Steve Harrington•Billy Hargrove ONE SHOTS

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CUARTA PARTE (114)

Lo primero que ves es madera sobre ti.

Un techo. Estás tapada por una frazada blanca de peluche y el dolor de cabeza se ha ido.

Volteas con cuidado sobre tu espalda, es cuando ves a tu lado en un pequeño sofá a Steve Harrington. Esta despierto y se mantiene con los brazos en las rodillas en una inclinación, luce angustiado mientras sigue con la mirada tus acciones.

Es en ese preciso instante en el que no comprendes del todo lo que está ocurriendo. ¿Por qué está Steve Harrington luciendo como si hubiera velado por tu sueño? Y más confuso aún, tú estabas en el Laboratorio con el Doctor Owens y Hopper.

"¿Qué haces aquí?" Al preguntar, tú garganta se siente seca y adolorida por lo que toses, con todo el esfuerzo te duele más.

Steve se acerca a ti y se sienta en el colchón a tu lado. Es cuando ves que tiene entre su mano un vaso de agua, te lo da y al darle un trago sientes el fresco por lo fría que está.

"Gra-acias"

Por tu cabeza se te pasa la idea de que es un sueño o una broma pesada de Harrington hacia ti.

"¿Cómo te sientes?" Te pregunta y retira el vaso de tus manos para colocarlo en la mesita de al lado.

"Algo desorientada. Yo.. Yo estoy segura de que estaba en el Laboratorio con Owens y... Creo que Hopper también estaba ahí. Dios, los dolores de cabeza me dejan aturdida"

"Estabas ahí pero yo también, ellos estaban haciéndote algo malo que a la larga sólo te traería consecuencias. Así que te traje a casa, voy a cuidar de ti
T/N"

Dicho eso una punzada de dolor recorre tus sienes. Tocas tu cuello por inercia y notas una superficie suave bajo tus dedos.

"T/N..." Steve advierte. Te levantas y vas hasta el espejo de cuerpo completo, donde ves la venda alrededor de tu cuello, la quitas rápidamente con los recuerdos viniendo en una fracción de segundo, tus lagrimas se hicieron presentes desde minutos atrás. Al sacar toda la venda, tu estómago se revuelve.

Hay marcas de manos en el.

Steve se pone detrás de ti, ves su silueta a través de lo borroso de tus ojos. Las manos de Steve lentamente y con algo que puedes identificar como miedo se posan en tus hombros.

"Vas a estar bien. Te voy a ayudar"

"¿Te están pagando bien?"

Caminas hasta la cama para que te suelte. No te gusta que te toquen, no se siente bien.

"¿De qué hablas?" Steve pasa una mano por su cabello.

No respondes y miras hacia las grietas de madera sobre el suelo.

"No, no, no, no" Dice rápidamente y moviendo su cara en temor de un lado a otro, sus ojos están abiertos ahora que entendió a que te referías.

Te encoges de hombros sin querer mirarlo.

"No es así. No me pagaron ni un centavo esos mocosos y lo que es más importante ni siquiera me interesa. Sé que fui malo al no tratar de comprenderte y que incluso creí que fingías todo, pero luego..."

Se corta a sí mismo de imprevisto para aproximarse a ti, ponerse de cuclillas y que lo mires directo a los ojos.

"Te vi en esa camilla sufriendo, te estaban dro- dando demasiados medicamentos que te iban a afectar de tal manera que algún día no podrías permanecer sin consumirlos. Así que finalmente ibas a morir, ellos te iban a matar y estoy convencido de que no les hubiera importado terminar con una vida"