UNKNOWN ROMANCE [VHOPE]

XXXV

Recuerdo que, en mis siniestros sueños, vagaba sin rumbo por un sendero de piedras, que lastimaban las plantas de mis pies con cada paso que daba, sin embargo, no me importaba seguía andando, hasta que al final del camino me encontré con todo manchado de sangre, aterrorizado me observé las manos, encontrándome con aquel cuchillo entre mis manos, las cuales estaban empapadas de ese líquido carmesí. Estaba preparado para gritar espantado, pero mis ojos se abrieron de sopetón trayéndome de regreso a mi realidad.

Lo primero con lo que me encontré fue una pared blanca, el aroma a medicamentos invadió mis fosas nasales, y mecánicamente respiré tranquilizando mi desbocado corazón, percatándome sin mucho esfuerzo que me encontraba en un hospital. Escuchaba las voces distorsionadas de dos personas a unos pasos de mí, dejé que mis ojos se pasearan por la iluminada estancia, encontrándome con Soyeon y NamJoon en el sofá charlando entre susurros, me incorporé con dificultad, soltando un quejido que llamo su atención, ambos al notar que había despertado -después de quien sabe cuántos días- se pusieron en pie para ayudarme.

—¡TaeHyung! —me reprendió Soyeon plantándose a mi lado, para con sus delgados brazos auxiliarme a la hora de sentarme en medio de esa cama.

Sentí un ardor recorrer gran parte de todo mi cuerpo, involuntariamente llevé mis manos por cada lugar que recordaba ChangMin había hecho cortadas, topándome con gruesas gasas cubriendo mi rostro, la espalda y en mi vientre donde había enterrado su navaja tenía un vendaje, probablemente el médico me había tenido que poner más de una sutura.

—No te muevas, o se abrirán tus heridas.

—¿Cómo te sientes, TaeHyung? —preguntó NamJoon alarmado junto a su chica, al ver mi expresión de dolor con cada leve movimiento que hacía.

—Fatal... —contesté respirando con dificultad—. ¿Cómo se encuentra, ChangMin?

—Por ahora está estable, aunque en cuidados intensivos, pero estuvo a punto de morir en más de una ocasión —susurró Soyeon dedicándome una mirada llena de desconsuelo, sentí sus manos palmear mi hombro con delicadeza, dándome ánimos con ese pequeño gesto ante mi aflicción.

—Debió haberse muerto después de lo que te hizo, TaeHyung —bufó NamJoon poniendo sus ojos en blanco, realmente enfadado con ello.

Regresaron a mi mente esos horribles momentos con su insulso comentario, mi rostro se crispo aterrorizado y en mi lugar me estremecí intentando con todas mis fuerzas no echarme a llorar frente a ellos.

—¡NamJoon, no digas esas cosas!

—¡Pero es lo mínimo que se merece, Soyeon!

—No debes desearles el mal a otras personas.

—Entonces, ChangMin no debería de hacer lo que hace, así quizás yo tendría un poco de clemencia con él —farfulló cruzándose de brazos echando chispas por sus intensos ojos que contenían un odio inigualable contra mi padre, y no podía recriminárselo, después de todo yo tampoco es que lo quisiera demasiado.

Soyeon frunció el ceño igual de enojada, sin embargo, antes de que le refutara algo que los hicieran mantener por más tiempo esa inútil pelea, los interrumpí.

—Por favor, no discutan. No me siento de ánimos como para soportarlos, déjenme solo, ¿sí? —ambos se quedaron mudos de inmediato, ganándome su mirada llena de tristeza porque fuera así en esos momentos tan desagradablemente duros, en los que lo único que necesitaba era un poco de paz, para así pensar con claridad sobre todo lo ocurrido, y lo que haría llegados a este punto.

—Pero, TaeHyung...

—Quiero estar solo por ahora, NamJoon —le corte con firmeza.

—Mamá está realmente preocupada, y Hoseok también —refunfuñó cabizbajo porque estuviera apartándolos cuando más los necesitaba, al notar mi expresión de súplica, terminó por soltar un respingo resignado mientras se pasaba una de sus manos por su cabello, despeinándolo instantáneamente—. La verdad, todos estamos muy preocupados por ti.