, se sentía quebrado, no quería fallar como padre, no concebía un futuro en el que su hijo o hija le reprochara cosas que hizo mal, uno en el que se viera el reflejo de un niño que lo tenía todo y lo perdió por la decepción de padres sin sentido común. No se iba a permitir ser como sus propios padres.

Tuvo unas inmensas ganas de irse corriendo, llevarse a su abuela y empezar una nueva vida en otra parte, quizá en otro país con su bebé, empezar desde cero, renunciando a su sueño de ser diseñador. 

Justo cuando estaba llegando a conclusiones en su cabeza la puerta del baño fue abierta, dejando ver al ser causante de todos sus martirios, con un ramo de flores de algodón y un globo color plateado. SeungCheol tenía la sonrisa más linda que nadie podía tener. 

JiHoon no sabía qué hacer.


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필요성- Necessity- JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora