Al día siguiente, cuando abrí mis ojos con lo primero que me tope fue con el plácido rostro adormilado de Hoseok a centímetros del mío.
Sonreí como un tonto mientras le plantaba un suave beso en la mejilla, evitando despertarlo con mi contacto, rebusqué en el suelo mi ropa al ponerme en pie, pero aduras penas logré encontrar mi ropa interior, me estiré perezoso por la estancia y hallé en el armario una camisa que me quedo bastante grande, sin embargo, era cómoda; prefería eso a andar semidesnudo por la casa.
Para mi desgracia lo que se suponía iba a cocinar el día anterior al dejarlo fuera de la nevera se había echado a perder por completo, así que sin más remedio marque desde mi celular por un poco de comida al primer restaurante que localice en una aplicación. Miré la hora en la pantalla al colgar, percatándome de que eran pasadas las doce del mediodía y yo no me había dignado a ir a trabajar. Tenía varias llamadas pérdidas de NamJoon, otras de JungKook, algunas de Soyeon y más de diez de la enfermera Kim. Solté un largo respingo agotado, había sido una noche desenfrenada con mi propio jefe, por ende, ir tarde al hospital no estaba tan mal, después de todo había otros médicos disponibles aparte de mí.
En el momento en que Hoseok se levantó, comimos entre animadas charlas un poco de espaguetis que no tardaron más de media hora en aparecer en manos de un desanimado domiciliario. Cuando terminamos de devorarnos todo, nos dimos una ducha juntos, en donde lo ayude afeitarse esa barba; ya que sus manos temblorosas no se lo permitían, se notaba en su mirada que estaba aterrorizado de hacer la prueba de ADN, no obstante; aun así, continuaría adelante con ello.
Tuve que pedirle ropa prestada al castaño, dado que ir con la misma del día anterior no era exactamente una buena idea, daría mucho de qué hablar a más de uno de mis colegas, añadiendo a eso que mi camisa seguía en la piscina flotando tranquilamente. No me sentía nada cómodo con sus prendas, ya que las mangas de ese suéter rojo me colgaban prácticamente, pero no tenía más opción que soportarlo. Él, por lo contrario, se veía como un modelo sacado de alguna revista de moda, lo observé en silencio como amarraba su corbata ágilmente, sacándome una sonrisa al recordar cómo era pésimo en el pasado.
—Has aprendido a hacerlo solo —comenté tamborileando mis dedos sobre mis rodillas, desde el borde de la cama en la cual me hallaba sentado, esperándolo pacientemente para marcharnos juntos.
—Bueno, tuve que practicar por mi cuenta. Era eso o que Rosé lo hiciera por mí, y la verdad; eso último no me agradaba de a mucho —cuchicheó antes de ponerse su chaqueta negra, quedando aún más formal de lo que ya se veía. Al darse la vuelta para mirarme con esa intensidad que transmitían sus ojos acaramelados, mi respiración se detuvo por un instante ante lo guapo que podía llegar a ser, sin importar la edad que tuviera—. Existen detalles pequeños de ti para mí, que no deseo que nadie más tenga.
Sentí mi rostro sonrojarse al escuchar sus palabras, y él fascinado con mi reacción tímida, se lanzó a repartir tiernos besos por todo mi rostro, los cuales hubieran terminado en otra sesión de desenfrenado sexo, de no ser porque yo lo detuve antes de que me calentara más de la cuenta, impidiéndome pensar con claridad.
Salimos de la casa con nuestras manos entrelazadas, las cuales tuvimos que separar contra nuestra voluntad para entrar en su auto. Hoseok condujo en calma por las calles de la ciudad, con la música a un volumen moderado, pero bajo mi cariñosa mirada cada vez que podía realizaba movimientos extraños haciéndome carcajear, incluso me ínsito a unírmele a su descoordinado baile, parecíamos dos dementes en ese Ferrari, sin embargo, no me importó lo que la gente pensara al vernos, porque estaba a su lado, y sabía que podía hacer cualquier locura solo porque era él, porque era la persona que amaba.
Estacionó en el parqueadero subterráneo del hospital, tras un largo trayecto, y poco tráfico gracias al cielo. Andamos muy juntos en dirección a la habitación de WooGi, en la cual después de revisar las condiciones de la menor, le pedí amablemente a la enfermera Kim que le sacara un poco de sangre, que luego llevaría a analizar. Roseanne nos dio una amarga bienvenida, ya que al ver a Hoseok entrar en la estancia con firmeza, su rostro se descompuso por completo, pero intentó con todas sus fuerzas ser amable a todo lo que le preguntaba sobre la pequeña.
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UNKNOWN ROMANCE [VHOPE]
Fanfiction¿Qué puedes hacer cuando un completo desconocido invade tu deprimente vida en menos de una semana? ¿Qué puedes hacer cuando un estúpido chico es quien te roba el corazón? ¿Qué puedes hacer cuando te enamoras en el momento menos planeado y de la pers...