XXI

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Los días siguientes fueron bastante buenos a decir verdad, dado que era un nuevo año, significaba en pocas palabras un cambio renovador en nuestras vidas, así que tras regresar el domingo de la casa hogar, -y jurar solemnemente que regresaría al mes siguiente el último fin de semana- Soyeon accedió a volver al apartamento sin ningún problema, después de todo JungKook sabiendo que ahora estaría feliz en una relación con NamJoon, que mi madre aprobó sin mucho miramiento, la dejó en paz y volvieron a ser los dos amigos normales de siempre.

Todo parecía ir de maravilla, aun cuando podía notar el corazón de mi viejo amigo destrozado en pedazos, pero sabía que pronto se le pasaría cuando encontrara algo con lo que distraerse o incluso un nuevo amor. Las cosas estaban perfectamente en su lugar, nada trascendental ocurría en mi vida, hasta que llegó el martes.

Caminaba en dirección a la cafetería en la que solía comprar aquellas mañanas en las que sabía necesitaría energía extra, era un grandioso día, el cielo estaba despejado, y a pesar de que caían leves pocos de nieve una gruesa chaqueta me protegía de morir congelado. Andaba feliz por las calles, casi sin poder borrar mi sonrisa, y justo cuando me adentré en la acogedora tienda, me encontré de frente con Hoseok en la fila. Quien me sonrió de forma sínica al verme, de inmediato retrocedí espantado dispuesto a marcharme a comprar en otro local, pero él me tomó del cuello de mi chaqueta y me hizo retroceder contra mi voluntad.

—¿A dónde crees que vas? —me preguntó con su seductora voz muy cerca de mi oído, erizándome la piel cuando su cálido aliento rosó mi cuello.

—¿Lejos de aquí? —susurré intentando liberarme de su agarre con todas mis fuerzas, lastimosamente no tuve éxito alguno como era de esperarse de Hoseok.

—Necesito hablar contigo.

—¿Sobre qué exactamente?

Antes de que pudiera siquiera responderme, una señorita lo atendió tras la caja registradora, hizo su pedido conmigo a su lado un tanto incomodo porque no me soltara, incluso se había tomado la molestia de acercarme mucho más a su cuerpo, aun cuando había dicho que le producía asco que lo tocara días atrás.

—Sentémonos —me ordenó fríamente tomando la bandeja con dos cafés y un trozo de torta de chocolate, sonreí sin poderlo evitar mientras le pisaba los talones en dirección a la mesa más alejada de la gente. Tomamos asiento el uno frente al otro, él bebió un sorbo de su pocillo fresco como una lechuga, y al notar mi mirada expectante sobre su rostro inexpresivo, me extendió el pastel para que me lo comiera—. Es tuyo.

—¿Qué es lo que quieres? —refunfuñé dándole un bocado sin pensármelo dos veces, complaciéndome de inmediato con el exquisito sabor que invadió mi paladar.

—¿Sabes? He estado investigándote —comentó finalmente, dejándome petrificado en mi cómoda silla, no estaba muy seguro de que decirle exactamente, y él al verme anonadado con la noticia, prosiguió—: Te he seguido durante años, se todo de ti, mucho más de lo que me gustaría.

—¿A qué quieres llegar? —inquirí dedicándole una mirada cargada de irritación, que le hizo mucha gracia dado que sonrió levemente.

—Se tus debilidades, Kim TaeHyung —masculló con mofa en su tono de voz—, puedo usarlas solo para divertirme.

Aquel chico delante de mí no era a quien yo había amado tanto tiempo, no estaba ni de cerca de la persona que valía tanto para mí, ni menos por quien había sufrido día tras día. Hoseok era un demonio vestido de civil, que vivía solo para hacer mi vida cuadritos, solo porque así se le antojaba.

—Así que tú eras el de las notas... —deduje con mi boca entre abierta por la sorpresa de que cayera tan bajo, que jugara con algo tan delicado como lo era el asunto de mi padre. Él levanto una de sus cejas como si estuviera perdido con mis palabras, y rompió a reír ante mi expresión bañada en la rabia—. ¿Te pareció gracioso asustarme?

UNKNOWN ROMANCE [VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora