IV

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Regresamos al apartamento al día siguiente casi en la tarde, por culpa de mi lentitud. Me era todo un desafío andar, debido al dolor intenso en mi pierna, por ende, Hoseok había tenido que ayudarme en muchas ocasiones, porque de lo contrario terminaríamos quedándonos otra noche más en Seoraksan, lo que no era tan mala idea después de todo lo sucedido. Ya que, esa montaña ahora no me parecía tan espeluznante, no cuando tenía un buen recuerdo con Hoseok.

Me sentí totalmente exhausto al llegar a casa, así que lo primero que se me ocurrió fue meterme en la ducha para así con el agua tibia relajar mi cuerpo, pero fue una pésima idea debido a mi herida, no tenía ni la más mínima idea de cómo iría a trabajar al día siguiente en ese estado, incluso respirar ya era demasiado para mí.

Me puse con dificultad mi pijama, y me dejé caer con un suspiro en el sofá junto a Hoseok, quien de inmediato se levantó para su ansiado turno en el baño.

Cuando salió con solo sus calzoncillos y una franelilla blanca que era mía, comenzó a preparar la cena, mientras tarareaba esa extraña canción, que ahora me parecía tan agradable.

Después de una larga película muy aburrida, -en la que me la pase fue observando disimuladamente todo lo que ese tonto chico, hacía de un lado para otro- me entregó un plato con espaguetis de pollo.

— Gracias —susurré antes de comenzar a comer como nunca antes, mi estómago estaba prácticamente vacío, desde el desayuno no había probado bocado, y tampoco tenía muchas ganas de hacerlo, pero en ese instante podía devorarme hasta el plato y más.

— Como despedida te he preparo mi platillo favorito —anunció orgulloso de ello, querría reírme de sus ocurrencias, pero preferí mantener mi semblante muy serio como era habitual.

— ¿No deberías haber preparado el mío? —inquirí arqueando una de mis cejas.

— No todo en la vida es como tú quieres, TaeHyung —contestó entre risas para acto seguido sacudir me cabello con una de sus manos, y ante esto no pude más que comer más a prisa debido al rubor en mis mejillas.

— Vale, aceptare tu profundo agradecimiento con esta deliciosa comida, ¿satisfecho?

— Bastante.

Vimos las trágicas noticias sobre robos y miles de cosas más que parecían demasiado espantosas como para poder digerir las pastas con tranquilidad, pero en realidad no importaba demasiado. Mientras saboreaba la deliciosa comida, en ocasiones me percataba mirando de soslayo a Hoseok.

Era un chico tan diferente, tan vivo, tan atractivo, que a veces confundía todo en mi interior, al principio no era algo común en mi estar de esta manera, pero después de tantos días juntos, había llegado a remover gran parte de mi corazón, había logrado en tan poco tiempo sacar un lado de mí que no sabía podría llegar a tener después de tanta desgracia sobre mi ser.

Hoseok me observó totalmente perdido con su rostro lleno de preguntas, ante mi mirada fija en él, sin saber muy bien que inventar solté lo primero que se me ocurrió, un tanto avergonzado:

— ¿Por qué estudiaste medicina?

— Me gusta ayudar a la gente —contestó con una brillante sonrisa, antes de ponerse en pide de un salto dispuesto a lavar su plato.

— Puedes ayudar de otras formas.

— Bueno, era mi destino ser médico, así quisiera o no iba a serlo, por lo tanto, tuve que aprender a amar lo que hago a trancas y mochas.

— ¿No estudiarías otra cosa? —murmuré, dándole intensas vueltas a lo que me decía con tanta calma.

— No podría, aunque quisiera.

UNKNOWN ROMANCE [VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora