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Seung Cheol hizo su mejor intento por mantener la cordura y tranquilidad esa noche, no quería trasmitirle pesadumbres al omega, mucho menos a su bebé.

Jamás en su vida pensó que sería tan difícil estar separado de una persona, menos cuando (según él) era una relación dirigida únicamente a la procreación de un ser para así hacer feliz a su madre.

Pronto se dio cuenta que estaba completamente equivocado, que su corazón palpitaba por JiHoon desde que lo conoció aquel día en que la bruma de la mañana casi lo mata. No se podía explicar con palabras lo que sentía por él, ¿lo amaba? Quizá era muy pronto para decir que sí; el cansancio se hizo presente pasadas las cuatro y media de la mañana, hora en la que por fin pudo concebir el sueño.

Su ánimo fue en descenso por la mañana, el pequeño no había contestado ninguno de los desesperados mensajes; y qué decir de las llamadas, las que eran directamente enviadas a buzón de voz desde hace un par de horas. Decidió que lo mejor para él sería ir a confrontar a su padre, o en su defecto a su madre, mejor dicho, al responsable de toda esa situación, para que se hiciera cargo de lo que había ocasionado y así, darle un poco de convicción a la explicación que ya había comenzado a fabricar por si es que tenía una oportunidad de ver a su omega otra vez.

Los estándares de higiene se fueron en picada a la hora del baño, ni siquiera se metió por completo al agua, simplemente lavó sus partes nobles, axilas, rostro y pies. Ni mencionar su presentación personal, andaba casi como un vagabundo que no se bañaba desde hace décadas.

Pasó por la recepción con inapetencia, cosa que no pasó inadvertida por el recepcionista, quién gracias a dios, guardó sus opiniones para sí mismo como ya le era costumbre.

Aunque no sentía deseo de manejar tuvo que hacerlo de todas maneras, porque no podía decirle a nadie la dirección de dónde vivían sus padres, puesto que no precisaban tener a miles de reporteros fuera de la residencia familiar, preguntando con insistencia acerca de la enfermedad de su madre; ese era el precio a pagar por tener una empresa tan exitosa como la del padre de Seung Cheol, o el mismo Seung Cheol.

Tan pronto como su auto frenó frente al portón, éste se abrió; era una buena señal ya que nadie sospechaba a qué iba necesariamente el alfa. Fue recibido con todo el amor del mundo, tanto por familiares, como por los empleados.

—¿Mi padre? — preguntó luego de no haberlo encontrado por ninguna parte.

—Estaba en el invernadero, me parece que estaba abonando unas plantas.

Sin más vacilación salió en busca de él. Lo localizó justo donde le habían indicado con anterioridad. No fue sorpresa verlo con un overol color caqui, sin guantes de protección contra la tierra y con unas tijeras de podar, hablándole a las plantas de lo lindo que estaba el día para que ellas pudieran crecer a gusto.

—Buenos días, papá. — Interrumpió sin miramientos el alfa menor.

—Oh, Seung Cheol, buenos días, ¿qué haces aquí tan temprano? — cuestionó con algo de recelo el hombre mayor, evitando por alguna razón la intensa mirada que su hijo le estaba dando.

—Nada, vine a pedir, no, más bien a exigir que me dejes hacer mi vida tranquilo. —

—No sé a qué te refieres.

—Al parecer perdiste la memoria...—siseó con fiereza—No te preocupes, yo te la refresco...— aventó contra los pies del hombre el sobre azul, este por su parte, se quedó estático en su sitio.

—Ya te fueron con el chisme...

Esa sonrisa, era de alguien que no se arrepentía en lo absoluto de lo que había ocasionado, esa misma mueca fue la que por años él mismo le daba a las mujeres y hombres que "no le satisfacían". Un vuelta al karma en su mejor expresión.

— No es ningún chisme, fue la verdad. Quiero que te quede muy en claro que el omega que viste en mi casa es mi pareja, está marcado por mí, tiene un bebé mío en su vientre.— Gruñó fervientemente. 

Estaba sorprendido de sus propias palabras y acciones, es posible que fuera la liberación de todo eso que tenía acumulado desde hace bastantes años; cosas insignificantes como la ropa que tenía que vestir, el colegio al que debía asistir, los amigos que debía tener, el tipo de empresa que "merecía" manejar. 

Notó que toda su vida había sido manejado por hilos de arrogancia y discriminación, era un títere. 

— Pero ese chico no tiene en qué caerse muerto, todo lo que es, es gracias a que tú gastaste dinero en él. 

— No es cierto... él se ha esforzado durante años para mantener una imagen respetable.—.

— No es muy respetable que se haya vendido, porque eso es lo que pasó, te pidió cosas a cambio del alquiler de su vientre.— 

— Por supuesto que no.— Seung Cheol no había querido admitir que eso sí era correcto, porque él lo encontraba un precio justo, después de todo JiHoon no podría haber trabajado embarazado, lo que le hubiera ocasionado más problemas de los que ya tenía. 

— Sabes que es verdad. Acepta a HeeYeon, ella es un buen partido, es hija de  una buena amiga de tu madre. Le pagas el aborto a ese chiquillo y listo. 

— Estoy enamorado de él, no pienso dejarlo así como así, yo no soy como tú.

— Por supuesto que no lo eres, yo tuve la suerte de enamorarme de una mujer de clase, no de un aprovechador bueno para nada. Madura, Seung Cheol, el amor no cae del cielo, se va generando a través de los años, ya verás que es así. — Asiente palmeándole el hombro. 

Puede que tuviera razón.

Pero su corazón no mentía, definitivamente estaba enamorado de su omega, de su JiHoon. No iba a dejarlo así de la nada.

— Mamá quería un nieto, y yo se lo estoy dando, ella no sabía de mi omega. Veremos qué dice cuando sepa que quieres matar al nieto que ella con tanto anhelo espera. — Y sí, era el momento para mostrar su sonrisa maliciosa.

Hubo un silencio por varios minutos, uno que traía consigo desesperación y ansiedad. Su padre mantenía una mirada fría pues el alfa menor tocó con ganas una fibra más que sensible en ambos.

Su madre.

[°°°]

— Ay, hijo, perdóname, no sabía que tenías otro omega... — Se disculpó con mucho pesar la elegante dama.— Nunca lo mencionaste tampoco.- 

Seung Cheol estaba sentado tomando café de lo más a gusto con su madre, su padre por otra parte estaba con cara de pocos amigos a unos metros de ellos, en el sofá de la estancia.

— Es que te vi tan emocionada que no tuve corazón para decirte que no... lo siento... — Todo estaba saliendo viento en popa, con su padre fuera del camino ya el único obstáculo era encontrar a su pequeño y traerlo de vuelta consigo.

La verdadera tarea apenas comenzaba.

   

   

   

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필요성- Necessity- JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora