Steve Harrington•Billy Hargrove ONE SHOTS

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Advertencia: Spoilers de la Tercera Temporada.
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"¿POR QUÉ ESTAS AQUÍ? ¿CÓMO LOGRASTE ENTRAR?"

"¡No lo sé!"

"¡ESTAS MINTIENDO! ¿CÓMO ENCONTRASTE ESTE LUGAR?"

"L-lo juro, no lo sé. ¡Por favor! Lo ju-ro, por favor" Tus mejillas estaban rojas y tu visión borrosa por las lágrimas. El enojado General Ruso estaba escupiendo palabras furiosas a tu cara. Algo acerca de usar fuerza no te estaba gustando, el pánico estaba en ti desde hace rato, Steve Harrington estaba atado a la silla detrás de ti, desmayado en ella. No sabías si estaba vivo o muerto. Todo de lo que eras consciente era que el 'doctor' obtenía un par de tenazas metálicas de su mesa quirúrgica. Se acercó a ti mientras dos guardias ayudaban a sostener tu boca abierta, puso la tenaza dentro de tu boca y comenzó a tirar.

"¡T/N! Despierta ¿Estas bien?"

Estabas en una casa oscura. Denifitivamente no era la tuya y eso te desoriento, gotas de sudor bajaban de tu frente y sentiste tu corazón caer acelerado dentro de un elevador. Un enorme moretón en tu brazo izquierdo punzaba en pura agonía, te sentaste recta para mirar el entorno, viendo al chico con el que habías soportado el interrogatorio ruso. Ustedes habían sido amigos desde que empezaste a enseñar a Steve y ayudarlo con sus ensayo para su clase después de que haber terminado su relación con Nancy Wheeler, Antes no eran cercanos de hecho él apenas y sabía que existías. Pero en cuanto el año avanzaba, lo ayudabas más y más entonces se hicieron cercanos y cariñosos el uno con el otro.

Después de reconocer el lugar, te diste cuenta que estabas en la sala de los Wheeler. Debido a los eventos que tomaron lugar ese día, nadie podría sólo "ir a casa", necesitaban asegurarse que todo iba a estar bien. Miraste a tu derecha donde viste a Robin, Jonathan y Nancy en el suelo al final de la habitación, estabas en el sofá, Steve en el suelo frente a ti.

Steve tenía una mano en tu espalda haciendo círculos, incluso cuando tenía un ojo morado que cubría la mayor parte de su cara, podías decir que su expresión era preocupada, sus cejas fruncidas. Viéndolo con ese moretón hizo que tu pecho se estrujara, trajo de vuelta todas tus emociones a cuando pensaste que lo habías perdido en el cuarto de interrogación.

Poniendo tus manos sobre sus ojos y dándole caricias, dejaste escapar un suspiro. "Lo siento, sólo tuve un mal sueño"

"¿De qué se trataba?"

"Nada, reviviendo cosas. Estoy feliz de que estés bien"

"Era sobre el interrog-"

"Si" lo interrumpiste. No querías oírlo mencionar eso. Te observó, luego al suelo y luego de vuelta a ti.

"¿Quieres bajar a dormir conmigo? Puedo asegurarme que estés bien"

También observaste el suelo donde estaba sentado y negaste con tu cabeza.

"Se ve menos cómodo que este sofá. ¿Por qué no vienes aquí?"

Él hizo lo que dijiste, subió al sofá y se deslizó detrás de ti, convirtiéndose en la cuchara grande. Su cálida presencia hizo que te relajaras. Besó tu hombro "Esta hecho, esta bien"

Volteas a mirarlo.

"... Pensé que habías muerto..."

No le habías hablado sobre eso.

"Pensé que habías muerto, iba a dejar tu cuerpo ahí. Creí que nunca te vería de nuevo" Silencio.

Te miro a los ojos serio, dándote un ligero abrazo y un beso en la frente.

"Cómo si hubiera dejado que ellos me mataran ¿Acaso no sabes quien soy?"

Reíste, pero aún así tus sentimientos estaban ahí y la diversion se fue.

"Creí que habías muerto pero lo que me enfurecía bastante era que te había perdido sin haberte dicho lo que sentía" Sus cejas se fruncieron de nuevo pero esta vez en señal de pregunta.

"¿De qué hablas?"

Lo observaste por unos cuantos segundos, decidiendo si estaba bien pasar por lo que estabas a punto de hacer.

Apoyándote, le diste un suave beso.

Estaba oscuro pero pudiste ver sus ojos abrirse, el arrepentimiento al instante te atormentó pero no duró mucho porque te besó igual de suave.

Sus labios presionados contra los tuyos ligeramente, él se alejó y sonrió hacia ti.

"Estoy feliz de que me dijeras, he estado esperando hacer eso desde ya algún tiempo." susurro, le sonreiste, no podías creer lo que oías y hacías. El chico que te gustaba desde hace mucho por fin te había besado y todo lo que hacías era ¿sonreírle? Ese chico que deseabas correspondiera tus sentimientos finalmente lo había hecho.

Le diste otro beso aún más apasionado e intenso, escuchaste su respiración cortarse un poco, cuando terminaste diste vuelva para ser la cuchara pequeña, era tarde, estabas cansada de todas las peleas y peligros que habías atravesado en el día. Besó tu hombro una vez más y caíste dormida en sus brazos que te tenían atrapada. No podías esperar lo que el siguiente día traería, sin importar el futuro.