Steve Harrington•Billy Hargrove ONE SHOTS

109

NOVENA PARTE (108)

Comida, comida. Oh tan anhelada y dulce comida.

Finalmente era hora de comer y cómo días anteriores te sentaste con Billy para primero decidir qué querían. Un sándwich, tal vez una ensalada con algún postre como recompensa por haber comido algo sano o incluso mejor un sándwich y ensalada con un postre. Ojalá la señora de la cocina no decida esconder el pudín como en otras ocasiones.

"Iré por un sándwich y alguna ensalada. Y si tengo suerte la cocinera me dará pudín"

Le dijiste a Billy con una sonrisa triunfadora.

"Quiero lo mismo que tú pero al triple" Respondió inocente y se levantó, tú en seguida fuiste detrás de él para formarse en la fila.

"Si que tienes mucha hambre" Enarcaste una ceja con diversión.

"Además de que la comida no es tan buena y lo único que te consuela es comer pudín al finalizar, los sándwiches son pequeñísimos"

"No Billy, no lo son" Respondiste y reíste cuando pasó su brazo por tu hombro para atraerte a su pecho.
Empujas con tu cadera para que te suelte pero con su otra mano te rodea con sus brazos para aprisionarte. Ambos ríen y la mayoría qué pasa por ahí se les queda viendo con sorpresa.

"Dios, son realmente asquerosos esos dos" Escuchas la voz inconfundible de Carol y volteas sólo para mirarle con una sonrisa, ella no te afecta como antes de cuando se burlaba de ti. Steve te salvó de ella, Tommy y sus maldades.

"Yo pienso que son bastante lindos" Tina a su lado susurra y te da un rápido vistazo con una pequeña sonrisa. Si, a veces Tina podía ser una perra, amiga de Carol y Tommy pero también era gentil con las personas buenas con ella. Sabía defenderse y hubo unas cuentas veces que mutuamente se cubrieron las espaldas.

"Bla bla bla" murmura Billy cerca de tu oído y asientes estando de acuerdo. A partir de ese hoy todo iba a ser bla bla bla.

Cuando por fin tuvieron su comida se sentaron en la mesa al centro de la cafetería, después de todo Billy seguía siendo el rey y parecía que desde ese día estaba más que encantado en mostrarles a todos que tenía una reina.

"¿Te quedarás en casa esta noche?" Preguntaste después de haber comido un trozo del sándwich.

"Le diré a mi padre, no creo que diga nada. Las cosas han estado calmadas con él, parece que Susan lo ha estado distrayendo al ir por cosas para la casa fuera del pueblo. A veces se llevan a Max o la dejan con Los Byers"

"Tomaré eso como un veremos. Si no puedes venir, no importa. Lo importante es que tu padre no vaya a más contigo"

Ayer por la noche jugando verdad o reto, a pesar de las muchas cosas divertidas que descubrieron el uno del otro, también vinieron a la luz las malas y dolorosas.
Una de ellas fue su padre, cuando le preguntaste el porqué tenía tantos moretones si se peleaba con chicos una vez por semana o dos cada mes.

No lo encubrió, ni lo hizo muy bonito para decírtelo, te dijo la pura verdad, lágrimas vinieron después de aquello al igual que un abrazo reconfortante.

"No pasará nada, bebé"

"¿Cuántos motes cariñosos tienes ya para mi?"

"Millones. Gatita traviesa" Alzó sus cejas repetidamente mientras mostraba una expresión pícara a lo que te sonrojaste.