XXXVIII

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Al llegar al final de la escalinata, me planté en la acera con un montón de gente andando frente a mi apresurada, levanté la mirada lentamente para encontrarme por unos breves segundos con esos ojos acaramelados observándome burlones entre el tumulto.

Sin dar crédito a ello, ande en su dirección boquiabierto de que estuviera allí en ese preciso instante, se encontraba recostado sobre su Ferrari campante como si no tuviese más cosas importantes que atender. Puse mis ojos en blanco, para acto seguido meter las manos en los bolsillos de mi pantalón protegiéndome de ese helado clima de noviembre.

Tras su espalda saco un ramo de flores que me extendió con una brillante sonrisa, que desgraciadamente no pude devolverle, dado que me molestaba un montón que me hubiese mentido solo para darme esa sorpresa. Me había asegurado una y otra vez que no podría regresar de su viaje de negocios antes de lo planeado, que se tardaría probablemente unos días más, pero ahí se encontraba frente a mí con su cabello perfectamente peinado, y con ese magnífico traje de colores neutros que tanto le acentuaban su escultural cuerpo.

—¿Qué haces aquí, Hoseok? —murmuré arqueando una de mis cejas notablemente disgustado, aunque en el fondo debía admitir que me sentía dichoso de volverlo a ver después de tantos días separados hablando a duras penas por Skype, era una tortura no tenerlo a mi lado, y viajar con él era un absoluto imposible con la situación de mis pacientes en el hospital—. ¿No deberías estar preparando el espectáculo de inauguración de tu parque de diversiones? ¿No deberías estar en una conferencia con las empresas del exterior? —refunfuñé arrebatándole delicadamente el bonito detalle de sus manos, me había triado tulipanes, justo mis favoritos. Ese tonto, sabia como quitarme el enfado en cuestión de segundos, sin embargo, me mantuve con mi semblante severo, sacándole más de una risita socarrona.

—Buen punto, pero siempre tengo tiempo suficiente para el amor de mi vida —susurró acercándose peligrosamente, rodeó mi cintura con sus brazos. Y sin vacilar, lo fulminé con mi mirada advirtiéndole en silencio que no era precisamente un buen lugar para mimos, pero él no se contuvo, a pesar de estar en medio de la calle me robó un fugaz beso en los labios, que me hizo sonreír de inmediato ante lo travieso que podía llegar a ser.

Si, Hoseok había sobrevivido a miles de situaciones peligrosas en toda su vida, quizás la más complicada fue aquella donde creí que jamás volvería, sin embargo, aunque estuvo muy inestable por semanas, un día mágicamente termino despertando, estaba débil y terriblemente exhausto, casi ni hablar podía, pero luego de meses logró recuperarse satisfactoriamente.

Había vuelto al trabajo con normalidad, nos habíamos mudado a otro sitio; ya que ese apartamento me traía pésimos recuerdos, y ahora luego de meses estaba en pie, completamente sano, sonriendo y riéndose estrambóticamente, a veces tenía una que otro bajón, pero era usual debido a lo que había experimentado.

Agradecía todos los días a Dios, los médicos, o lo que fuera que le había dado la oportunidad de continuar junto a mí. Porque sinceramente, estaba muy feliz de que siguiera viviendo, de que pudiéramos compartir momentos agradables luego de tanas cosas sucedidas en nuestra relación. Por ende, no importaba que sucediera en el futuro, yo estaría a su lado, no me separaría de él, no importaba quien se interpusiera o que, me mantendría con Hoseok hasta el fin de los tiempos. Eso había decidido.

—Choi YeonJun me ha comentado de los resultados, felicidades señor Kim —musitó sensualmente en mi odio, erizándome la piel donde su aliento dulzón rosaba.

—Gracias, señor Jung — farfulle dejando escapar una amplia sonrisa. —. De no ser por usted, no sé qué sería de mí ahora.

El más alto se me quedo viendo absorto en sus pensamientos, quizás se debatía internamente en preguntarme algo que yo desconocía, lo observé en total silencio, esperando a que abriese su boca de una buena vez. Me quedé cómodo entre sus brazos embelesado con la sensación que recorría mi espalda cada vez que me hipnotizaba con esos ojos, atontado con cada gesto que brotaba de su rostro, los cuales me aceleraban el corazón sobre manera.

UNKNOWN ROMANCE [VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora