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Por la tarde el alfa ya estaba en pie preparando el almuerzo, las feromonas de JiHoon inundaban la cabaña por completo y aunque ahora podía percibir un aroma diferente al que acostumbraba debido al bebé, eso secretamente le gustaba pero no lo admitiría en voz alta.

— Buenas~ — El omega salió de la habitación rascando uno de sus, todavía, adormilados ojos, se veía tierno, con su pancita cubierta por la camisa que SeungCheol adrede dejó encima de la cama para que la vistiera.

— Debiste dormir más tiempo... todavía no está listo el almuerzo, debo cortar más troncos para la cocina.— Dijo aproximándose a él mientras limpiaba sus manos en un paño de cocina que anteriormente descansaba en uno de sus hombros desnudos. Tomó el vientre de su chico con ambas manos a la par que sus labios se hundían en un dulce beso.

— Estar acostado me corta la respiración, además aquí hay muy buenas vistas~— Una risita traviesa acompañó ese comentario, lo que hizo sonrojar al alfa.

— Ven aquí~—.

Ambos salieron de la cabaña con cuidado de que JiHoon no fuera a pisar una piedra, una rama o cualquier cosa que pudiera hacerle caer. Cheol recogió varios troncos y los apiló a la salida de la puerta de la cocina, tomó un hacha con sus manos pidiéndole al omega que se apartase lo que más pudiera para comenzar a partirlos. El primer golpe fue con poca fuerza y ni siquiera rozó el tronco que intentaba cortar, pero se justificó diciendo que era porque JiHoon estaba muy cerca y tenía miedo de hacerle daño. Ya los que siguieron fueron más estables y precisos, logró partirlos por la mitad, aunque las manos le temblaban cosa que no era algo que quisiese mencionar abiertamente.

— Debo admitir que te veías demasiado sexy cortando los troncos.— Soltó JiHoon cuando la leña ya se estaba quemando en la estufa, y él, por supuesto, junto a la misma arropado con una gran manta de lana.

Cheol no contestó, simplemente le dio una sonrisa avergonzada para acabar de hacer el almuerzo, cubriendo así sus sonrojadas mejillas, ya eran varias horas sin comer para su cachorro así que los nervios que le ocasionaba pensar en ello eran todavía más grandes que la vergüenza por las palabras de su hermoso omega.

— Sé que quieres cuidar de mí y del bebé pero... ¿no te parece excesivo esto? — se apuntó a sí mismo, sudando, rojo y con el cabello desordenado, una imagen insana para el corazón del otro.

— Tienes que abrigarte bien, no podemos correr el riesgo de que consigas un resfriado o algo.— se excusó Cheol poniendo los últimos toques al Ramyeon que preparaba, para posterior a ello, servirlo en un plato y dárselo a su omega.

— Cheollie... hay como cuarenta grados fuera...— bufó antes de prácticamente devorar su comida.

La tarde pasó serena y a medida que la noche entraba en su apogeo ambos convinieron que era tiempo de marcharse, probablemente al tomar algo de cobertura en sus móviles estarían llenos de mensajes de sus amigos (si es que no habían llamado a la policía ya, SeungKwan puede llegar a ser un poco melodramático a veces).

La entrada a la cuidad les generó a ambos esa extraña sensación de ser observados que a nadie le gusta, quizá se debía a que el padre de SeungCheol ya estaba tramando alguna nueva artimaña para separarlos o simplemente estaban siendo demasiado desconfiados. 

— No alcancé a cambiar nada, todo está como HeeYeon lo dejó la última vez — Dijo Cheol al girar la llave en la cerradura, abrió lento la puerta notando muy felizmente que el aroma floral de aquella mujer se había disipado del aire.

— Está bien, me cuesta admitirlo, pero la cabeza hueca esa tiene buen gusto... — Respondió el de menor estatura permitiéndose entrar en el hogar. 

No es que haya perdonado a su suegro por provocar todo aquello, sin embargo, entendía sus razones, ahora que cargaba una vida en su vientre sabía de primera mano que sus intenciones eran simplemente mantener la reputación que siempre han tenido, conservar su estatus social y cuidar el futuro de su hijo. No obstante, era fiel creyente de que SeungCheol tenía la madurez mental suficiente de decidir por sí mismo con quién quiere o no relacionarse, teniendo la libertad de elegir su propio futuro.

Si tuviera los medios, él también cuidaría así de su cachorro.

Unos incesantes y persistentes golpes en la puerta principal lo sacaron de sus pensamientos, la persona parecía tener mucha urgencia en ser atendido puesto que lo acompañaba de un "abran la puerta ahora mismo."

— ¿Quién es el loco que toca así? — SeungCheol tomó el pomo de la puerta y la abrió lentamente pero un fuerte empujón en la misma lo hizo retroceder en su sitio, dando paso al intruso.

— Te detesto. — Su tono de voz estaba acelerado y levemente quebrado por el inminente llanto, la expresión de preocupación en aquel rostro era algo que JiHoon no había visto jamás en su vida y las feromonas, que antes eran con aroma cítrico, ahora olía agrio, empezaba a secar su garganta e incomodar a su cachorro.


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[PD: Lamento muchísimo la tardanza, para los que preguntaron, ahora estoy bien y con muchas ganas de seguir actualizando esta historia ❤  Besitos en sus ojitos lectores.]

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2022 ⏰

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